Las grandes potencias se alinean para crear medidas que eviten que los internautas
compartan libremente archivos en la red. Mientras, los servidores de internet bajan el rendimiento de las conexiones que utilizan programas P2P.
El Congreso de EE UU ha dado
alas a quienes quieren que las
operadoras puedan interferir en
los contenidos que transmiten.
La UE, con Francia a la cabeza,
debate medidas para cortar las
conexiones a los usuarios de P2P.
Mientras, el G-8 avanza en las
propuestas de control de productos
electrónicos en las aduanas.
En el Estado español, el Ministerio
de Cultura y las sociedades de
gestión apoyan estas medidas, el
de Industria es mucho más escéptico.
Por su parte, los usuarios
comienzan a organizarse desde
la encriptación de la red a la promoción
del copyleft.
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