La universidad no se resigna ante Bolonia

La progresiva adaptación a Bolonia, que terminará en 2010, ha vuelto
a provocar que los universitarios tomen las calles de todo el Estado y las propias facultades.

27/11/08 · 0:00

Por enésima ocasión, los estudiantes
universitarios han vuelto a demostrar
en las calles su oposición
al proceso de Bolonia. El 17 de noviembre,
la jornada europea de lucha
estudiantil volvió a ser el nexo
de unión para que en más de 70 ciudades
de todo el Estado la comunidad
universitaria volviera a criticar
las consecuencias del Espacio Europeo
de Educación Superior: dependencia
del sistema universitario
de la iniciativa privada, progresiva
sustitución de las becas por préstamos,
competitividad entre universidades...
A lo que el nuevo curso ha
añadido el descenso en la financiación
pública en comunidades como
Madrid o Valencia.

Pero las protestas no han partido
desde cero. Tras un final de curso
2007-2008 repleto de movilizaciones
y ocupaciones de facultades, el verano
trajo la tranquilidad al nuevo
Ministerio de Ciencia e Innovación y
a los rectorados. Desde el mes de octubre,
cuando la primera facultad de
la Universidad de Valencia (UV) fue
tomada por los estudiantes, las protestas
no han dejado de extenderse.
En la capital levantina los encierros
continúan y se han extendido desde
Filosofía y Letras a otras siete facultades,
así como a otras ciudades como
Madrid o Barcelona.

“Según avanza la implantación
de los nuevos planes de estudio,
más cercano se siente Bolonia y así
está resultando más fácil movilizar”,
explica Sergio Pascual, de la
Universidad de Sevilla. Pero esta situación
también resta las oportunidades
para frenar este cambio. Eso
sí, el objetivo de los estudiantes no
ha cambiado: “Nuestra meta ahora
mismo no es modificar, sino parar
el proceso”, recalca Pascual.
Semana de manifestaciones
Aunque únicamente en el País Vasco
se convocaron movilizaciones
para el 17 de noviembre, el grueso
de las protestas se produjo el 13 de
noviembre. “La convocatoria fue un
éxito tanto a nivel estatal como a nivel
local [en Madrid], con un seguimiento
de la huelga en torno al
90%”, afirma Olga Arnaiz. El protagonismo
se trasladó a Galicia, el 19
de noviembre; y a Catalunya,
Valencia y Castilla-León, el 20.
Unos actos que ha sido respondidos
en la UV “para destruir y desmontar
los diversos campamentos de estudiantes
de los Campus de Blasco
Ibáñez y de Tarongers”, continúa
denunciando la Asamblea de
Estudiantes de la UV, “aprovechándose
además del pacto entre alumnos
y decanatos de no mantener los
encierros durante el fin de semana”.
Pero las movilizaciones convocadas
por las asambleas universitarias
no han sido las únicas que mostraron
la oposición a las reformas. El
14 de noviembre, en ciudades de toda
Europa, y entre ellas siete localidades
del Estado español, se denunció
la indiferencia del Gobierno de
Berlusconi “ante las protestas de sus
contra las directrices de la Reforma
Universitaria”, explica Cinzia Salluzzo.
De una forma más sectorial, pero
también con el problema de Bolonia
de fondo, el 19 de noviembre
miles de estudiantes de Ingeniería
Informática salieron a la calle para
reclamar al Gobierno que incorpore
sus estudios a las nuevas titulaciones
de grado y máster.

Una estrategia que unificar
Estas protestas se han trasladado directamente
a los responsables universitarios.
En Valencia, el rector se
vio obligado a debatir con 2.000 estudiantes,
que no consiguieron
arrancarle la paralización del proceso
para celebrar un referéndum. Más
positivo parecía haber sido el encuentro
en mayo con el de la
Complutense, que se comprometió a
retirar el nuevo máster en Formación
del Profesorado, pero ha sido
aprobado a primeros de noviembre.
Tras estas protestas, las asambleas
discuten las próximas acciones
entre “una lista larguísima de
propuestas”, explica Virginia, de la
Universidad de Valencia, ciudad
que podría albergar en los primeros
días de diciembre un encuentro
estatal para coordinar la oposición
a la implantación de Bolonia.
Un proceso al que no le ha faltado
el apoyo desde informes internacionales
en las últimas semanas, y que
han tenido mayor repercusión en la
prensa que las protestas estudiantiles.
La OCDE ha aconsejado la extensión
de los préstamos renta a FP
y recordado que ningún campus español
está entre los mejores del
mundo. Algo ampliado por el Lisbon
Council (centro de estudios belga)
que sitúa la universidad española como
la peor de los 17 países más ricos
y farolillo rojo al aplicar Bolonia.

Cargas en Lugo y Barcelona

Los estudiantes peor parados
por las movilizaciones fueron
los de Barcelona y Lugo. En
capital catalana, los Mossos
cargaron en la acera para evitar
que se cortaran las Ramblas.
Entre los heridos por la carga
policial, el fotógrafo colaborador
de DIAGONAL José Colón (foto
superior). En Lugo, al final de
manifestación ante la Subdelegación
de Gobierno la policía
también realizó cargas.

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José Alfonso
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