Prensa africana

Asomarse a los kioscos de
los países que se visitan
es un buen ejercicio para
tomar la temperatura
ambiente. Los titulares de prensa
son un espejo que da el tono de la
realidad del lugar y descifran la
partitura de lo que ocurre o no ocurre.
Supongamos que los lectores
de periódicos esperan ver reflejados
los problemas que envuelven
sus vidas como los adherentes hilos
de una araña. Al fin y al cabo el
germen y el ser del periodismo son
airear lo que ocultan poderes y personajes

10/06/06 · 20:43
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Asomarse a los kioscos de
los países que se visitan
es un buen ejercicio para
tomar la temperatura
ambiente. Los titulares de prensa
son un espejo que da el tono de la
realidad del lugar y descifran la
partitura de lo que ocurre o no ocurre.
Supongamos que los lectores
de periódicos esperan ver reflejados
los problemas que envuelven
sus vidas como los adherentes hilos
de una araña. Al fin y al cabo el
germen y el ser del periodismo son
airear lo que ocultan poderes y personajes
megalómanos con autoridad.
Tomarse la molestia vocacional
y el riesgo de investigar tras las
apariencias de normalidad. Desvelar
los turbios entramados en
pos de una mayor claridad. La
esencia de ese perfume tan sutil
como imprescindible se llama libertad
de expresión. No debería
estar a la venta y sin embargo se
vende a granel. Hasta el extremo
de que suele ser más importante el
envase del frasco que el olor a tinta
de verdad.

Acabo de llegar de una estancia
por varios países de África. Animal
de costumbres, me asomé, como
siempre, a los kioscos. Por aquello
de la magia negra o por la rotundidad
de las apocalípticas desgracias
que asolan esas naciones, podía tener
la suerte de reencontrarme con
el lenguaje periodístico apegado a
la tierra, sin eufemismos, ni disfraces,
ni interferencias, ni subvenciones.
La verdad desnuda. Podía
ser. Siempre cabía la posibilidad
de que por la remota sabana no tuviera
vigencia el maleficio multimedia
de mezclar información con
publicidad, una propaganda siempre
sumisa a las instituciones. En
aquellos horizontes, cuando el león
ruge emite un mensaje diáfano.
Avisa de una presencia real, hambrienta,
amenazante. No hay lugar
a equívocos. Quizá sería deseable
el regreso a una gloriosa simplicidad
en el lenguaje. Al fin y al cabo
nos hemos dotado de una sociedad
que abraza el modelo tan biológico
de depredadores y presas como
sistema productivo y de progreso.

Una evidencia en África del sur
es que el SIDA devora con ferocidad
inexorable una de cada cinco
vidas. Nada sobre la temible pandemia
aparece en las portadas de
la prensa. En algunas ciudades se
elevan enormes vallas escritas en
inglés invitando a usar condón preventivo
a una población analfabeta
o que no sabe inglés. Noticia destacada
son políticos, ataviados con
la corbata occidental, que hablan
de otros partidos políticos, junto
con la foto de algún accidente de
tráfico. Decididamente, la prensa
africana está la altura de la europea.
O viceversa.

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