Entrevista | Publicaciones
Ecléctica: una cultura libre y transformadora

Charlamos con Jorge Ramos Tolosa, investigador de la Universitat de València acerca del conflicto palestino, activista y uno de los creadores del proyecto Ecléctica; un proyecto que pretende socializar el conocimiento universitario.

17/01/15 · 8:00

Ecléctica es un proyecto asambleario que se creó en 2010 por un grupo de jóvenes historiadores y que tiene por objetivo difundir y explicar, de forma crítica, la cultura generada en la universidad para conectarlo con la calle a través de la cultura libre. Diagonal València habla con Jorge Ramos, investigador en la universidad y uno de los creadores del proyecto muy conocido en el activismo valenciano por su implicación, entre otros, con el conflicto palestino.

¿Qué es Ecléctica?

Ecléctica es un proyecto único que quiere aunar las investigaciones o el conocimiento generado académicamente en un formato que llegue al mayor número de gente posible, uniéndolo con cultura libre, conocimiento crítico, diseño cada vez más elaborado… Eso es la idea inicial: hacer que el conocimiento no se quede entre los muros de los departamentos, acercando al formato fanzine, más callejero. Podemos decir que buscamos lograr una buena suma entre investigación, rigor y accesibilidad.

"No estamos contra la academia, tan solo buscamos suplir sus deficiencias"

Vuestras presentaciones son auténticos acontecimientos.

Tratamos de organizar jornadas completas. En la presentación de Diciembre en el CSO L’Horta de Benimaclet presentamos a la vez que La Directa, hubo un debate sobre la lucha en el barrio del Cabanyal, hubo incluso conciertos de bandas muy reivindicativas como Tremp, Pupil•les Dilatives y John + Mc Gibigi + SoulPlayer con Dj Nadie. Solemos presentar con un coloquio que ronda el tema del monográfico. Por ejemplo, el tema del anterior número era la inmigración, por lo que el coloquio tocó temas como los CIE. En este número se toca mucho el tema de resistencias barriales, por lo que era muy procedente tocar el Cabanyal, un tema muy sensible.

De sus inicios a la actualidad ha habido un salto cualitativo apreciable, al menos en lo estético.

Efectivamente. En el número 3 ha habido un diseño renovado que ha costado año y medio de trabajo, metiendo color total y mucho arte visual subversivo. Cada artículo está maquetado de una manera, por ejemplo. Se ha recibido más de sesenta artículos, de los que han salido quince. Los escritores son gente de todo tipo: investigadores, activistas, estudiantes

Sin embargo no os quedáis en el papel.

En efecto, hay más proyectos: desde seminarios hasta cursos, pasando por talleres de todo tipo. Ecléctica es el núcleo de una actividad plural cuyo eje es el pensamiento crítico.
"Los que escriben no son precisamente profesores de universidad, sino generalmente jóvenes precarios"

Vuestro origen es curiosamente académico. Y digo curiosamente porque no se aprecia ese tono en vuestras publicaciones y actividades.

En el mundo académico existe un triple problema. En primer lugar, las publicaciones académicas no buscan difusión más allá de los departamentos. En segundo lugar resultan revistas demasiado técnicas que dificultan la legibilidad. Y además en tercer lugar tocan temas excesivamente específicos como para tener interés público. En Ecléctica se busca romper eso: hacemos artículos más cortos, menos técnicos y que pretenden más difusión. Además hay un esfuerzo gráfico más elaborado. Hay además otras secciones que buscan abordar otras realidades. No es, en absoluto, una revista académica, aunque toca temas que podrían ser de interés para investigadores universitarios más ortodoxos.

El academicismo surgió para interpretar la realidad del mundo en que vivimos. ¿Dónde está ahora mismo?

La academia ahora mismo está en una burbuja, a partir de la cual se reproduce a sí misma y se alimenta de sí misma. Se han construido muros para impedir el acceso al conocimiento. Esto es un problema grave. La academia debería dar un servicio público y eso a día de hoy no existe.

¿Es Ecléctica una revista con un espíritu antiacadémico?

No. Nosotros no estamos contra la academia, tan solo buscamos suplir sus deficiencias, yendo más allá de sus limitaciones en cuanto a difusión del pensamiento crítico. Hay escritores de una estofa cuestionable como Pío Moa o César Vidal que, sin ser académicos historicistas, venden muchísimo más que cualquier erudito de la materia. ¿Por qué? Porque la academia no se esfuerza en llegar, en tener impacto social. Los congresos están hechos para lograr puntos curriculares y hacer méritos en busca de mejores oportunidades laborales, pero no tienen ninguna difusión y por tanto el impacto social es nulo. Desde Ecléctica buscamos el efecto contrario.

¿Cuál es el funcionamiento del proyecto?

Somos entre diez y doce personas, un proyecto en constante construcción en el que entra y sale gente. Hay personas que son doctorandas, hay licenciados de Historia, hay estudiantes de Bellas Artes, hay informáticos… Los que escriben no son precisamente profesores de universidad, sino generalmente jóvenes precarios. Hay muchas colaboraciones de muchos tipos, como diseño gráfico o maquetación, y funcionamos como un colectivo de manera asamblearia. Es cierto que la toma de decisiones de este modo da un proceso mucho más lento, pero consideramos que es lo más coherente con nuestro ánimo original. Se quiere trabajar para, por y con los movimientos sociales, buscando un análisis que favorezca la transformación social. Y para ello debes tener una estructura adecuada, y creemos que esa es la asamblearia.

¿Qué podemos, para concluir, esperar de Ecléctica en el futuro?

Sin duda investigación, difusión, interdisciplinariedad y pensamiento crítico. Se quiere acrecentar las posibilidades de que gente joven publique. No se quiere ser sólo una revista de conocimiento crítica, porque hay que tener un pie en la investigación, pero queremos desarrollar una investigación que combine la publicación con las actividades y las sinergias. Para eso presentamos la revista desde charlas con catedráticos hasta CSOs, pasando por ateneos libertarios, ferias del libro anarquista, másteres universitarios, bibliocafés, proyectos activistas… El objetivo es presentarse en cualquier ámbito que implique formación, sea reglada o sea autodidacta.

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Portada del último número de Ecléctica.
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