CRÓNICA DEL ENCIERRO EN LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y FILOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
Hijos de Bolonia, padres de la nada

Un encierro ha
realimentado al
aletargado movimiento
estudiantil madrileño,
que tiene en la huelga
del 8 de mayo su
próximo gran reto.

01/05/08 · 0:00
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Cuando el 14 de abril estudiantes
de Filología y Filosofía de la Universidad
Complutense (UCM) convocaban
una asamblea “indefinida”
en su facultad no podían prever que
se transformaría en un encierro que
duraría más de una semana a pleno
rendimiento. Cientos de sacos de
dormir, de diferentes facultades,
han cubierto el suelo de un hall saturado
de pancartas que denuncian
las consecuencias del Espacio Europeo
de Educación Superior.

El éxito inesperado de la convocatoria
apunta a una reactivación
del movimiento estudiantil madrileño
tras varios años de letargo. El
primer gran triunfo de esta asamblea
ha sido romper la barrera mediática.
Los medios tradicionales se
han hecho eco de la noticia, si bien
no siempre con el rigor informativo
exigible. Es cierto que la asamblea
defiende la educación en contenidos,
por entender que sólo así puede
garantizarse la calidad de las enseñanzas
frente a la inminente
transformación de la Universidad
en la que nos encontramos inmersos
y que tendrá como resultado un
ejército de precarios no cualificados.

Pero, ante todo, defiende la
educación pública (cosa que no
siempre ha reflejado la prensa)
frente al proceso de mercantilización
que promueve Bolonia y los
gobiernos de la Unión Europea.
Este movimiento es heredero
de las movilizaciones contra la
LOU y, anteriormente, el informe
Bricall, que han sufrido los hijos
de la LOGSE. Su alternativa se
opone radicalmente a la injerencia
de intereses privados en la financiación
y gobierno de la universidad.

Como defensores de los
servicios públicos, estos estudiantes
han recibido la solidaridad de
los trabajadores madrileños inmersos
en conflictos laborales,
como los de la EMT, del hospital
Puerta de Hierro, los trabajadores
de la sanidad y los barrenderos.
El pasado 18 de abril el rector
de la UCM, Carlos Berzosa, acudió
a un multitudinario debate en la facultad
que ha acogido el encierro.
El éxito de la convocatoria sirvió
de aliento a un movimiento incipiente
que demostró en ese acto
conocer bien aquello que denuncia,
resultado de las noches en la
facultad, que se han dedicado, en
gran parte, a preparar la movilización
a nivel teórico.

Referéndum consultivo

Fruto de este esfuerzo son las denuncias
que durante estos días se
han lanzado desde la asamblea.
Una de ellas, la falta de transparencia
con la que se está llevando a cabo
el proceso. La asamblea, con sus
actividades, de noche y de día, ha
intentado ofrecer a todos los estudiantes
la información que las autoridades
les han negado y, por tanto,
la posibilidad de debatir acerca de
Bolonia y expandir, así, el movimiento
creando asambleas en otras
facultades. Una de las iniciativas
que se han llevado a cabo es un referéndum
consultivo cuyos resultados
demuestran que el supuesto
consenso del que las autoridades
hablan no existe.

Lejos de permanecer cerrado, el
encierro se expande. Unos 120 estudiantes
acamparon los días 23 y
24 de abril en el campus de Somosaguas
en el marco de una semana
de lucha contra Bolonia. En las
últimas semanas han aparecido focos
en la Complutense con asambleas
en las facultades de Bellas
Artes, Historia, Químicas, Físicas
y Ciencias de la Información, facultad
escogida para el encierro
del lunes 28. Precisamente ese lunes
comenzaron las tres jornadas
de debate en la carpa instalada en
la Ciudad Universitaria, espacio
gestionado por los estudiantes.
Durante el último fin de semana
de abril, asimismo, diferentes colectivos
de todo el Estado que defienden
la educación pública se
reunieron en Sevilla convocados
por la Coordinadora Andaluza de
Estudiantes.

Lo cierto es que existe una divergencia,
una voz que no quiere
que la universidad funcione al
compás del mercado laboral y de
los dictámenes de las empresas y
que pretende hacerse oír el día 8
de mayo en la huelga y movilización
convocadas por la Asamblea
de Estudiantes Contra Bolonia. La
primavera el movimiento altera.

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