Durante el 17 y 19 de octubre, Málaga acoge el
Hackmeeting ’08 y, entre el 20 y 22, la III Conferencia
Internacional de Software Libre recogerá el testigo
de la telemática antagonista en la ciudad andaluza.
Una oportunidad para recordar los inicios y el
significado que han atravesado los años de ‘hacktivismo’,
justo antes de que este movimiento cumpla
la mayoría de edad. El 5 de octubre se cumplieron
17 años desde que Linus Torvalds publicara la primera
versión de Linux y hasta hoy se ha convertido
en una auténtica alternativa a los productos privativos
Años ‘70. Italia. Huelgas. Sabotajes. Rechazo del trabajo. Expropiaciones. Ilegalidad de masas. Asambleas. Boicots. Radios libres. Okupaciones. Autonomía obrera organizada. Represión. Cárcel. Debacle. Invisibles. Fin.
Años ‘90. Italia. Centros sociales. Cooperación. Autonomía social. Intelectualidad de masas. Telemática antagonista. Éxodo. Hackmeetings.
El primer hackmeeting se convocó en 1998 en Florencia. Iba a ser “un acontecimiento social autoorganizado y non-profit [sin ánimo de lucro]. Un momento de intenso intercambio durante el cual numerosos fanáticos de la comunicación telemática horizontal se reúnen en torno al tótem de la conectividad y del hardware para experimentar y discutir acerca del uso social, técnico y político del módem y similares”.
La relación entre lo técnico, lo social y lo político puede parecer impepinable, pero no lo era en el Madrid de 1998. Por entonces, lo social organizado se debatía entre tecnófobos (rechazo de las nuevas tecnologías, puesto que son un instrumento del sistema para perpetuar la alienación y el dominio) y tecnófilos (exaltación acrítica de las mismas, puesto que abren un espacio liberado que el poder no puede controlar).
Desbloqueando el estéril debate del “a favor o en contra”, el Área Telemática del Centro Social Okupado Autogestionado El Laboratorio empieza a reciclar ordenadores, los pone a rular con GNU/Linux, conecta redes, monta servidores de correo electrónico y de web, anima al uso libre y público de las máquinas, idea proyectos de telemática antagonista, organiza charlas, talleres y grupos de trabajo... “Todo esto, claro, sin trascender ni representar, o sea, sin salirnos de la experiencia de la comunidad y de los territorios concretos en que ésta tiene lugar”. La consigna era hacer “la batalla por una comunicación, otra”, porque “en el ciberespacio se efectúan y a la vez quedan ampliamente desbordados los viejos presupuestos de la contrainformación: interactividad, multidireccionalidad de la comunicación, horizontalidad, no mediación...”. (Más información en sindominio.net/laboratorio/documentos/ atl/atl.htm.)
Con este impulso, proliferan numerosas iniciativas que toman forma en sinDominio (un modelo de administración diferente), los hackmeetings, los hacklabs... La idea que animaba el cotarro es que la “telemática antagonista” no consiste en enviar correos electrónicos con convocatorias antisistema. “¿Ah, no? Entonces, ¿en qué consiste?” Pues en que el propio uso de la tecnología, según y cómo, es antagonista en sí mismo, al margen de los contenidos explícitos que se hagan circular. “¿Ein?”. Estábamos en que la idea de los hackmeetings viene de Italia, de la ‘autonomía’ italiana.
Autonomía significa que entre todos, colectivamente y al margen del sistema de dominación, poseemos la única capacidad productiva: la cooperación. Si el deseo de cooperación es fuerte podemos ‘irnos’ del sistema y dejarlo sin capacidad productiva. Podemos construir espacios autónomos libres de dominación. Los espacios autónomos forman redes de contrapoder que reproducen la vida social. Su prioridad no es enfrentarse al enemigo y vencer, sino replicarse y proliferar. Naturalmente, ‘autonomía’ no es un dulce viaje a la utopía, es un proceso duro de luchas contra todas aquellas fuerzas que reducen, bloquean y menguan el deseo de cooperar y, por el contrario, aumentan la voluntad de competir y aplastar. Es por eso que hackmeeting es ‘autonomía’: intercambio de conocimientos libres en un espacio público autoorganizado que resuena en lo social.
EL SOFTWARE LIBRE SE HACE MAYOR
ÁLVARO DEL CASTILLO
Diecisiete años ya desde la primera versión de Linux y 25 años desde el nacimiento de GNU, el software libre ha dado un salto cualitativo muy importante que hace que a día de hoy sea conocido ampliamente en la sociedad. Pero, ¿dónde estamos realmente en el software libre? A la hora de desarrollar proyectos con los que dar servicios, GNU/Linux es ya una alternativa totalmente consolidada. Con Apache como bandera y líder de servidores web, hay multitud de entornos de desarrollo basados en todo tipo de tecnologías (Java, PHP, Python, Ruby), motores de base de datos (MySQL, Postgres) y servidores de aplicaciones (Liferay...) que hacen que sea impensable que cualquier proyecto de desarrollo de servicios de información, en internet normalmente, no estudien y en muchos casos elijan software libre como su plataforma de desarrollo.
Pero, ¿cómo estamos en los clientes, en los escritorios, en lo que usan en su día a día las personas para trabajar? Sin duda los escritorios GNOME y KDE están ya listos para el gran público, basados en distribuciones más sencillas de instalar que el software privativo. Las principales aplicaciones, como el navegador web con Firefox o la ofimática con OpenOffice.org, están ya a un nivel totalmente equiparable a las soluciones privativas. Pero aún estamos lejos de que se use software libre en la mayoría de los escritorios. ¿Cuál es el motivo? Diría que ya no es técnico, sino de masa crítica. Tenemos que hacer aún una gran labor de difusión para empujar el cambio en los clientes una vez que la tecnología está lista. Pero el cambio será difícil, hay que luchar contra la inercia de la sociedad respaldada por el mercado. Tenemos que seguir potenciando la creación de comunidades que ayuden en la implantación, mejorando el software y cuidando que las migraciones sean lo más suaves posibles, por ejemplo comenzando por migrar a los usuarios en entornos privativos a aplicaciones libres como Firefox. Para cerrar la parte de escritorios, han llegado ya ultra portátiles de bajo coste al mercado, y muchos de ellos ya vienen con GNU/Linux instalado de fábrica, un paso enorme para la popularización del software libre. Aún quedan importantes necesidades que cubrir como la edición de vídeo profesional, donde Cinelerra cada vez está más cerca de ser la solución, pero que todavía requiere algo más de solidez y facilidad de uso. Y en maquetación, Scribus sigue creciendo y con un activo equipo de desarrollo según Ohloh, aunque de momento no llega a ser tan alternativa a las soluciones privativas como por ejemplo lo es GIMP.
¿Alguna amenaza nos acecha en el camino? Sin duda las patentes de software siguen siendo el principal peligro que amenaza al software libre y un campo en el que el activismo debe de volcar todas sus energías para evitar que se extiendan a Europa.
¿Nuevos entornos emergentes? El software como un servicio va ganando terreno y el software libre, con licencias como la Affero, intenta garantizar las libertades. Los sistemas empotrados y pequeños dispositivos cada vez están más presentes en nuestras vidas. Y desde el software libre, proyectos como Maemo, Open- Moko o Android/Java van mostrando cómo el software libre puede ser una gran plataforma para los pequeños dispositivos. Sin duda, el panorama es alentador actualmente respecto al software libre y, como ya veíamos hace tiempo, es cuestión de tiempo que el modelo de software libre se termine imponiendo al privativo.
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