"CORRESPONSALES BÉLICOS // LA ""ESPECTACULARIZACIÓN"" DEL CONFLICTO MARCA LAS COBERTURAS"
“La guerra continúa, aunque no haya fuegos artificiales“

Los conflictos armados se reproducen por todo el mundo, pero su repercusión en los grandes medios se reduce a simples instantáneas, que incluso, como denuncian algunos periodistas, son ‘fabricadas’.

02/04/09 · 0:00
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Foto: David Fernández

“¿Para qué apostar por el periodismo
de calidad, con fin social, en
tiempos del ‘show de la información’
en que es más importante el
titular llamativo que la profundidad,
la explicación que aporte algo
a los lectores?”, se pregunta Hernan
Zin, que durante 15 años ha
recorrido zonas en conflictos y escribe
un blog para 20 Minutos.

Las guerras, muy lejos de disminuir,
han aumentado en los últimos
años. En 2007, según datos de la
ONU, 11,4 millones de refugiados vivían
fuera de sus países, en comparación
con 9,9 millones en 2006.
Además, otros 26 millones fueron
desplazados dentro de sus propios
países en 2007, en comparación con
24,2 millones un año antes. Una situación
tan olvidada como las zonas
donde suceden, especialmente si se
trata de Asia o África. Incluso en
territorios que suelen atraer la atención
mediática como Gaza no siempre
interesan. “La guerra continúa,
aunque no haya fuegos artificiales
como coloquialmente se habla en los
medios, y las imágenes no sean tan
coloridas, y las personas mueren por
el bloqueo de Israel. Por ejemplo, no
llegan medicamentos”, explica a
DIAGONAL Alberto Arce, uno de los
tres extranjeros que cubrieron los
bombardeos israelíes de enero. Accedió
en barco días antes del comienzo
de la guerra, formando parte de
un envío de ayuda humanitaria, para
rodar un documental. Al final, se
convirtió en el único ‘periodista’ español
en la zona. Afganistán, por
ejemplo, sólo cuenta con la presencia
habitual de Mónica Bernabé de
El Mundo. ¿Por qué ocurre esto? “Es
una buena pregunta, se la haría a los
directores”, responde Zin.

“La guerra es un negocio, todos los
buitres que quieren negociar contratos
se acercan. Permite corromper
gobiernos, conseguir materias primas
a mejor precio. Beneficios rápidos
y baratos. Y las potencias occidentales
están siempre vinculadas
directa o indirectamente. Esas materias
primas las utilizamos cada día:
petroleo, coltán, uranio...”, explica
Gervasio Sánchez, fotógrafo y periodista
de El Heraldo de Aragón.

Rompiendo fronteras

“A pesar de la censura israelí, mediáticamente
perdieron la guerra. Los
palestinos lo cubrieron muy bien,
gracias a su trabajo, a su formación y
a la difusión de agencias como Reuters”,
comenta a DIAGONAL Sánchez.
Mientras los medios de todo el
mundo “se limitaban a recibir el parte
del Ejército israelí y luego contrastar
algunas de esas informaciones.
Pero siempre a distancia. Israel ponía
sus propias reglas e incumplirlas
supone riesgos como perder su acreditación
o la del medio, además de lo
que es en sí una guerra”, reconoce
Arce. Cuatro periodistas murieron
por los bombardeos israelíes. En mayo
se producirá un acto en recuerdo
de éstos, en Palestina, al que acudirá
Javier Couso, hermano de José, asesinado
en 2003 [ver recuadro].

“Los reporteros extranjeros somos
privilegiados. Siempre tenemos
pasaje de vuelta. Si vas a una
guerra es para estar allí, con sus
consecuencias. Esperar inmunidad
es absurdo. Si no la tienen los niños,
las mujeres, los ancianos, ¿por
qué la vas a tener tú?”, explica Zin.

Imágenes fabricadas

“El 99% de los periodistas free lance
que conozco quieren estar donde pasa
la noticia”, continúa Zin. Sin embargo,
también es habitual la cobertura
de conflictos por parte de corresponsales
desde cientos de kilómetros
en la habitación de un hotel, o la
fabricación-recreación de hechos.
Da igual cuándo haya pasado, lo que
importa es la imagen, y como si de
una película se tratara, se escenifica.

No es real, pero sí verídico, explica
otro periodista que prefiere no
revelar su identidad y que reconoce
que el 80% de los corresponsales hacen
todo el trabajo desde el hotel. Un
ejemplo: el documental Pallywood.
Desmiente el bombardeo de una escuela
de la ONU en Gaza por Israel
(2004), ya que ni una sola de las bombas
de mortero que causaron 43
muertos impactó en la escuela.

Tras “la Guerra Fría, con la revolución
de la electrónica y de la comunicación,
el mundo de los negocios
descubre de repente que la verdad
no es importante, y que ni siquiera
la lucha política es importante; que
lo que cuenta, en la información, es
el espectáculo”, escribía Ryszard
Kapuscinski en Los cínicos no sirven
para este oficio (2002).

“Por 30 o 40 euros el minuto de
imagen grabada, los fotógrafos palestinos
cogían la primera ambulancia
que iba a alguno de los lugares
bombardeados. Después esa imagen
la vendía la agencia por más de
600 euros. Algunos de estos periodistas
murieron por difundir lo que
ocurre en la Franja de Gaza. Incluso
nos boicoteaban a nosotros, que ni
siquiera queríamos difundir la imagen
en el momento”, reconoce Arce.
Otra situación habitual es cubrir
una guerra como un militar más.
“El problema no es el empotramiento,
Robert Capa lo hacía en la
II Guerra Mundial, sino las restricciones
que se firman con el ejército
para informar”, reconoce Sánchez.
Pero con una conexión a internet
se pueden romper muchas barreras.

“Yo siempre he sido un activista
que graba documentales, pero
desde Gaza escribía crónicas diarias.
Mi discurso como activista
siempre era anulado, sin embargo
como ‘periodista’ lo he colado”,
reconoce Arce, que gracias a un
satélite y una conexión a la red narró
lo que sucedía en Gaza. Una alternativa
para poder hacer frente a
una información mercantilizada. Y
que, además, en el mundo profesional
requiere de mucho tiempo y dinero,
pero la información “como
mercancía debe ser rápida y barata”,
concluye Zin.

Seis años después, sin juicio

Cómo cada día 8, el
primer miércoles de
abril los hermanos y
amigos de José Couso
se concentrarán en la
embajada de EE UU
en Madrid. Se cumplen
seis años de su
asesinato por parte de
tropas estadounidenses
en Iraq. Mientras,
la investigación en la
Audiencia Nacional
continúa. “Creemos
que hay elementos
para volver a procesar
a los militares. Ya sólo
queda el intento de
toma de declaración a
Ana Palacio (ex ministra
de Asuntos Exteriores)
y Federico Trillo
(ex ministro de Defensa
y diputado del PP,
quien por ese motivo
tiene condición de aforado).
Además, el juez
Santiago Pedraz
podría exigir una reconstrucción
de los
hechos en Iraq”, reconoce
esperanzado
Javier Couso. Además,
estos días se celebra
el aniversario del fallecimiento
de otros
periodistas en conflictos
armados: Ricardo
Ortega (marzo de
2004, en Haití), Julio
A. Parrado (abril de
2003, en Iraq) y
Miguel Gil Moreno
(mayo de 2000, en
Sierra Leona).

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Foto: David Fernández
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