El Consejo de Ministros ha aprobado hoy el decreto que permite a las universidades ofertar grados de tres años más dos años de máster.

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Primero el Plan Bolonia supuso la desaparición de las licenciaturas y diplomaturas: a partir de 2007, las universidades españolas comenzaron a ofertar los “grados” de cuatro años, un primer nivel de estudios universitarios que sería seguido de un máster de un años y, tras esto, de un tercer nivel de estudios correspondiente al doctorado europeo.
Hoy, el Consejo ha aprobado el Decreto de ordenación de los estudios universitarios, con el que da un nuevo paso en la reforma universitaria. Ahora, las universidades podrán disminuir el grado universitario a tres años para que le sigan dos años de máster. La reforma, criticada por sindicatos, profesores y estudiantes, entrará en vigor en septiembre de 2015.
“Parece que están llevando a cabo una política de prueba y error a costa de la formación de miles de estudiantes”, afirma a Diagonal Enrique Maestu, de Juventud Sin Futuro. “Este decreto es una contrarreforma encubierta”, señala Ana García, secretaria general del Sindicato de Estudiantes. García anuncia que, “si se aprueba, que la intención es aprobarlo a escondidas. Vamos a poner a toda la juventud en pie de guerra y vamos a llamar a todos los ciudadanos a salir a la calle”.
Aunque aún no han definido las fechas, desde el Sindicato de Estudiantes explican que están hablando con asociaciones de padres y organizaciones del ámbito del profesorado para llegar a un acuerdo para salir a la movilización juntos y esperan que la próxima semana puedan hacer pública las fechas de las movilizaciones. Por su parte, desde Juventud Sin Futuro, Maestu afirma que apoyarán las movilizaciones y las asambleas que se convoquen en las universidades, y subraya la necesidad de comunicar a los estudiantes lo que les va a pasar en los próximos años: “Con Bolonia decíamos que no queríamos que la universidad se convirtiera en una escuela de élite o una fábrica de precarios, y es lo que está pasando”.
García subraya que el decreto supone la imposición de una “barrera insalvable en la educación universitaria para la mayoría de las familias, una barrera económica que devolverá a la universidad a lo que era antes, un cortijo para familias pudientes”. Entre las medidas más graves del decreto, apunta la práctica desaparición de carreras que se van a fusionar con otras, con “contenidos tan generales que no van a servir para ejercer esa profesión, como es el caso de comunicación”. “Se devalúa el título de grado y se convierte en papel mojado. Quien quiera ejercer tendrá que pagar dos años de máster”, añade.
Desde el Sindicato de Estudiantes detallan que un máster en la Universidad Complutense, que es la que más estudiantes cuenta en todo el Estado, oscila entre los 4.000 y 8.000 euros por año, una suma a la que habría que añadir las tasas del grado. “Podríamos hablar de que una persona que quiera la titulación completa tenga que desembolsar entre 15.000 y 20.000 euros”, afirma García, quien señala también el despido masivo de profesores que tendrá como consecuencia el decreto. Por su parte, Maestu recuerda que ya actualmente los estudiantes universitarios pagan mucho más que hace seis años: “En 2008, una carrera de 5 años podía suponer un coste de 5.000 euros y ahora son 4 años a 1.700 euros cada año como mínimo más un año de máster a 4.000 euros. Ahora estamos en torno a los 11.000 euros de mínimo”, explica.
Desde la Conferencia de Rectores de las Universidades Españoles (CRUE) han acusado también la propuesta de reforma universitaria de crear confusión. “Podrán existir grados de 180 a 240 créditos con la misma denominación y no se sabe con qué competencias”, señala un comunicado de los rectores sobre el borrador del decreto 3+2 en el que también apuntan problemas en el reconocimiento del título de grado, en el acceso al máster con competencia profesional y la reducción del tiempo de formación de los estudiantes.
El Ministerio de Educación afirma que el cambio en las universidades españolas tiene como objetivo la homogeneización con Europa, un argumento tachado de “triquiñuela” desde el Sindicato de Estudiantes”. “El Partido Popular se acuerda mucho de Europa para justificar medidas reaccionarias, pero no se acuerda nada en el tema de las becas o de las tasas”, afirma García, quien señala que las tasas universitarias en España están muy por encima de la media europea mientras las becas y otras ayudas al estudio están muy por debajo.
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