CRISIS, OPORTUNIDAD Y REORGANIZACIÓN POLÍTICA (XV)
Nueva carta de derechos sociales

En los últimos 35 años los movimientos sociales han sedimentado un espacio
ideológico difuso. Esta ‘base social’ no ha generado una representación política
propia, integradora de su diversidad y con presencia electoral. Para las elecciones
municipales de mayo de 2011, las propuestas que piden el voto a este espacio se
han ido ampliando. Reabrimos el debate sobre ‘izquierda social’ y representación.

05/04/11 · 11:35
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ILUSTRACIÓN: ISA

La crisis es el fantasma que
recorre Europa. Las élites
políticas, de la mano de las
económicas, llevan más de
tres años prometiendo una vuelta a
la ‘normalidad’ que en modo alguno
se corresponde con lo ocurrido.

La izquierda, sin diferencias en
sus distintas versiones, de la izquierda
representativa a la alternativa, de
la más tibia a la más extrema, se regodea
en la melancolía y la impotencia.
Incapaz de presentar ni propuesta
ni práctica novedosa a la altura de
los tiempos, de apuntar mecanismos
innovadores de distribución de la
renta y de ampliación de los derechos
sociales, es el blanco de una
desafección política generalizada
que la lleva por la pendiente de una
pérdida de apoyo social y electoral.
Y esto, si es generalizado en Europa,
lo es multiplicado en el Estado español.
Aquí, hace ya tiempo que la izquierda
se despeña en una suerte de
suicidio. El “no os fallaré” de
Zapatero de 2004 o las promesas de
los gobiernos de izquierdas como
los de Cataluña, Galicia, Baleares,
Barcelona, o tantas otras ciudades,
son hoy tristes ejemplos de la retórica
hueca de la clase política. Se
ha perdido la oportunidad histórica
de abrir un ciclo de renovación política
que pensara a la sociedad como
algo más que una mera agregación
de ciudadanos-votantes. Que
pensara la transformación social
desde las instituciones representativas,
como algo más que la simple
concesión de derechos puntuales,
de arriba hacia abajo.

En este paisaje, se nos convoca
de nuevo a elecciones municipales
y, en muchas comunidades, a elecciones
autonómicas. Entre las respuestas
esperables se impone con
progresiva nitidez el “no me representan”,
o más llanamente “su historia
no se refiere a mí”. Los tiempos
son los de la abulia y la atonía
entre opciones que ni convencen ni
se reconocen como alternativa.

Nuestra apuesta no puede ya pasar
por la confianza en logos y marcas
ciegas, o por opciones del tipo
“apoyo lo menos malo”. La apuesta
sólo puede ser ofensiva, y pasa por
inventar otra ética, otra política
más allá de la nostalgia y la resignación.
Sin caer en falsos convencionalismos,
sin reivindicar un localismo
estrecho, en un mundo
donde casi todo pasa por procesos
y determinaciones globales, la ciudad,
en esta coyuntura, puede ser
sin embargo un espacio privilegiado
de intervención: escenario para
una nueva generación de luchas
por la reapropiación y reinvención
de lo común. Territorio idóneo para
la recreación de una cultura del
compartir, de la diferencia y de la
diversidad como goce, para nuevas
formas de redistribución de la riqueza
y del tiempo de trabajo.

La política, la política urbana
–cuya deriva se escenifica en estas
elecciones–, se enfrenta a dos opciones:
o bien se rinde a su vieja
ecuación y opta por la competitividad
urbana, con el objetivo del crecimiento
y el empleo, donde acaba
aceptando el falso supuesto de la
escasez de recursos, y en consecuencia
la inclusión diferencial. O
bien apuesta por nuevos derechos
que reconozcan las capacidades
productivas y de creación de riqueza,
con independencia o no de
su expresión contable. La movilización
política de la ciudad pasa,
en esta última opción, por la movilización
de los nuevos derechos.

Se trata de estimular un nuevo ciclo
de luchas y conquistas sociales.
Luchas y movilizaciones de los pobres
y de los nuevos ciudadanos. Luchas
de la pobreza, en la que pobreza
se construye como potencia, y no como
carencia. Podemos recoger estos
enunciados –ya presentes en la agenda
de los movimientos y las reivindicaciones
ciudadanas– en forma de
una Carta de los Derechos Comunes
Urbanos:

1) Derecho universal e incondicionado
a una renta básica.
Un salario
universal incondicionado, no sólo
paliaría las penurias de millones de
personas que se encuentran en el paro
o sufren a diario la hiperexplotación.
También sería un justo pago
del trabajo actualmente no remunerado.
En este campo, los gobiernos
territoriales pueden hacer importantes
avances preparando el terreno
para hacer efectiva la distribución
equitativa de un excedente de riqueza
que es mayor que en cualquier
época pasada.

