La falsa neutralidad de la norma

En mi instituto, como en todos
los que conozco, el insulto
que más se oye en los
pasillos es ‘maricón’. Se
trata de intimidar e infravalorar a
los compañeros utilizando una forma
de humillación que incide en la
definición misma de la identidad
masculina. También oigo otros como
‘marimacho’, ‘travelo’, ‘nenaza’,
‘bollera’, etc. Un sinfín de términos
que dicen sin saber qué significan
en realidad. Están señalando la obligación
de conformar las normas que
colocan a cada uno de los sujetos de

, Activista LGTB
26/04/07 · 0:00
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En mi instituto, como en todos
los que conozco, el insulto
que más se oye en los
pasillos es ‘maricón’. Se
trata de intimidar e infravalorar a
los compañeros utilizando una forma
de humillación que incide en la
definición misma de la identidad
masculina. También oigo otros como
‘marimacho’, ‘travelo’, ‘nenaza’,
‘bollera’, etc. Un sinfín de términos
que dicen sin saber qué significan
en realidad. Están señalando la obligación
de conformar las normas que
colocan a cada uno de los sujetos de
esta sociedad dentro de un estrecho
margen de actuación. Los hombres
han de comportarse conforme a las
etiquetas y pautas que delimitan la
masculinidad, y de la misma manera,
las mujeres han de comportarse
con lo que esta sociedad y este tiempo
dicta. El mensaje que lanzamos
es claro: cuando rompes las normas,
hay un castigo, insultos, aislamiento,
vejaciones y todo tipo de
humillaciones que son más o menos
evidentes y toleradas por nuestros
entornos sociales más inmediatos,
como la familia, la escuela, el
barrio, el trabajo, etc.

La homofobia y el sexismo están
sirviendo de doble forma para acosar
e intimidar a los chicos y chicas
más vulnerables: por una parte, se
persiguen todas las rupturas de género
y sexualidad de todos, independientemente
de su orientación
sexual y género. Por otra parte, se
recuerda a los chicos y chicas homosexuales,
transexuales y bisexuales
que han de esconderse, que han
de ocultar partes significativas de
sus vidas y que si se muestran tal
cual son, pueden ser objeto de rechazo,
aislamiento, burla y acoso.
La escuela necesita abordar tanto
los distintos roles de mujeres y
hombres en la sociedad, como la
educación sexual en general y la diversidad
sexual en concreto. Hoy
no encontramos en el currículum escolar
referencias a la sexualidad, no
hablamos de lesbianismo, homosexualidad,
bisexualidad ni transexualidad.
Al no hacerlo transmitimos
que es un tema tabú, que no es tan
importante, y que los valores asociados
a los varones y la heterosexualidad
son los dominantes, hasta el
punto que parecen neutrales. Al no
educar sobre la diversidad sexual ya
transmitimos valores y trasladamos
conocimientos que están teñidos de
sexismo y homofobia.
No actuamos de forma específica
ante la discriminación y el acoso escolar
homofóbico. Nos alarmamos
por las consecuencias del acoso escolar
pero no nos escandalizamos
por las causas del mismo.

Tags relacionados: LGTBIQ Sexualidad
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