...Y SIN EMBARGO SE MUEVE
La Navidad o el triunfo del Sol

Entre los estudiosos hay cierto
consenso sobre el nacimiento
de Jesús de Galilea: éste tuvo
lugar, aunque parezca una perogrullada,
en torno al año 5 a.C.
y, probablemente, durante los
meses de marzo o abril. ¿Por
qué entonces se celebra el 25
de diciembre? Parece que sobre
el año 350 se decidió hacer
coincidir esta fiesta con una de
las celebraciones más importantes
del mundo antiguo, el Sol
Invictus, que durante varios días
festejaba el solsticio de invierno.

04/01/07 · 0:00
Edición impresa

Entre los estudiosos hay cierto
consenso sobre el nacimiento
de Jesús de Galilea: éste tuvo
lugar, aunque parezca una perogrullada,
en torno al año 5 a.C.
y, probablemente, durante los
meses de marzo o abril. ¿Por
qué entonces se celebra el 25
de diciembre? Parece que sobre
el año 350 se decidió hacer
coincidir esta fiesta con una de
las celebraciones más importantes
del mundo antiguo, el Sol
Invictus, que durante varios días
festejaba el solsticio de invierno.

En efecto, los solsticios corresponden
al momento en el que la
Tierra pasa por los extremos de
su órbita que marcan las estaciones
de verano e invierno: la
diferencia de duración entre el
día y la noche entonces es máxima.
Así, a partir del solsticio de
invierno los días dejan de menguar
y empiezan otra vez a crecer.
Hoy, cegados por la luz de
los escaparates, esto no nos
afecta demasiado. Pero en otras
sociedades, o incluso en
ambientes rurales, la falta de luz
es una cuestión seria que modifica
el quehacer diario y el estado
anímico. Por eso, ya desde
antes de los romanos, el ecuador
del invierno (lo que hoy llamamos
su comienzo) señalaba
el triunfo del Sol sobre las sombras,
por lo que se adornaban
las casas con laurel o con acebo
representando la victoria de la
naturaleza sobre el frío.
Más difícil parece resolver el
misterio de la estrella de Belén,
ya que puede tratarse de un
adorno literario para resaltar la
figura de Jesús: podría ser un
hecho milagroso o bien algún
fenómeno astronómico real. En
este último caso, hay motivos
históricos y científicos para descartar
cometas, supernovas o
lluvias de meteoros. Los estudiosos
no han llegado a un consenso.

Parece que una nova
observada por los chinos es el
más serio candidato, aunque
otros apuntan a una cadena de
acontecimientos (una conjunción
triple, un agrupamiento de
planetas y una ocultación) que
tuvieron lugar por esas fechas, y
que culminaron con la nova.
Los paleoastrónomos tampoco
saben mucho de los Reyes
Magos, ni siquiera su número.
Algunas evidencias señalan
que pudiera tratarse de embajadores
o astrólogos persas.
Pero en contra de la creencia
popular que les atribuye el origen
de la costumbre de hacer
regalos, lo cierto es que para
los celtas el solsticio era ya
una fiesta de la abundancia, en
la comida y los presentes.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

separador

Tienda El Salto