DEL SUR AL NORTE. Las protestas comenzaron en mayo en el sur de Alemania y este verano los estudiantes de las universidades del norte realizan más acciones. // Umbruch Bildarchiv

Con agudo ingenio crítico, se está
haciendo jornada de reflexión en
las calles para protestar contra la
inminente subida de tasas que el
Gobierno democristiano de Baden-
Württemberg pretende aplicar
a partir del próximo curso a
todos aquellos estudiantes que inicien
estudios universitarios. La resistencia
continúa también en verano
a pesar de los exámenes y ya
son muchas las universidades alemanas
que conviven con campamentos
de estudiantes en señal de
protesta.

En un Estado donde todavía se
añoran los años dorados del bienestar
social, la subida de tasas supone
una amenaza seria de privatización
de la enseñanza, un servicio
público que ha estado garantizado
constitucionalmente y se ha respetado
hasta finales de los ‘90. Con
Helmut Kohl como canciller se empezó
a cuestionar el modelo de
educación superior bajo criterios
neoliberales de rentabilidad; fue
entonces cuando se propuso introducir
tasas para complementar la
financiación del sistema universitario.
Ante la alarma de privatización
de servicios públicos, gran
parte de los alemanes confiaron
desde 1998 en Gerhard Schroeder,
que abogó por priorizar la educación
en los presupuestos federales
y crear becas que sustituyeran a los
créditos institucionales. Pero el
gasto social se congeló y para limar
el déficit público se retomó la idea
de una educación superior tamizada
por la contribución económica
de los estudiantes.

En 2002 hubo nuevas elecciones
federales, aunque ensordecidas
por un movimiento estudiantil
que empezaba a organizarse en
cada Estado federal para luchar
contra la privatización de los estudios
universitarios. Los estudiantes
de los estados meridionales-
Baden-Württemberg y Baviera-,
con gobiernos conservadores, fueron
los primeros en sufrir la aplicación
de tasas administrativas,
pues carecían de parlamentos de
estudiantes que paralizasen la decisión
del Gobierno estatal. Desde
entonces los estudiantes alemanes
han participado con acciones
de protesta en un debate que se ha
ido politizando con el tiempo y
que ha abierto conflictos de competencias
entre el poder federal,
liderado por la coalición SPD-Los
Verdes, y el poder estatal, con protagonismo
de la CDU.

Subida de tasas

En enero de 2005 el Tribunal Federal
de Justicia declaró anticonstitucional
la subida de tasas generales,
pero a esta decisión se opusieron
seis estados gobernados por la
CDU alegando una intromisión federal.
Los estudiantes de los estados
de Baden-Württemberg, Baviera,
Baja-Sajonia, Hessen, Sarre
y Hamburgo preparan desde entonces
las movilizaciones que han eclosionado
en primavera y continúan
sine die en verano. En Baden-Württemberg
se estima que las tasas subirán
de 100 a 500 euros por semestre
a partir del próximo curso. En el
Sarre, Sajonia y Turingia todavía
no hay planes definidos, pero los
gobiernos se muestran favorables a
la subida de tasas. Aquellos estados
con gobiernos socialdemócratas no
cambiarán el sistema de financiación,
pero la CDU gobierna actualmente
12 de los 16 estados y amenaza
con conseguir el poder federal,
desde donde podría aplicar estas
medidas.

En Baden-Württemberg hay una
resistencia pacífica y creativa de
estudiantes y profesores universitarios
que no sólo pretenden intensificar
las protestas contra la subida
abusiva de tasas, sino unir la acción
social a través de la comunicación.
Se han organizado campañas
de información en institutos de
Educación Secundaria para crear
conciencia de la necesidad de resistir
a un cambio que les va a afectar
directamente como futuros estudiantes
universitarios; se ha ocupado
el edificio del Rectorado para
denunciar la pasividad del rector y,
como aguijones de ironía, se han
distribuido pasquines para criticar
el silencio de los principales medios
de comunicación regionales.
Junto a estas acciones, se están realizando
manifestaciones con miles
de estudiantes de educación secundaria
y universitaria que reclaman
igualdad de oportunidades.

Durante los meses de mayo y junio
las acciones de protesta se han
intensificado también en otras ciudades.
Hamburgo ha vivido jornadas
de confrontación entre estudiantes
y policía que han derivado
en protestas contra la autoridad.
Universidades en Bremen, Kiel,
Colonia o Postdam se han solidarizado
con los estudiantes de los estados
del sur y también han organizado
manifestaciones.

Al debate sobre la subida de tasas
se suman las especulaciones sobre
la reestructuración del sistema
educativo superior tras la aplicación
del Convenio de Bolonia. Entre
los estudiantes se acrecienta la incertidumbre
sobre el futuro de la
universidad y la educación pública.
Los estudiantes alemanes temen
perder la libertad y la igualdad que
ha caracterizado su sistema universitario,
pero afrontan los cambios
exigiendo ante todo participación.