Memoria urbana
Acercarse a los problemas universales caminando

Los Paseos de Jane se realizan en Madrid desde 2010.

04/05/16 · 8:00
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Uno de los Paseos de Jane en Madrid. / Miguel Guinea

Cuando Jane Ja­cobs escribió Muer­­te y vida de las grandes ciudades americanas no sospechaba que, muchos años después, la gente honraría su memoria paseando en grupo y mirando la ciudad a través de sus gafas.

Estos actos de homenaje se iniciaron en Toronto en 2006 y después se han contagiado a otras grandes ciudades. En Madrid se organizan Paseos de Jane desde 2010, paseos concebidos y ejecutados asambleariamente, con la participación del vecindario y las asociaciones vinculadas a cada barrio.

Los barrios de Madrid, desde el centro histórico de Lavapiés y Malasaña hasta las antiguas periferias, hoy integradas, de Caraban­chel y Tetuán y las nuevas periferias del ensanche de Vallecas y la Cañada Real, pasando por los enclaves donde se pelea la nueva gentrificación, como Arganzuela, aparecen en el libro El Paseo de Jane (Modernito Books, 2016) con sus complejidades y rebeldías, con su orgullo de barrio acosado por los grandes proyectos inmobiliarios y urbanísticos, majestuosos y mellados.

En sus páginas se narran nuevos episodios de la guerra que lideró Jane Jacobs en su época, y que enfrentaba un urbanismo olímpico y distante, que piensa en números y planifica con cartabón, con un urbanismo cercano, que escucha a la gente y concibe la gran ciudad como un organismo vivo y siempre sorprendente.
 

Recorrer Madrid nos ha ido mostrando cómo los problemas cercanos son transversales a la ciudad

Jacobs siempre decía que cada ciudad es especial, pero que las grandes ciudades tienen una problemática distintiva, no comparable a cualquier otro enclave humano conocido, y que sólo a través de los ejemplos concretos podía conocerse cómo funcionaban.

Nuestros paseos sacaron a la luz muchos temas que son comunes a cualquier otra gran ciudad contemporánea, que cuentan nuestro presente político. Entre esos capítulos paseantes que quieren invitar a conocer la ciudad en que vivimos haciéndonos copartícipes de ella, se han intercalado capítulos sobre algunos de los temas recurrentes que nos han acompañado a lo largo de estos años.

El ir recorriendo Madrid de barrio en barrio nos ha ido mostrando cómo los problemas más cercanos, los que parecen más particulares, son en realidad transversales a toda la ciudad. El abandono de un edificio histórico, la situación del mercado del barrio, el descampado que evitamos cruzar, el vecino al que desahucian, el trapicheo en la periferia o el aumento de los alquileres cuando el barrio se llena de hipsters, son síntomas de algo que a todos nos afecta y responden a políticas y actuaciones que a todos nos conciernen.

Éste no es un libro que pretenda decir lo que las cosas son y cómo deberían ser. Es una invitación a salir a la calle a mirar, a escuchar, a poner el cuerpo y a hablar, a compartir con otros las propias experiencias, los saberes que tengamos y las ganas de hacer ciudad. No siempre es fácil, pero, sin duda, merece la pena intentarlo: no hay nada que perder y sí mucho por caminar.

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