Córdoba // I Foro Social Ibérico por la Educación (FSIPE)
Un paso para la confluencia

El I Foro Social Ibérico por la Educación (FSIPE), realizado en Córdoba entre el 29 de octubre y el 1 de noviembre, ha sido el primer encuentro sin intermediación gubernamental que ha reunido a más de 1.200 personas de dos países vecinos. Bajo el lema “¿Qué educación para qué sociedad?”, más de un centenar de organizaciones de la península involucradas en temas educativos han abierto nuevos debates que tendrán continuidad a lo largo de este curso. Varias personas del comité organizador y algunos participantes hacen una valoración para DIAGONAL.

04/02/06 · 22:14
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Espacio de encuentros. Muchos colectivos pequeños han intercambiado experiencias de vida cotidiana en la educación formal para reivindicar una escuela pública, no estatal. En la foto, la asamblea estudiantil de valoración en la UCO.

El FSIPE ha ofrecido durante cuatro días un total de tres conferencias, siete debates temáticos y más de 100 seminarios en castellano y en portugués. En el campus universitario de Rabanales de la Universidad de Córdoba (UCO), las conferencias sobre educación y políticas educativas ligadas a conceptos como privatización y mercantilización, ciudadanía global o diversidad dieron pie a los debates y seminarios de las tardes, que se desarrollaron en los institutos públicos de Educación Secundaria Góngora y Maimónides de Córdoba.
Especialmente interesantes fueron los talleres que abordaron la recuperación de la calle como espacio de formación, los riesgos de exclusión social en los programas actuales de garantía social, la educación compensatoria, la formación del propio profesorado, la superación de la educación sexista o la situación de la educación en el medio rural
El primer día, 70 mujeres de más de 40 organizaciones realizaron una asamblea, de la que han salido dos propuestas importantes: un texto que se quiere incorporar a las conclusiones del foro y la decisión de construir una red de mujeres portuguesas y españolas que trabajan en la educación para elaborar una agenda de luchas de cada país (en Portugal el aborto es ilegal) y un proceso de confluencia.
De manera paralela, tenía lugar una concentración contra la Ley Orgánica de Educación (LOE) en el centro de Córdoba, donde más de 300 personas exigieron una modificación de la LOE que contemple el reconocimiento de la función social de la escuela pública y del carácter subsidiario de la privada-concertada, la anulación de conciertos en etapas no obligatorias, la supresión progresiva de conciertos privados y las enseñanzas religiosas fuera de la escuela (la actual LOE no deroga los Acuerdos del Vaticano). El 31 de octubre se realizaba una marcha por la educación pública que reunió a cerca de 3.000 personas; una fiesta que acabó en la Corredera cordobesa.

Para las organizaciones que han participado, los logros de este foro han sido las relaciones que se han establecido con Portugal. “Es un pequeño grano de arena desde lo educativo para iniciar un proceso de reconstrucción del movimiento antiglobalización”, comenta Jesús Alegre, miembro de STEs y del comité organizador del FSIPE.
Bajo la dificultad de aprender el portugués y el castellano, se han establecido relaciones importantes entre los dos Estados. “Ha habido mucho intercambio de organizaciones que trabajan con colectivos gitanos en ambos países; también entre colectivos LGTB que trabajan en la escuela y entre las asociaciones de educación rural”, explica Leslie Toledo, miembro del Consejo Internacional del Foro Mundial de la Educación y del comité organizador del FSIPE.
Las relaciones entre pequeños sindicatos de enseñanza se han fortalecido en el FSIPE y existe un compromiso por parte de los colectivos portugueses para llevar a cabo el siguiente foro; en febrero está prevista una reunión en Lisboa para la preparación del próximo encuentro.

