EL AÑO DEL 30 ANIVERSARIO DEL PCE TERMINA CON LA EXPULSIÓN DE TRES DE SUS PRINCIPALES DIRIGENTES EN IZQUIERDA
De la clandestinidad a la crisis en IU

En 1977 la legalización
del PCE provocó la
alegría de sus militantes
y alguna inquietud en el
sistema establecido. 30
años después, la fecha es
recordada con pompa en
las instituciones e indiferencia
en la sociedad.

27/12/07 · 0:00
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MANOLITO RASTAMÁN

El día de la legalización, se decidió
establecer en una fecha lo menos agitada
posible, en Semana Santa, con
la mitad del país en vacaciones y las
procesiones ocupando las calles. En
algunos lugares se produjeron concentraciones.
Décadas de persecución
no habían destruido la fuerza
política del PCE. Cuando se decía
que los comunistas habían vuelto,
ellos mismos matizaban la frase. La
mayoría nunca se fue. Demonizados
hasta extremos grotescos por el régimen,
el PCE constituía el referente
más organizado en la lucha contra
Franco. El 9 de abril pudieron mostrar
sus banderas. Es más que una
imagen: militantes que pasaron la vida
escondidos lloraron ese día.

Tres décadas más tarde, pocas
cosas contrastan tanto con aquella
fecha como las discretas conmemoraciones
de 2007. Este año la conmemoración
se vivió sobre todo en
ámbitos oficiales. Como imagen
elocuente, una de las personas que
con más nostalgia recuerda la legalización
es Martín Villa, ministro
franquista de la Gobernación e icono
del antiguo régimen.

Entre un punto y otro, la evolución
puede verse en número de escaños.
Tras 23 diputados en 1979 (la mayor
cifra de su historia), en 1982 la cifra
se quedaba en cuatro con la primera
mayoría absoluta del PSOE. Cuatro
años después, el PCE se unía como
fuerza mayoritaria en una coalición
de partidos contrarios a la entrada
en la OTAN. Nacía Izquierda Unida,
una apuesta política que no dejó de
crecer en número de votos hasta
1996, con 21 escaños bajo la etapa de
Julio Anguita, especialmente crítico
con los gobiernos de González.
Bajo el período de Francisco Frutos,
y ahora con Gaspar Llamazares,
IU vive sus peores momentos. La actitud
pactista del PCE en la Transición
es cada vez más cuestionada.

En el día a día, las constantes disputas
entre un confuso entramado de
corrientes y tendencias y el devastador
efecto de la Ley Electoral (que
lleva ser la sexta fuerza en representación
parlamentaria con el tercer
mayor número de votos) hace que
hoy se especule con la voladura del
actual proyecto, y la vuelta a un PCE
en solitario. A fines de diciembre, la
expulsión de la dirección de IU de
tres de los miembros más destacados
del PCE ha sido el último episodio.
Nadie duda que seguirán más.
El franquismo no pudo acabar con
el PCE, pero el partido asiste ahora
a un difícil horizonte.

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