La querella contra un articulista
y dos ilustradores por
burlarse de la caza del rey a
un oso borracho es el último
ejemplo de los riesgos
que conlleva tocar el mayor
tabú informativo del Reino.
Analizamos el escudo
mediático de la monarquía.
Cuando el 14 de abril se celebra el
76º aniversario de la II República,
cuestionar el sistema monárquico
continúa sin ser una actividad libre
de riesgos. Así lo han comprobado
en las últimas tres décadas un variado
número de periodistas, ilustradores
y otros súbditos, cuyas burlas o
críticas al monarca fueron contestadas
con represalias legales.
Pero las multas o los juicios sólo
suponen la última pieza del blindaje
informativo. En esta línea, el hecho
de que las polémicas cacerías del rey
contasen con más protagonismo en
la prensa de Rusia o de Rumanía que
en la española es una muestra ilustrativa
del ‘pacto de silencio’ respecto
a todo lo que puede perjudicar a
la Corona.
DIAGONAL repasa esta inmunidad
informativa que supone, aún
hoy, la clave sobre la que se sostienen
los mitos de una Transición que
distó de ser modélica.
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