Movimiento estudiantil
Los estudiantes no han tenido mucha presencia dentro del foro, integrado en su mayoría por profesores, pedagogos y personal de administración y servicios (PAS); sin embargo, los diferentes colectivos estudiantiles que se acercaron a Córdoba (Federación de Asociaciones Universitarias de Asturias, Coordinadora de Estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid, Asamblea contra la precariedad de la Universidad Autónoma de Barcelona, Colectivo de Profesores por el conocimiento de la UCM y el Bloco de Esquerda portugués) han conseguido coordinar parte de las movilizaciones por la universidad pública (contra la reforma de la LOU, el Proceso de Bolonia y la paulatina mercantilización de la universidad), previstas para el 17 de noviembre, y fijar el 17 de diciembre como fecha para la elaboración conjunta de cuadros reivindicativos y un calendario de movilizaciones.
En el foro salieron a relucir las diferentes posturas con respecto a la reforma de la LOU. “Una parte de la comunidad educativa consiente el proceso de Bolonia, porque esta reforma se ha adueñado de parte del lenguaje de la izquierda, como la idea de autoaprendizaje, cuando en realidad se trata de una adaptación a las leyes del mercado”, comenta Teresa Rodríguez, estudiante de la Universidad de Cádiz.

Valoraciones y autocrítica
Las 22 organizaciones que han preparado este foro -STEs Intersindical, Movimientos de Renovación Pedagógica, CGT, CEAPA, Confederación Intersindical Galega, Federación Nacional de Profesores de Portugal, Instituto Paulo Freire, Movimento da Escola Moderna de Portugal, entre otras- coinciden en la voluntad de ampliar la red de colectivos y hacer que el próximo foro incorpore a aquellos que no han acudido esta vez.

“Ha habido debate y confrontación, y se ha conseguido crear un lugar de encuentro, pero todo depende de cómo lo haya entendido la gente: si entendemos esta iniciativa como un ‘parche’, el Foro no habrá sido más que un compendio de conferencias muy interesantes”, comenta Jesús Alegre.
Las personas que han organizado los talleres consideran que no ha habido “invitados de piedra” y sienten este encuentro como un éxito porque, al margen de las organizaciones, mucha gente se ha apuntado por su cuenta y ha participado.
Sin embargo, también existen posturas críticas hacia el FSIPE por parte de los asistentes que, sin poner en tela de juicio su buena intención, cuestionan el modelo de foro como “espacio de reflexión colectiva y modificación de estructuras que alteren los sistemas de poder” y lo entienden como un juego “al cambio sin cambio”, como refleja un artículo publicado por Fany Miguens y José M. López en el portal contrainformativo La Haine.

“Los foros sociales tienen mucho valor y son procesos complejos. Las expectativas que generan son muy grandes, pero por ser un proceso tan nuevo de construcción política el hecho de colocar en la misma mesa organizaciones que tienen ritmos y estructuras diferentes, con procesos internos muy distintos, ya es un logro”, plantea Leslie Toledo.
Una idea que está presente en todas las personas que han acudido al FSIPE es que el foro no es un evento, sino un espacio para arrancar y establecer redes de intercambio; “lo que ha sucedido en Córdoba es parte de un proceso, aunque haya habido reivindicaciones de organizaciones que son más cooperativas frente a organizaciones más verticales”, continúa Toledo.

“Ha puesto las bases de lo que pueden ser los foros siguientes porque en este país ya no hay espacios de encuentro autónomos y autoorganizados. Hemos de corregir cosas para dar más voz a todos, poder conquistar la palabra. En este foro se ha conseguido a medias, porque los expertos han hablado más que la gente”, valora Julio Rogero, de los Movimientos de Renovación Pedagógica y miembro del comité organizador.

Construcción de alternativas al orden neoliberalz
El FSIPE ha sido un espacio en construcción desde el comienzo de su preparación; ocho reuniones preparatorias en Córdoba, Badajoz, Madrid y Lisboa han antecedido este primer encuentro ibérico que forma parte del proceso iniciado en 2001 con el Foro Social Mundial. En el Estado español, anteceden al FSIPE dos iniciativas: el Foro Educación y Cultura Crítica en Castilla y León (3 de julio de 2004) y el F__rum Social per l'Educació a Catalunya (25, 26 y 27 de febrero de 2005). Estas experiencias se han constituido como espacios amplios para la construcción de alternativas al orden neoliberal. A la Carta de Principios del Foro Social Mundial y del Foro Mundial de Educación, el FSIPE aporta la Carta de Córdoba, un documento que propone la articulación de formas de lucha colectiva, denuncia el efecto de currículos excluyentes, y exige que los gobiernos de España y Portugal retiren su firma del Acuerdo General sobre el Comercio de los Servicios, los apartados referidos a la privatización de los servicios públicos, entre ellos la educación.

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