El pasado verano se celebró en Nador (Marruecos) el 2º
Coloquio sobre la guerra química contra el Rif, organizado
por ‘Le Monde Amazigh’, el Congreso Mundial Amazigh y
la Confederación de Asociaciones Culturales Amazigh.
Afinales del siglo XIX y comienzos
del XX, el Estado
español estaba políticamente
dividido (absolutistas
contra liberales, moderados contra
progresistas, guerras carlistas...).
Como consecuencia de la guerra que
a la postre supondría la pérdida de
las colonias de Cuba, Puerto Rico y
Filipinas se dilapidaban ingentes recursos
económicos. Esta situación
política y económica se interpretaba
como una catástrofe: se estaba perdiendo
relevancia internacional.
El colonialismo español en el Norte
de África se produjo como respuesta
a la pérdida de las colonias en
1898, aunque los intereses de ciertos
sectores del capital español venían
de tiempo atrás. Como lo hacen ahora,
dirigieron su mirada a la explotación
de los recursos autóctonos, a las
concesiones de infraestructuras
(fundamentalmente ferroviarias), a
la industria de armamento y a los
monopolios, tanto industriales como
comerciales. El capitalismo industrial
financiero vasco, el industrial
catalán y el financiero madrileño fueron
los más decididos agentes de esta
aventura colonial.
Entre 1919 y 1921 se duplicó el territorio
español en torno a Melilla.
Estos excesos provocaron la reacción
de los pobladores autóctonos,
que en julio de 1921 atacaron por sorpresa
el puesto español de Annual:
entre 10.000 y 13.000 soldados (según
las fuentes) perdieron la vida en
aquella cruenta batalla. La soldadesca
del Ejército español pertenecía a
las clases sociales más empobrecidas,
obreros y campesinos obligados
a hacer el servicio militar durante dos
años por no poder pagar los 6.000
reales que les eximían.
Al Estado español le corresponde
el denigrante privilegio de haber sido
el primer país en utilizar gases tóxicos
contra población civil mediante
bombardeos aéreos. Para doblegar
la resistencia rifeña no se tuvieron
contemplaciones: se bombardearon
poblados, se quemaron viviendas
y campos de cultivo aunque lo
decisivo para vencer en la guerra fue
la alianza franco-española, que posibilitó
un Ejército suficiente, una notable
diferencia tecnológica y el uso
del armamento químico.
Gas tóxico contra civiles
Hay numerosos textos que recogen
abundante información al respecto.
Una de las primeras fuentes se debe
a David S. Woolman, quien en su libro
de 1971 Abd-el-Krim y la guerra
del Rif (Oikos Tau, 1971) narra cómo
los soldados españoles llevaban un
equipo de protección completo que
contaba con máscaras antigás; cómo
los buques transportaban grandes
cargamentos de bombas y gas tóxico,
y cómo las poblaciones rifeñas
fueron bombardeadas tanto por los
españoles como por los franceses.
En 1990 Rolf-Dieter Müller y Rudibert
Kunz, en su obra Gas venenoso
contra Abd-el-Krim. Alemania, España
y la Guerra del gas en el Marruecos
español 1922-1927 sacaron a
la luz los bombardeos con armas químicas
realizados por el Ejercito español
en el Rif.
Han pasado más de 80 años y todavía
sigue habiendo gente a los dos
lados del Mediterráneo que se opone
al silencio y al olvido, y que quiere
denunciar lo ocurrido entonces así
como la continuidad en el tiempo de
los recursos y la lógica (la de la guerra)
que hicieron posible aquella ignominia
que aún pervive amenazante.
Como nos recuerda el historiador
Enrique Cerro Aguilar, “80 años después
de aquellos sucesos, el Rif sigue
siendo la zona de Marruecos con
más altos índices de cáncer, y uno de
cada dos niños que acude con esa enfermedad
al hospital de Rabat es de
esa región”.
La influencia de la aventura colonial
en el Rif y la Yebala marcaron
de forma decisiva la historia contemporánea
del Estado español. Tales
hechos favorecieron que los militares
africanistas (Sanjurjo, Franco y
Millán Astray) se sublevaran contra
el Gobierno de la República. Lo que
allí aconteció fue una especie de laboratorio
para quienes, como el rey
Alfonso XIII, que se identificaba
con los africanistas militaristas,
consideraban que la ofensiva de los
rifeños no era más que “el borrador
de una sublevación general de todo
el mundo musulmán a instigación
de Moscú y de la judería internacional”
a quienes había que dar una
respuesta contundente.
