INTEGRISMO // AL ESTADO YA HA LLEGADO LA POLÉMICA
El creacionismo se prepara para asaltar Europa

Las comunidades científicas y académicas de Italia y
Reino Unido ya han tenido que encajar los primeros
embates de esta nueva ola de intervencionismo
religioso contra las teorías de la evolución.

02/10/08 · 0:00
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Luis Demano

Un auditorio abarrotado, enardecido,
escucha y jalea a Nazareth Casti
Rey. “¡Dicen que somos de la evolución!
¡Dicen que somos parientes
del mono! ¡Dicen que somos de la
nada! Bueno, pues lo dicen porque
unos cuantos hombrecitos, mentirosos,
sabelotodos, inventores de
falacias, se lo han dicho y ellos se lo
han creído; que son del mono. Pero
quiero decirles (…) que el mono y
la mona producen monitos, hasta
hoy”. Nazareth tenía seis años y su
homilía, en Puerto Rico, sembrada
de pausas dramáticas y una indisimulada
ironía, le hizo mundialmente
famoso como el ‘niño predicador’
en YouTube.

La iracundia precoz del pequeño
Nazareth en el vídeo de YouTube podría
pasar por una mera anécdota
antropológica. Una ocurrencia discursiva
en las atomizadas sectas
evangélicas que siembran Latinoamérica.
Pero no. Aunque el debate
está infectado de ‘trolls’ (internautas
que buscan reventar la discusión con
exabruptos), los comentarios al vídeo
exhiben una bronca encendida,
furiosa, y cierta entre quienes comulgan
con las revelaciones del muchacho
y quienes aseguran, burlescos,
que el espectáculo del pequeño confirma
que somos primates.

La evolución del creacionismo

El creacionismo, qué paradoja, ha
ido evolucionando. En la Edad Media
quería explicar el don divino del alma
humana. Luego llegó a convivir
simpáticamente con las primeras explicaciones
de Darwin en forma de
teísmo evolucionista. Pero al final ha
terminado por designar a la proposición
pseudocientífica neocon que defiende
la literalidad del Génesis bíblico
y pretende falsearlo con técnicas
propias de las ciencias naturales.

Nazareth insiste y corola un monólogo
inspirador: “¡La gallina y el
gallo producen pollitos; y los peces,
pececitos; y la nada no es nada!”.
¿Asistimos a un renacimiento del integrismo
cristiano? Y si es así, ¿amenaza
el consenso público sobre la
prevalencia de la ciencia?

Este nuevo integrismo se reavivó
en EE UU, si es que alguna vez se
apagó, pero en Europa cierta tradición
académica y laicista parecía
ahuyentar cualquier veleidad pseudocientífica
lejos de las escuelas. En
junio del año pasado, el Consejo de
Europa emitía un demoledor informe
titulado Los peligros del creacionismo
en la Educación. Sin embargo,
científicos, profesores y estudiantes
ya habían tenido que salir a
las calles de Italia en 2004 para frenar
el intento de Berlusconi de echar
a Darwin fuera de clase en los niveles
de enseñanza media.

En el Reino Unido una red de escuelas
incluyó preguntas sobre el
creacionismo en un examen de Ciencias
en 2007 y este mes Michael
Reiss, un eminente miembro de la
Royal Society británica, ha tenido
que dejar su cargo después de defender,
en la Feria de la Ciencia de
Liverpool, que el creacionismo se incluyese
en el currículo escolar como
otra “idea sobre el mundo”.

Hundido en un trajecito que le viene
enorme, el chico apóstol mantiene
en éxtasis a una parroquia de miles
de fieles que vibran con la reivindicación
ontológica de Nazareth: “¡A
mí no me trajo la cigüeña! ¡Yo no soy
de la Evolución! ¡Yo no soy pariente
del mono!”. La amenaza del creacionismo,
¿puede llegar a España? Lo
cierto es que ya lo ha hecho.
En enero, los doctores Tom Woodward
y Geoffrey Simmons vinieron a
España para criticar el darwinismo
ante quienes quisieran escucharles
en universidades de Barcelona, Málaga,
Madrid, León y Vigo. Simmons
y Woodward pertenecen a la
asociación estadounidense Médicos
y Cirujanos por la Integridad Científica
(PSSI) y son dos de los más
afamados líderes de opinión en el
bando conservador del debate.

“¿Cómo se explica la aparición de
fósiles marinos en alta montaña?”,
le preguntaron a Woodward en Barcelona.
“Existen dos teorías: la de
que se debe a movimientos de rocas
a lo largo del tiempo, o aquella en la
que yo creo, que es la del Diluvio
Universal”, contestó.

