La red social que vende transparencia
Mil millones de amigos detrás de un muro opaco

Facebook anuncia que “da a la gente el poder de compartir y hace que el mundo sea más abierto”. Todo mediante los valores del liberalismo más extremo.

, Redacción
13/02/13 · 17:18
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AVDA BOURGUIBA, Túnez. La fascinación por Facebook en algunos países árabes donde ha habido revueltas desde 2011 se deja ver en la presencia de la marca en las calles. / Marta G. Franco

En enero se publicó que Mark Zuckerberg, creador de Facebook, va a recaudar fondos para Chris Christie, el gobernador de Nueva Jersey que suena como sustituto de Mitt Romney como candidato republicano. Meses antes, la notificación de que había clicado “me gusta” en la página de Romney causó cierto revuelo, que Zuckerberg trató de diluir alegando que fue una confusión. Pero, más allá de la anécdota, partiendo de que ningún desarrollo tecnológico es neutral, circulan muchas teorías sobre la ideología que subyace detrás del gigante de las redes sociales. Una de las aproximaciones más exhaustivas es el libro En el acuario de Facebook. El resistible ascenso del anarco-capitalismo, firmado por el colectivo Ippolita y editado por Enclave de Libros. Su tesis central es que enlaza “con una ideología, el libertarismo de derechas: fanáticos del mercado capitalista sin reglas, gente que piensa que la libertad es la libertad individual de consumir más y más rápido”.

La transparencia no sale gratis

Cuando Zuckerberg lanzó una red social con varios colegas de la Universidad de Harvard en febrero de 2004 –los orígenes inciertos los retrata la película La red social (2010), que cuenta cómo tuvo que compensar económicamente a algunos por robarles la idea– poco hacía presagiar que se trataría del fenómeno de internet más masivo de la década. En octubre de 2012, Facebook llegó a mil millones de usuarios y domina las redes sociales en todo el mundo (en España, el 96% de las personas que las utilizan tienen cuenta en Facebook; la excepción es Asia y Pacífico, con sólo el 17%).

Básicamente, Facebook permite compartir textos, fotos y vídeos con un listado de contactos, llamados “amigos”. En principio, era exclusivo para estudiantes de las universidades más caras de EE UU, pero cuando recibió una inversión por parte del cocreador de Napster (la primera red masiva de intercambio de archivos) comenzó a expandirse. En septiembre de 2006, ya estaba abierto para cualquiera que declarara tener más de 13 años. A partir de 2007 llegó el desenfreno: una primera inversión de Microsoft a la que siguieron muchos otros grandes fondos, expectación en los mercados y salida a Bolsa a mediados de 2012, mientras se incrementaban exponencialmente las visitas. Por el camino ha implementado funciones más complejas: grupos, chats, videollamadas… y, sobre todo, páginas para empresas, anuncios personalizados, plataformas de pago y un sinfín de sofisticados productos de marketing.

“Que sólo se pueda decir ‘me gusta’ indica que la confrontación está bloqueada, quienes piensan diferente no existen"La portada de la web invita: “Regístrate. Es gratis”. K., de Ippolita, detecta la trampa: “Gratis no existe; si no ves el precio, significa que tú eres la mercancía”. Obviamente, el negocio se basa en los datos personales, y en eso radica su éxito: “Facebook es el campeón de la pornografía emocional y relacional, empuja a comportarse de manera transparente sin reflexionar. Esa tendencia existe en todas las redes, pero Zuckerberg tiene fe ciega en que hay que ser transparentes porque las máquinas nos volverán libres”.