Sería deseable que el Gobierno español
terminara reconociendo su
responsabilidad, independientemente
del uso que este reconocimiento
conllevara: algunos pueden considerar
que se hace un acto de justicia,
que la verdad se restituye; otros, que
las armas químicas usadas entonces
siguen siendo una pesada espada de
Damocles que pende sobre nuestras
cabezas y que es deseable que los
protocolos y convenciones que teóricamente
garantizan su control no
sean tan timoratos e indeterminados.
En la actualidad se siguen detrayendo
recursos socialmente útiles
para favorecer una industria militar
cada vez más especializada y en manos
de grandes corporaciones industriales
y financieras. Aún hoy la guerra
sigue siendo la forma de hacer
política por otros medios. Aunque la
retórica actual no es la de antes, se
siguen justificando enormes gastos
militares por la amenaza de supuestos
enemigos que son el comodín que
permite mantener una imparable
máquina de guerra.
La fábrica de La Marañosa de
Madrid, puesta en marcha en 1923
para producir el armamento químico
que se utilizaría en el Rif, hoy, 85
años después, no sólo no ha sido cerrada
sino que se ha convertido en
un instituto tecnológico que alberga,
además de la fábrica, el Laboratorio
Químico Central de
Armamento, un polígono de tiro y
varios centros de ensayo e investigación
militar. Está previsto, además,
que se convierta en un centro
de referencia en investigación para
la guerra NBQR (nuclear, biológica,
química y radiológica) para el Ejército
español, la UEO y la OTAN (para
más información puede consultarse
la página de la Plataforma:
www.nodo50.org/maranosa).
¿LEYES HUECAS O UN INTENTO DE CERRAR LAS HERIDAS QUE AÚN SIGUEN ABIERTAS?
J.TORIBIO
En 2005, ERC llevó al Congreso
de los Diputados una Proposición
no de Ley de reconocimiento de
responsabilidades del Estado
español que fue rechazada gracias
al acuerdo del PSOE y del
PP. En abril de 2008 en la Proposición
de Ley de reconocimiento
de todas las víctimas de la dictadura
y de recuperación de la
memoria histórica, presentada
por el Grupo parlamentario de
ERC-Izquierda Unida-Iniciativa per
Catalunya-Verds, se incluyó una
disposición adicional que busca
el reconocimiento de responsabilidades
del Estado español y la
reparación de daños por el uso
de armamento químico en el Rif
con los siguientes enunciados:
1. El Gobierno reconocerá la responsabilidad
del Estado español
por las acciones militares llevadas
a cabo por el Ejército español
en contra de la población
civil del Rif durante los años
1922-1927.
2. Para ello se organizarán y
celebrarán actos de reconciliación
y de solidaridad para con
las víctimas, sus descendientes y
el conjunto de la ciudadanía rifeña,
como forma de expresar la
petición de perdón por parte del
Estado español.
3. Se facilitará la obra investigadora
de los historiadores y de
todos aquellos interesados en
conocer los hechos históricos
mediante la adecuación de los
archivos militares a los protocolos
de la archivística actual.
4. Se revisarán las anotaciones,
referencias y capítulos relativos a
campañas militares llevadas a
cabo por el Ejército español que
oculten el uso de armamento
químico y/o tergiversen la veracidad
histórica.
5. Se dará apoyo a aquellas asociaciones,
culturales y científicas
españolas y marroquíes dedicadas
a la labor de investigación
de los efectos y consecuencias
del empleo de armamento químico
en el Rif.
6. Asumirá las posibles compensaciones
económicas de carácter
individual que pudieran reclamarse
por los daños causados.
7. Contribuirá a la reparación de
los daños colectivos, a la compensación
de la deuda histórica
8. Dotará a los hospitales del Rif,
y en especial a los de Nador y
Alhucemas, de unidades sanitarias
especializadas en el tratamiento
oncológico que contribuyan
a aminorar los altos
porcentajes de enfermedades
cancerígenas”.
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