La historia de las gradas merece ser observada huyendo del oportunismo.
listadoÍñigo Arza
El fútbol de los dos equipos madrileños tiene sus similitudes: mucho trabajo, mucha presión y salidas rápidas al ataque.
Ésa es la valentía de Florentino Pérez: acabar con un lobby violento que se le ha vuelto en contra.
Cuando un proyecto crece, aparecen las dificultades y las contradicciones se disparan.
Diego Costa es ciudadano español por un hecho muy simple: porque juega bien al fútbol.
Si el balón entra bien, y si no entra solo puede ser porque “los artistas” no luchan.
El fútbol español está en una encrucijada: una hegemonía que, por primera vez en 20 años, comienza a cuestionarse.
Imaginemos que Mercadona, Carrefour y alguna empresa similar más tienen una deuda inmensa con Hacienda.
El fútbol, como cualquier otro arte, está expuesto a la perversión del dinero.
Al igual que en toda revolución, la causa quizá tenga más que ver con las circunstancias que con el idealismo, pero el fenómeno existe: el hincha de a pie está volviendo (con cuentagotas, sí, pero
El titular no es muy original, pero la situación fue tan gráfica que no cabe otro. Era de lo poco que le faltaba por hacer a Messi, una hazaña así, emocional, sorprendente.
La presencia del dictador en el fútbol español se sigue manifestando en imágenes borrosas de un pasado escrito por los vencedores.