Consumo
Premios a la peor publicidad del mundo

Los anuncios más machistas, engañosos y falsos también tienen su galardón.

02/06/16 · 7:01
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Entrega de los 'Goldener Windbeutel' a algunas empresas galardonadas.

Una mujer mulata, ataviada únicamente con un tanga y abrazada a una palmera mientras cae la noche en una paradisíaca playa. Y sobreimpreso el eslogan “Este oscuro objeto de deseo”. Aunque no es fácil elegir el anuncio más machista de la historia de la publicidad, hay algunos clásicos, como éste de Ron Barceló, que siguen reeditándose incansablemente año tras año. A pesar de las quejas y denuncias por parte de instituciones de defensa de los derechos de las mujeres y de asociaciones de consumidores, el tiempo ha demostrado la dificultad de acabar con ciertas prácticas publicitarias.

De hecho Autocontrol, la asociación creada por la propia industria publicitaria en 1995 para juzgar este tipo de conflictos, resolvía hace años que el anuncio no es machista, porque “la simple representación del cuerpo humano, ya sea desnudo o con sugerentes vestimentas, no puede ser entendida per se como un atentado contra la dignidad de las personas”, y que con “oscuro objeto de deseo” el anuncio se refiere a la bebida y no a la joven que lo protagoniza. Aunque Autocontrol, como explica María Jesús Ortiz, del Insti­tuto de la Mujer, ha pasado en los últimos años de tratar el asunto como un “problema de gusto o decoro social” a uno de trato discriminatorio, este organismo ha preferido juzgar cada anuncio de forma atomizada y anecdótica, como si el permanente goteo publicitario no generara estereotipos que influyen decisivamente en el imaginario colectivo.
 

“El plan perfecto” para un hombre: que una mujer se beba cinco copas, decía un anuncio en Sevilla

Desde esta perspectiva, la asociación de consumidores Facua denuncia directamente que el papel de Autocontrol permite a la industria publicitaria y a los anunciantes “evitar leyes que aumentan las restricciones a la publicidad y mayores controles por parte de las administraciones”. Justamente por ello, esta y otras organizaciones de consumidores prefieren dirigir a otras instituciones sus reclamaciones sobre la publicidad que consideran engañosa o ilícita.

Pero además, Facua también utiliza sus propios medios de difusión para llamar la atención sobre algunos anuncios, por ejemplo, a través del premio al Peor Anuncio del Año, un certamen que realizan desde el año 2010 con las votaciones de consumidores y consumidoras. Este año el premio se lo ha llevado un anuncio del Mercado Lonja del Barranco de Sevilla, donde se decía que el “plan perfecto” para un hombre es que una mujer se beba cinco copas.

Pero todavía más solera tienen los Premios Sombra de Ecologistas en Acción, que nacen en 2008 como respuesta a los Premios Sol de publicidad, el festival más resplandeciente de la industria de la publicidad española.

Desde entonces, el objetivo de los Premios Sombra ha sido denunciar aquellos anuncios “que han destacado en los últimos 12 meses por transmitir valores sexistas, xenófobos, insolidarios, consumistas, o por hacer pasar un producto como ecológico sin serlo”, explican.

Y al mejor Lavado Solidario...

Próximamente se conocerán los finalistas de esta última edición, que abarcan distintas temáticas bajo exóticos nombres como premio “tortilla de silicona” al anuncio que promueve malos hábitos alimenticios o premio “lavado solidario” al que presenta inmerecidamente a una empresa como socialmente responsable.

De momento, nos adelantan que el premio Sombra “a toda una trayectoria” será este año para una empresa que lleva años diciendo que sus coches son muy limpios, pero que resulta que modificaba sus motores para que pasaran los controles de contaminación.

“La publicidad es mucho más que un instrumento de persuasión para que compremos más y más”, explica Charo Morán, responsable del Área de Consumo de Ecologistas en Acción: “Es también un canal privilegiado para transmitir ideas, valores, conductas y para desinformar. Todo con tal de que este modelo de consumo siga creciendo bajo la peligrosa ilusión de que el planeta tiene ilimitados recursos”.

Un año después de que empezaran a rodar los Premios Sombra, la ONG alemana Foodwatch creó unos premios más específicos, con el objetivo de trasladar a la opinión pública el engaño que hay tras algunos productos de la industria alimentaria. El símbolo del galardón, el “Goldener Windbeutel”, hace referencia a un tradicional pero empalagoso bollo de crema.

Entre los premiados y finalistas destacan año tras año productos de Nestlé, Danone o Unilever. Con la entrega del bollo de crema dorado en la empresa ganadora se cierra un proceso en el que intervienen un jurado compuesto por cinco especialistas y los más de 100.000 consumidores y consumidoras que votan.

En esa línea temática, pero cerrando el foco en la publicidad y no sólo en el producto, la asociación VSF Justicia Alimentaria Global ha creado los Premios Rancios al Peor Anuncio Alimentario de la Historia, un galardón que tiene como objetivo destapar que reclamos como “tradicional”, “casero” o “artesano” muchas veces no son más que palabras vacías.

El premio es parte de la campaña “Mentira Podrida”, donde VSF Justicia Alimentaria Global explica algunos de los trucos publicitarios de la industria alimentaria. Por ejemplo, cuando escuchamos que un producto “contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso” o “al transporte normal del oxígeno en el cuerpo”.

La asociación explica que otorgar propiedades milagrosas a un producto “se ha convertido en una tarea demasiado fácil”, que consiste en “añadir a un producto una cantidad mínima de un ingrediente que científicamente esté comprobado que es beneficioso para la salud. Después anunciarán que el producto en concreto es beneficioso para el organismo y trabajo hecho”.
 

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