IRAQ // EL NÚMERO DE INFORMADORES ASESINADOS SUPERA A LOS DE LA II GUERRA MUNDIAL
La persecución a la prensa en Iraq alcanza a los autores de blogs

En diciembre, el tiroteo
contra un periodista
iraquí se convertía en la
mayor agresión contra
el autor de un blog,
pero en Iraq también se
han vivido otras
presiones contra estos
diarios por internet.

10/01/08 · 0:00
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UNA POLICÍA LEAL A LA OCUPACIÓN. El Ejército de Estados Unidos entrena a miembros de la policía iraquí / Staff / Russell Leeo

Ali Shafeya Al Moussawi, autor del
blog aliveinbaghdad.org (con vida
en Bagdad) no volverá a actualizar
su bitácora. El 17 de diciembre era
asesinado en su domicilio de la capital
iraquí. Según afirman sus vecinos,
efectivos de la Guardia Nacional
Iraquí entraron en su casa por la
fuerza y le acribillaron. En el cuerpo
se encontraron 31 impactos de bala.
Su caso supone el último asesinato
de un periodista en un escenario
que ha sido definido como el “mayor
cementerio histórico de periodistas”.
Desde el inicio de la guerra
en marzo de 2003, en el país árabe
han muerto cerca de 170 periodistas
o colaboradores de medios. Este
número no sólo supera al número
de informadores muertos en la II
Guerra Mundial, también supone
una cantidad mayor a la de dos décadas
de guerra en Vietnam o de los
conflictos de los Balcanes en los ‘90.
Muchas víctimas no han sido accidentales.

Según denuncia la Federación
Internacional de Periodistas,
en Iraq las tropas angloamericanas
han considerado blancos legítimos
a los medios árabes que rompían el
discurso homogéneo. Y no sólo árabes.
Como demostró el asesinato
del cámara de Telecinco José Couso,
también periodistas occidentales
fueron objetivo militar.

En Iraq, los blogs parecían exentos
de estos riesgos. El asesinato de
Al Moussawi marca un paso más en
la persecución de los medios por internet.
De hecho, a lo largo de 2007
algunos blogs de referencia sobre
Iraq han tenido que despedirse.
‘Bagdad en Llamas’, escrito por una
iraquí de 24 años, que bajo el seudónimo
de Riverbend describía la
vida corriente en las calles de la capital,
continúa publicándose, pero
el pasado julio, su autora abandonaba
Iraq junto a su familia por la insostenible
situación del país.

En el mes de mayo, el Pentágono
invocó motivos de seguridad para
restringir las bitácoras elaboradas
por soldados donde contaban su experiencia
personal sobre la guerra.
El Departamento de Defensa esgrimió
además motivos como el ancho
de banda que consumen las webs
de vídeos, fotos o blogs.

La guerra de los blogs

Sobre estas restricciones advertía
a principios de 2007 Dahr Jamail,
periodista independiente que durante
ocho meses informó desde
Iraq en su blog. Ante una pregunta
de este periódico sobre si creía que
los gobiernos tomarían medidas
contra los blogs, Jamail no mostraba
dudas: “Internet ha tenido un
enorme impacto en el periodismo
porque a través de los blogs surge
una oportunidad de actuar como
un control auxiliar. En ocasiones,
también han forzado a los medios
de masas a cubrir historias que de
otro modo habrían sido censuradas
o ignoradas. Lo más probable
es que, en breve, los gobiernos comiencen
a ahogar el fenómeno de
internet. De hecho, esto está comenzando
a pasar en EE UU”.

En una guerra en la que el periodista
‘empotrado’ (que pasa sus días
enrolado junto a las tropas de
combate) fue la figura predominante
entre los corresponsales, los
blogs fueron vistos en principio como
un contrapeso. No es de extrañar
que las bitácoras, capaces de poner
en contacto a una persona con
audiencias potencialmente masivas
y, sobre todo, carentes de la red de
filtros de edición de los medios, vivieran
en Iraq su bautismo como
fuente que tener en cuenta.
Fue en los meses previos al ataque
cuando el blog de Salam Pax,
seudónimo de un misterioso ingeniero
iraquí de 29 años, comenzó
a recibir millones de visitas. Era el
primer cronista de la red. Después
siguieron otros muchos: civiles
iraquíes, periodistas, analistas, diplomáticos
o incluso soldados estadounidenses.

La información
varía enormemente desde el punto
de vista ideológico según qué
blog se lea. Aun así, estos nuevos
medios han permitido, cuando
menos, tener acceso a una información
diferente. Como escribió
la revista Foreign Policy: si la guerra
del Golfo dio a conocer al
mundo el llamado efecto CNN, la
guerra de Iraq supuso “la puesta
de largo de los blogs”. Las noticias
e imágenes que circulan por
internet, junto a la presencia de
actores informativos como Al
Yazira, han permitido que se tenga
una visión del conflicto muy
distinta a la ofrecida en 1991,
cuando la hegemonía exclusiva de
la CNN convirtió la intervención
bélica en una guerra sin imágenes
de víctimas, dominada por una estética
de videojuego. En la actual
guerra los símbolos son otros: van
desde las fotos de torturas en Abú
Ghraib, pasando por el tiroteo a
quemarropa sobre un iraquí en
Faluya o la muerte en la horca de
Sadam Husein, grabada en un
móvil y colgada en la red.

Desde el punto de vista académico,
algunos teóricos han visto la
irrupción de estas informaciones
abiertamente críticas como un
ejemplo de “crisis de control tecnológico”,
un efecto producido por
el desfase de tiempo entre la aparición
de una nueva tecnología y la
capacidad de asimilarla. Un fenómeno
similar a lo ocurrido en Vietnam,
con la llegada de la TV en el
frente. Ahora se intenta poner freno
a los blogs, algo que no deja de
ser irónico, sobre todo si se tiene
en cuenta que la red fue una creación
del Pentágono.

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