Se reiteran ciertos techos electorales, que obligan a cambiar de estrategias a quienes confiaban en un asalto de los cielos. La política por arriba está estancada, ahora estamos en un tercer reto.
listadoTomás R. Villasante
Hace falta una formación en democracias participativas, que no se consigue en pocos meses.
El autor propone "aprender de tres errores, al menos, cometidos el año pasado puede ser un buen recordatorio en estas fechas, donde muchos estamos despistados ante lo que pasará o lo que podemos hacer que pase".
Con los ‘municipios del cambio’ llevamos ya meses de gestión y de debates, pero se notan poco sus resultados en la vida cotidiana de la gente.
Siendo realista hay que identificar que por el ‘cambio de sistema’ solo hay unos 7 millones de votos, es decir una cuarta parte, y no más, del electorado. Al mismo tiempo es poco y es mucho.
Millones de votantes se quedan en casa ante la falta de ilusión que transmiten quienes repiten los errores de la ‘izquierda desunida’.
Algo hay que aprender de la historia de la primera transición sobre los movimientos sociales y el proceso democrático.
Aunque tengamos buenos resultados electorales, el bipartidismo se reorganizará tras las elecciones, y la banca y gobierno europeo harán todo lo posible para que fracase cualquier intento de desbordarlos.
Iniciar una 'segunda transición' desde abajo, desde los barrios, los municipios y desde las autonomías, puede superar la primera transición hecha desde las élites del 1976-78.
Los movimientos podemos marcar la agenda política, sin esperar a que alguna vanguardia se auto-proclame con el camino correcto.
El autor entra de lleno en el debate abierto en torno a las vías para asegurar una participación real de la población en la toma de decisiones que le afectan. Analiza la tensión, en lo tocante a niveles de democracia, entre la representación y los círculos de activistas. Una discusión de plena actualidad en Podemos, IU y otros partidos.
El autor entra de lleno en el debate abierto en torno a las vías para asegurar una participación real de la población en la toma de decisiones que le afectan. Analiza la tensión, en lo tocante a niveles de democracia, entre la representación y los círculos de activistas. Una discusión de plena actualidad en Podemos, IU y otros partidos.
Las reglas del juego electoral están pensadas para garantizar gobiernos estables que respondan a un partido –o a un acuerdo entre ellos– que abarque entre el 30 y 50% del electorado.
Hay un creciente debate sobre posibles candidaturas electorales, que quiten las mayorías absolutas.