Las coordinadoras de Píkara Magazine Andrea Momoitio y June Fernández debaten por chat durante la noche electoral. Sus únicos consuelos: la fuerza de los liderazgos feministas y los desahogos en Twitter.
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La sensación de libertad de practicar nudismo, limitada por los mirones y ligones de playa.
La web del Ministerio del Interior aconseja a las mujeres limitar sus movimientos para evitar ser víctimas de una agresión sexual.
Cuando empecé a participar en el movimiento feminista, hace unos siete años, asistí tanto a la nostalgia de los tiempos de asambleas multitudinarias de mujeres, como a la reivindicación de las nue

Frente a la deriva conservadora del Frente Sandinista, el movimiento feminista ha sabido rearmarse y plantarle cara al fundamentalismo cristiano del Gobierno.
Ante la destrucción masiva de empleo en los medios de comunicación tradicionales, algunas periodistas, en vez de creer que no hay vida más allá de Prisa, nos agarramos a eso de qu

El movimiento feminista celebra que las imágenes de hombres arrancando la ropa y tocando a mujeres hayan visibilizado la violencia sexual, pero denuncia la pasividad de las instituciones y los prejuicios machistas que persisten.
Estas raperas emigradas a Texas combinan un discurso anticapitalista con la crítica al sistema cubano, en el que se han sentido marginadas como lesbianas, feministas y artistas.
El Gobierno de Cuba ha establecido una nítida separación entre quienes defienden el socialismo y los partidarios del intervencionismo estadounidense. Aún así, hay grupos que mantienen posiciones críticas para fortalecer las libertades y conquistar derechos.
Con sus viseras de oso
y sus taconazos de
punta, las Medeak han
agitado el panorama de
los colectivos feministas
de Euskal Herria.
Reportaje: El transfeminismo callejero de Medeak
Entrevista íntegra: “El feminismo clásico tiende a hablar de ‘las otras’, pero sin ellas”
Hablamos con cuatro integrantes del colectivo donostiarra Medeak sobre las prácticas feministas en Euskal Herria y el movimiento transfeminista.
Los malos tratos, que
han sido denunciados
por la asociación
Prodein, se produjeron
en el centro de menores
La Purísima de la ciudad
autónoma, que está
gobernada por el PP.
Cuatro días viendo y haciendo porno, en los que las tetas de silicona brillaron
por su ausencia y las pollas descomunales fueron suplantadas por una amplia
gama de dildos. Nada de rubias oxigenadas y sobreactuadas para gozo de la
masculinidad hegemónica. Por una vez, los cuerpos que el sistema considera
desviados y los deseos que trasgreden la norma fueron protagonistas.