Las amistades mediadas

El núcleo de Facebook es “el muro”, por donde los usuarios ven pasar las historias que comparten sus “amigos” y las páginas a las que están suscritos. La máquina filtra la información que muestra basándose en un algoritmo llamado EdgeRank, que tiene en cuenta la afinidad con el usuario que publicó el contenido, cuánto se valora y cuánto hace que fue publicado. Los usuarios no pueden configurar en qué medida cuentan estos parámetros. Según K., “que sólo se pueda decir ‘me gusta’ indica que la dialéctica de la confrontación está bloqueada, quienes piensan diferente no existen”. En cambio, los anunciantes sí pueden pagar por destacar sus mensajes. Cada vez aparecen más mensajes “patrocinados” entre el flujo de los contactos. Las “Sponsored Stories” son mensajes dentro del muro en los que “amigos” aparecen recomendando marcas; el sistema “Instant Personalization” hace que ciertas páginas fuera de Facebook se muestren de manera individualizada. Facebook lo llama promocionalmente “que la web haga las cosas que quieres que haga por ti”; Ippolita habla de “delegación tecnocrática” y señala los peligros en cuanto a la homogenización y falta de control por parte de los usuarios.

Cuando las relaciones personales están encajadas dentro de un programa informático, es fácil encontrar casos en los que resulta demasiado rígido. En el perfil de usuario, se pregunta el sexo en términos binarios (hombre / mujer). Colectivos queer o trans han pedido a la empresa que dé otras opciones, ésta ha zanjado el asunto alegando que se puede optar por no mostrar el sexo. Hasta que Obama no se pronunció a favor del matrimonio gay, en julio del año pasado, no había iconos que contemplaran parejas homosexuales.

Capítulo aparte merece la censura. El filtro es “social”: los usuarios reportan lo que consideren abusivo y Facebook revisa los ítems que reciben más quejas. Escudándose en que deciden los usuarios, han borrado numerosas fotografías de mujeres dando el pecho a bebés por considerarlas pornográficas.

La privacidad asimétrica

En noviembre de 2007, Facebook estrenó un sistema llamado Beacon que servía para recolectar información sobre qué consultaban o compraban sus usuarios en otras webs. En principio la información se guardaba en su perfil, pero la controversia y muchas críticas les obligaron a desactivarlo en septiembre de 2009. Desde entonces, creció entre los usuarios la conciencia de que la privacidad está en juego. Por ejemplo, el Observatorio de Redes Sociales destaca en 2012 que entre los internautas españoles “existe una extendida suspicacia respecto al uso de los datos personales”.

En su estrategia comunicativa, Facebook se ha mostrado sensible a las críticas y permite elegir el grado de accesibilidad de cada contenido, pero lo cierto es que la configuración por defecto cada vez es más abierta. En la primavera de 2012, llegó a acceder a que un cambio en su política fuera ratificado por los usuarios, pero no se llegó al 30% de participación que exigía para que el referendo fuera vinculante. La propia plataforma no lo publicitó. La transparencia radical que pide a los usuarios contrasta con el software que la sustenta. Facebook presume de ética hacker, pero sólo ha liberado algunas partes de su código. Poco hacker es la posición del usuario, porque no puede entender cómo funciona ni modificarlo.

En sus propios términos de servicio reconoce que pueden compartir información con los gobiernos más allá de lo que exige la ley para “que los usuarios no violen nuestro propio código de responsabilidades”. En julio de 2011, Facebook detectó mensajes de activistas pro Palestina que iban a volar a Tel Aviv para participar en acciones de boicot. Sin ningún requerimiento judicial mediante, lo notificó al Gobierno de Israel, que les prohibió la entrada. Durante la primavera árabe, Facebook se desmarcó corporativamente del papel central que le asignaron algunos analistas, minimizando su papel probablemente por miedo a que los gobiernos frenaran su expansión comercial. A pesar de que algunos activistas egipcios pidieron que dejara de requerir nombres reales para las cuentas de usuario por peligro de represión, se negaron a hacer excepciones en su política. La ley de EE UU es poco garantista en cuanto a la protección de datos personales frente a empresas, pero, aprovechando que Facebook tiene oficinas en Irlanda, algunos usuarios europeos están tratando de ejercer su derecho de acceso, hasta ahora con poco éxito (ver Europe-v-Facebook.org).