2) Reconocimiento de los comunes.
No hay vida ni existencia colectiva
digna de tal nombre sin el
reconocimiento de los medios y
recursos comunes que la sustentan.
La ciudad aparece como tal en su dimensión
pública y común, en su
constitución como espacio público.
Pero también en el conjunto de garantías
necesarias para la reproducción
de la vida. Sin el reconocimiento
de la condición común de estos
bienes y recursos, la vida urbana no
sólo se marchita en una cadena de
obligaciones sometidas a distintos
dispositivos de explotación –como
la hipoteca, el trabajo precarizado,
etc.–, sino que propiamente se
desvanece en una colección de vidas
privadas y enfrentadas al reto
de la supervivencia. El reconocimiento
de formas de propiedad y
gestión comunales, y no sólo como
bienes patrimoniales en manos
de las instituciones públicas,
es la mejor defensa y argumento
frente a la privatización generalizada
de la existencia.

3) Derecho a la información y a
la libre producción y reproducción
de conocimiento.
El conocimiento
es ya uno de los más importantes
bienes comunes de
nuestro tiempo. La actual ofensiva
por la privatización del conocimiento,
es hoy el principal obstáculo
a las formas de cooperación
e intercambio que efectivamente
lo garantizan. Los gobiernos locales
deberán trabajar en este terreno
a través del estímulo de la inversión
pública y la experimentación
colectiva.

4) Derecho a la movilidad. La declaración
de un estatuto de ciudadanía
universal es la única contraparte
justa a la financiarización
del ciclo económico, la hipermovilidad
del capital y la aceleración
de las tasas de explotación.
Este derecho sólo obtendrá
cumplida realización
con la abolición de las fronteras
interestatales, pero también
de aquéllas más sutiles
que fragmentan los espacios
urbanos en zonas de exclusión,
guetos migrantes y espacios
de control. Los gobiernos
de las ciudades pueden y deben
intervenir en la abolición
de tales mecanismos de exclusión,
restableciendo en la práctica
un estatuto generalizado
de ciudadanía en igualdad de
condiciones.

Esta Carta de los Nuevos Derechos
se plantea como un proyecto
político y económico que
apela a cualquier partido que
se reclame de izquierdas. Y sin
embargo, no es la fórmula para
que los partidos de izquierda
‘representen’ a la ciudadanía.
Ésta se constituye hoy como
tendencia a la ‘autorepresentación’.
Migrantes, mujeres, afectados
por las hipotecas, la degradación
de los servicios públicos
y un largo etcétera de agregaciones
emergentes han encontrado
formas de hablar por sí mismas,
sin la mediación de aparatos
institucionales o representativos
caducos.

Es la hora de que la izquierda
ensaye planteamientos nuevos
que sólo pueden pasar por
la aceptación de los límites a
su representatividad y por la
cooperación con los movimientos
y las formas de agregación
que crecen en las nuevas
texturas urbanas. Se trata
de propuestas y programas
prácticos del “movimiento real
que anula y supera el estado de
cosas actual”.

ESTE DEBATE EN OTROS NÚMEROS:

CRISIS, OPORTUNIDAD Y REORGANIZACIÓN POLÍTICA (XIV)
- [¿Votar o botarlos?->13941]

CRISIS, OPORTUNIDAD Y REORGANIZACIÓN POLÍTICA (XIII)
- [Sobre la refundación de IU->12931]

CRISIS, OPORTUNIDAD Y REORGANIZACIÓN POLÍTICA (XII)
-[Equo revuelve el patio->http://diagonalperiodico.net/Equo-revuelve-el-patio.html]

CRISIS, OPORTUNIDAD Y REORGANIZACIÓN POLÍTICA (XI)
- [¿Un partido verde?->12931]

CRISIS, OPORTUNIDAD Y REORGANIZACIÓN POLÍTICA (X)
- [¿Soñando desde la izquierda?-> 11842]

CRISIS, OPORTUNIDAD Y REORGANIZACIÓN POLÍTICA (IX)
- [La huelga y las municipales->11726]
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- [(Re) Construir la izquierda. Ideas->11593]

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CRISIS, OPORTUNIDAD Y REORGANIZACIÓN POLÍTICA (I)
- [Hacia la refundación ciudadana de la izquierda->9520]

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