En la recién clausurada Expo de
Zaragoza la delegación del Vaticano
logró colar como coloquio científico
una conferencia sobre el diseño inteligente.
Esta versión del creacionismo
antievolución predica que la
complejidad del universo se entiende
mejor si se atribuye su invención
a un agente intelectual, que resulta
ser muy parecido al Dios de las religiones
monoteístas. El propio Benedicto
XVI ha asegurado que la teoría de la evolución no se contradice con
el Génesis y, con vaivenes ideológicos
y la enrevesada retórica del Vaticano,
que sigue su propia lógica, no
termina de apoyar los postulados
creacionistas del diseño inteligente.

Ciencia y religión

Algunos parecen desoír la llamada
del pastor de la Iglesia y siguen por
su propia senda. Preguntado por la
BBC, Miguel Andrés Costa, de la
Universidad católica CEU-San Pablo
defiende, por ejemplo, que “el neodarwinismo
es una teoría que todavía
tiene muchas lagunas. Nos dan por
hecho una serie de teorías científicas,
pero una teoría tiene sus fallos”. “Lo
que no puede admitir la Iglesia es que
una dimensión espiritual, es decir,
capacidades humanas como el amor,
la inteligencia o la libertad, puedan
surgir de la materia”, remata.
Nazareth acalora su proclama
ontológica. Grita, se crece y levanta
a quienes le escuchan: “¡A mí me
creó Dios en el vientre de mi madre!”.

Otros sostienen que el mundo
ha sido creado por un todopoderoso
plato invisible de tallarines: el
Monstruo de Espagueti Volador, y
que Él se ha encargado de sembrar
la tierra de falsas pruebas sobre la
evolución. “El que tenga oídos que
oiga (Mt, 13, 43)”.



Sarah Palin, una soldado de Dios

El 29 de agosto, el candidato
republicano a la Presidencia
de los EE UU zanjaba
el suspense: junto a
McCain, la fórmula para
asaltar la Casa Blanca
incluiría a una tal Sarah
Palin, la perfecta desconocida
que gobernaba Alaska.
Los focos la iluminaron.
Pero no sólo ellos.
Palin se opone a la interrupción
voluntaria del
embarazo, es contraria al
matrimonio homosexual,
cree que la invasión de
Iraq era una misión encomendada
por Dios a los
líderes de EE UU y, cómo
no, defiende que el Creacionismo
debe enseñarse
en las escuelas, junto a la
Evolución: “Enseñemos
ambas, es decir, no hay
que tener miedo a la información.
El debate saludable
es muy importante y
muy valioso en nuestras
escuelas. Mi opinión es
que se enseñen ambas”.
Según publicaba recientemente
F. William Engdahl
en Global Research, Sarah
Palin ha pertenecido
durante más de 25 años a
una iglesia de Alaska que
forma parte de un proyecto
fanático de culto cristiano.
Palin provendría de la
corriente más radical del
evangelismo, conocida
como Ejército de Joel,
parte de lo que se llama
dominionismo, en ocasiones
conocido como Movimiento
de la Lluvia Tardía
o Manifestación de los
Hijos de Dios. Esta corriente
tiene fe en que cuando
se acabe el mundo “habrá
una efusión de poderes
sobrenaturales sobre un
grupo de cristianos que
tendrán autoridad sobre la
Iglesia existente y el
mundo. Los cristianos creyentes
del mundo serán
reorganizados bajo el
Ministerio Quíntuplo y la
iglesia reestructurada bajo
la autoridad de profetas y
apóstoles y otros ungidos
por Dios. La joven generación
formará el Ejército de
Joel para que se alce y
combata el mal y recupere
la Tierra para Dios”,
explica Engdahl.


La Iglesia Anglicana evoluciona

Se acerca el 200º aniversario
del nacimiento de
Darwin y el 150º aniversario
de la publicación
de El Origen de las especies,
su obra fundamental.
Darwin era inglés y la
Iglesia de Inglaterra siente
que le debe una disculpa.
La web del cisma
anglicano ha dedicado
toda una sección a
reconstruir sus opiniones
sobre las teorías de Darwin
sobre la evolución:
www.cofe.anglican.org/-
darwin/. Y entre los artículos
publicados destaca
el del reverendo Malcolm
Brown, director de Asuntos
Públicos y Misión. En
su texto, titulado La
buena religión necesita
buena ciencia, Brown
desgrana los errores
cometido por su Iglesia
en el trato dado a la Teoría
de la Evolución y cierra
con una disculpa
pública. “Charles Darwin:
200 años después de tu
nacimiento, la Iglesia de
Inglaterra te debe una
disculpa por malinterpretarte
y por, además de
tener una reacción equivocada,
haber animado a
otros a no comprenderte
tampoco. Tratamos de
practicar la antigua virtud
de ‘fe buscando la comprensión’
y confiamos en
que esto suponga una
reparación”.

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