Inversores

Para comprender los intereses empresariales, se puede rastrear entre su accionariado: Digital Sky Technologies, del magnate ruso Yuri Milner, también presente en Twitter; capitales de riesgo de Goldman Sachs y Greylock Partners, que comparte un directivo, Howard Cox, con In-Q-Tel, empresa de vigilancia tecnológica que trabaja para la CIA en el escenario post 11S; y presencia de Accel Partners, cuyo capo, Peter Thiel, es considerado ideólogo y gran influencia para Zuckerberg. Thiel es un firme ultraliberal y entre sus intereses, que demuestra financiando fundaciones y lobbies, están acabar con el multiculturalismo y reivindicar a Reagan y Thatcher. Es parte de la conocida como “Mafia Paypal”, quienes fundaron la compañía que permite enviar dinero sin controles gubernamentales ni impuestos.

K. resume la ideología de este tipo de proyectos: “Los individuos son libres por naturaleza y la libertad se construye de manera separada para cada individuo, con la mediación de una tecnología perfecta”. Puede parecer ingenuo, “pero funciona: el sistema financiero es anarco-capitalista, las máquinas deciden el ‘bien’ en las transacciones financieras, haciendo cálculos con una rapidez incomprensible por seres humanos”. Con este panorama, “gana quien tiene el mejor algoritmo”, a no ser que proliferen iniciativas autogestionadas y libres. “Nadie va a preocuparse de nuestro bienestar en un mundo tecnócrata: es la tarea de cada uno y de todas”, concluye K.

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Los gobiernos preguntan más

Facebook no suele ofrecer explicaciones sobre las peticiones de información o censura que recibe por parte de gobiernos e instituciones, pero otras compañías de la web 2.0 sí aseguran que son transparentes al respecto.

Más censura en Twitter
Twitter publica periódicamente un informe que recoge las solicitudes que le llegan de gobiernos de todo el mundo. En 2012 recibieron 1.858 peticiones para identificar a usuarios, 48 para retirar contenidos y 6.646 notificaciones vinculadas a derechos de autor. La mitad fueron rechazadas por defectos de forma, pero el total crece cada semestre.

 

Un 70% más desde 2009
A Google le llegaron el año pasado, según su informe, 42.327 solicitudes de información sobre 68.249 usuarios. La cifra de peticiones gubernamentales de cualquier tipo ha aumentado un 70% desde 2009, lo que es especialmente preocupante en países como Estados Unidos, donde la legislación vigente no requiere la intervención de un juez en este proceso

¿De qué se nutre la burbuja de la web 2.0?

Por Tomás Muñoz
Tras su salida a bolsa en mayo del año pasado, en la que era la operación de salida de mayor envergadura en la historia de Wall Street, Facebook vivió uno de los desplomes más sonados. En el arranque de cotización de la compañía, las acciones, con precio de salida de 38 dólares, descendieron en dos días hasta el punto de que la compañía se devaluó en 14.000 millones de dólares. En agosto, cuando se levantó el bloqueo de venta de los accionistas principales, los títulos llegaron a cotizar a la mitad (19 dólares). Pese a que se ha recuperado algo el valor, desde su salida ha perdido el 25% de su valor inicial. El gigante de internet, con más de mil millones de usuarios, no consigue más que una monetización en publicidad de cinco dólares por usuario. Este año ha obtenido unos 64 millones, frente a los 302 millones de 2011. Peor todavía lo tiene Twitter; aunque no divulga sus resultados financieros, se estima que obtiene algo más de dos dólares por usuario en concepto de publicidad. Tras muchas especulaciones, parece que la red de microblogging va a poner en circulación su propia aplicación publicitaria. De hecho, fuentes de TechCrunch hablan ya de una salida prevista para este primer trimestre de 2013, con el que la compañía espera poder monetizar mejor.

 

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