REFORMA LEGISLATIVA: NUEVA LEY DE UNIVERSIDADES
Maniobras políticas para normas neoliberales

El 8 de marzo el Gobierno
conservador aprobó una
ley que ha generado
protestas masivas en
las universidades.

10/05/07 · 0:00
Edición impresa

El artículo 16 de la Constitución
griega prohíbe la
creación de universidades
privadas. Todas las universidades
norteamericanas y británicas
que han querido instalar
una sucursal en el mercado griego
han tenido que conformarse bajo el
título de Centros de Estudios (CE).

Existe una larga lista de entidades
educativas, sobre todo anglosajonas,
que mediante sus respectivas
embajadas o gobiernos presionan
para que sus sucursales adquieran
plenos derechos y se reconozcan
como universidades. Lo mismo
ocurre con el empresariado local
e instituciones como la Iglesia,
que, al no disponer de CE con el
estatus deseado (es decir, equiparados
a los centros públicos) intentan
conseguir una cuota mayor
del mercado educativo a través de
la educación superior, un territorio
al que han tenido escaso acceso
hasta el momento.

En enero, el Parlamento empezó
a debatir la reforma constitucional,
pero el partido conservador se quedó
sin el apoyo del Partido Socialista,
a causa de la presión del movimiento
estudiantil, y la reforma
ha quedado aplazada sine die. Sin
embargo, para preparar el camino
privatizador el Gobierno griego ha
aprobado una ley universitaria que
inserte la educación superior en la
lógica del proceso de Bolonia y que
desprestigie aún más las universidades
públicas. Los ejes centrales
de esta ley son tres. Por un lado, la
firma de un convenio de cuatro
años entre el Estado y la Universidad,
en el que se especificarán las
metas que la institución académica
tendrá que alcanzar. La financiación
dependerá de si el Estado
aprueba o no estas metas, algo que
supone una injerencia en la autonomía
universitaria, y también un
buen pretexto para disminuir el ya
bajísimo presupuesto público para
la educación (del 3,58% del PIB en
2004, se pasó al 3,09% en 2006). Las
universidades griegas tendrán que
recurrir, además, a la iniciativa privada
para conseguir otras fuentes
de financiación, y adaptarse a las
necesidades del mercado.
El segundo punto hace referencia
a la restricción del asilo académico.

Cabe decir que a las fuerzas
policiales se les prohíbe entrar en
los campus universitarios, una restricción
que permite a colectivos y
personas llevar a cabo varios tipos
de actividades o protestas -sobre
todo en las facultades del centro de
la ciudad- sin el miedo de la represión.
La nueva definición de “asilo
universitario” considera que la toma
de un edificio por parte de estudiantes
puede impedir el acceso al
conocimiento y, por ello, constituir
una violación del asilo.

En tercer lugar, la nueva ley impone
un mayor control sobre los
miembros de la comunidad académica.
El estudiantado tendrá un
plazo límite para terminar los estudios,
así que deberá concentrarse
en ellos y dejar de lado otro tipo de
actividades. Además, será difícil
trabajar y estudiar a la vez, algo que
supone un tipo de exclusión para
las capas económicas más bajas.
Otra restricción tiene que ver con
la duración mínima de los semestres,
que pasan de nueve a 13 semanas.

Esto significa que, durante
casi un mes, ni el profesorado
podrá recurrir a la huelga, ni las estudiantes
podrán ocupar las universidades,
la forma tradicional de
protesta en Grecia. Por último, el
nuevo régimen legislativo consolida
y extiende el trabajo temporal
de los profesores, que actualmente
afecta a uno de cada cuatro.

Tags relacionados: Educación Universidad Educación
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

separador

Tienda El Salto