LIBERTADES EN INTERNET //EL JUICIO DE LA SGAE CONTRA LA CNT, VISTO PARA SENTENCIA
Nuevos espaldarazos judiciales

En plena racha de sentencias absolutorias, casos archivados o sobreseimientos, la enésima y penúltima demanda de la SGAE ha quedado vista para sentencia. Pero a la CNT todavía le queda esperar.

27/11/08 · 0:00
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Israel Domínguez
MANIFESTACIÓN CONTRA SGAE.
Unas 1.200 personas participaron en este acto
de apoyo a la CNT ante el juicio que se celebró
en Madrid el pasado 17 de noviembre.

Si una asociación actúa de forma poco honrada, ¿se puede lesionar
su honor o ya no queda honor al
que faltar? Ésta ha sido una de las
principales líneas argumentativas
de la defensa de la Confederación
Nacional del Trabajo
(CNT). El sindicato es la penúltima
víctima de la campaña de asedio
judicial que la Sociedad General
de Autores y Editores (SGAE)
ha emprendido en defensa de sus
intereses.

El pasado 15 de noviembre,
unas 1.200 personas desfilaron entre
la madrileña Puerta del Sol y la
lujosa sede de la SGAE para respaldar
a la CNT en su pulso legal
contra la mayor asociación privada
de gestión de derechos de autor
en el Estado español.
La historia ya es conocida, pero
se repite. La SGAE demanda a un
portal de internet, en este caso
alasbarricadas.org. El Sindicato
de Artes Gráficas de Madrid, de la
CNT, cuelga en su web un comunicado
de solidaridad con los demandados
y ya está el lío armado.
La SGAE se revuelve contra el
nuevo comunicado y presenta una
demanda por el procedimiento civil
en la que reclama al sindicato
la cantidad de 9.000 euros al ver
vulnerado su derecho al honor.
Según Leo Bobadilla, el abogado
que defiende a la CNT en este
caso, “lo que molestó a la SGAE
fueron ciertas expresiones del artículo,
más que el contenido del
mismo”. En el polémico escrito, la
CNT defendía con aparente sorna
que la SGAE fuese desterrada a
una isla desierta so pena de escuchar
de forma perpetua, en bucle,
los discos de cierto cantante y tertuliano
televisivo.

La organización anarcosindicalista
ha basado su defensa en la
presunta flexibilidad ética del demandante,
que, según indica Bobadilla,
“habría mentido en varias
ocasiones durante el proceso”. La
SGAE aseguró que no había recaudado
dinero por derechos sobre
obras que no son de su repertorio
(canciones tradicionales, música
raíz...), “pero hay sentencias contra
la asociación por este motivo”,
recuerda Bobadilla. La SGAE asegura
que es una organización democrática,
transparente y sometida
a todos los controles, pero esto
es algo que la defensa también pone
en duda. En definitiva, concluye
el abogado, “ellos mismos no
amparan su propio honor”.
Amenazas legislativas
La sentencia puede hacerse esperar,
varios meses incluso, pero el
proceso concluye en un momento
en el que las amenazas a los derechos
de los internautas llegan
en forma de proyectos de ley.
Pero se alivian, hasta ahora, en
forma de sentencias. Varios espaldarazos
judiciales pueden frenar
la fulgurante carrera de la
SGAE y otros demandantes de
tribunal en tribunal.

Uno de los casos más recientes
y sonados ha sido el de la revista
Quimera. La SGAE también pedía
9.000 euros a Ediciones de Intervención
Cultural después de la publicación
de un artículo que criticaba
con severidad el celebérrimo
canon digital. La sentencia del 3
de noviembre daba una vuelta de
tuerca. El tribunal no entraba a valorar
si la SGAE recauda o confisca,
pero evidenciaba que la asociación
está sometida al escrutinio
público y es susceptible de ser criticada.
La SGAE, si la crítica no supera
el insulto, debe aguantarse.
¿Qué es insultar a la SGAE? La
sentencia lo detalla: “La lectura
del artículo deja la impresión de
una frontal oposición a la gestión
que de los derechos de autor hace
la actora [...] empleando para ello
palabras que por sí mismas pueden
considerarse ofensivas, como
piratas, mafiosos o extorsionadores,
que aisladas tienen una carga
insultante indudable pero no deben
ser leídas de forma aislada
porque no fueron publicadas de
esa forma, [...] resultando evidente
que cuando se emplean nadie
de formación media podrá englobarlas
dentro de tipos delictivos
de piratería, ni de asociación constituida
para delinquir ni tan siquiera
de proxenetismo cuando califica
a las conductas de la actora como
de chulescas, sino que fácilmente
se pueden relacionar con el
problema de la gestión de derechos
y pago de un canon y no con
otras cosas, al menos si alguien lee
el artículo en su integridad y no se
limita a los destacados en negrita
que figuran en la demanda, por lo
que la demandante puede sentirse
molesta y ofendida por que se critica
sus formas de gestión pero no
insultada ya que lo publicado no
fueron simples insultos sino opiniones
razonadas y elaboradas,
con razón o sin ella”.

También están de enhorabuena
los autores de la web mindoniense.
com, en un caso similar al
que castigó a alasbarricadas.org
por albergar comentarios de algunos
usuarios contra el artista
antes conocido como Ramoncín.
La web recibió un aviso por acoger
comentarios críticos con el alcalde
de la localidad lucense de
Mondoñedo, cuyo gentilicio da
nombre a la web. En esta ocasión,
el juzgado ha eximido de responsabilidad
a los editores del portal,
al entender que sólo tras una
comunicación formal pudieron
tener conocimiento de la posible
ilicitud de un comentario para
decidir borrarlo.

De nuevo en alerta

Los internautas no ganan para
sustos. Los parlamentarios
socialistas instan al Gobierno
a que “lidere una estrategia
consensuada y eficaz que permita
ordenar la circulación de
contenidos en internet”. Esto,
¿no estaba hablado? Hasta la
saciedad, sí, pero el Foro Internacional
de Contenidos Digitales
ha sido una buena excusa
para relanzar el blindaje de las
industrias cultural y tecnológica.
Según Hispalinux, “el primer
paso de una estrategia
cuidadosa e interesadamente
diseñada para amordazarnos y
convertirnos en meros clientes
y quitarnos nuestros derechos
como ciudadanos”.

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