CENSURA: UN REPASO A MEDIOS Y PERIODISTAS SANCIONADOS DURANTE LA ETAPA DEMOCRÁTICA
Los periódicos proscritos de la ‘democracia’

A cinco años del cierre de
‘Egunkaria’, recordamos
otras publicaciones clausuradas
en ‘democracia’;
actuaciones judiciales que,
junto a las penas para periodistas,
reflejan los límites
de la libertad de prensa.

06/03/08 · 0:00
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El 20 de febrero se cumplían cinco
años del cierre del periódico Euskaldunon
Egunkaria. El juez Juan del
Olmo decretó un cierre “cautelar”,
tras acusar a sus responsables de vinculación
con ETA. En la práctica, la
detención de sus editores y el despido
de los trabajadores suponía la
muerte del primer diario íntegramente
en euskera desde la II República.
No era la primera decisión de
este tipo. En julio de 1998, otro diario
vasco, Egin, era cerrado bajo la misma
acusación: formar presuntamente
parte del conglomerado empresarial
controlado por ETA. Y la ofensiva
judicial continuo en 2001 con la
clausura de Ardi Beltza.
Pero la presión sobre medios incómodos
no se queda en publicaciones
con nombre vasco. En diciembre
de 2001, el semanario crítico
cántabro La Realidad echaba el cierre
tras una sentencia inasumible de
120.000 euros de multa por un artículo
satírico sobre el ex presidente
del PP Cántabro, Carlos Saiz.
Ocurre también con los informadores.

Según recuerda el periodista
David Fernández, “antes del cierre
de medios de comunicación, muchos
periodistas y medios de comunicación
sufrieron la persecución política
y judicial. Casi siempre con el trasfondo
de artículos donde aparecían
el Ejército o Juan Carlos de Borbón”.
Así, Fernández recuerda varios casos.
La directora de Punto y Hora de
Euskal Herria, Mirentxu Purroy, estuvo
encarcelada 14 días por ‘injurias
al Ejército’ en enero de 1977. Su
siguiente director Sánchez Erauskin
sufrió meses de cárcel por injurias al
rey tras ser condenado a dos años
por el artículo Paseíllo y espantá en
1981, tras la accidentada visita de
Juan Carlos I a Gernika. Sobre Juanjo
Fernández, también en el mismo
medio, recayó una sentencia –tras
ser absuelto en primera instancia–
de seis años y un día en 1986 por el
artículo Julio de los mundiales y
agosto de las multinacionales publicado
en Punto y Hora en 1982. Ha
habido otros juicios menores. En
Galicia, periodistas de A Nosa Terra
fueron juzgados: el director Alfonso
Eyre y el colaborador Manuel Ribeiro.
El director de Egin también fue
procesado en 1993.

En estas páginas recordamos algunas
publicaciones silenciadas.
Hay más. No incluimos radios o televisiones,
que exigirían un mayor espacio.
Los casos aquí descritos son la
muestra, no obstante, de que la libertad
de expresión reconocida por los
derechos humanos y la Constitución
no rige para quienes se desvían.

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