La experiencia del instituto eduard fontserè
Un referente de la educación pública en el barrio de La Florida

El programa de enseñanza tiene como punto clave el trabajo en red con la comunidad.

, L‘Hospitalet (Barcelona)
13/11/14 · 8:00
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Alumnado: la propuesta del centro es integrarse en el día a día del barrio. / Ángel Catena

En un contexto de paro juvenil superior al 50%, y con un alto grado de abandono escolar, existen centros educativos que desde hace años trabajan en un proyecto pedagógico que obtiene buenos resultados, todavía hoy, a pesar de los recortes. El Instituto de Educación Secundaria (IES) Eduard Fontserè es un centro público situado en L’Hospitalet, (Barce­lona), en el barrio de La Florida, barrio con un nivel de renta bajo, tradicionalmente acogedor de migración, primero de otros lugares de España y en las últimas décadas de otros países. El IES Fontserè ha hecho una apuesta valiente por la educación pública en un momento en que parece que lo público tiende a reducirse. Frente a una degradación de la red pública en beneficio del sector concertado, la fuerte implicación de los profesionales del instituto, comprometidos con su entorno, consigue que alumnos de sectores más desfavorecidos no queden al margen, sino que participen activamente en la vida ciudadana.

El instituto se ha convertido en un referente, no sólo en L’Hospitalet, sino en la comunidad educativa. Nace con una vocación de ser socialmente útil, abierto al entorno. Trabajan en red con otras entidades y organismos de la ciudad y con un proyecto educativo basado en el aprendizaje-servicio. Es un instituto pequeño, con grupos más reducidos debido a la alta complejidad del alumnado, en el que conviven alumnos de 20 países diferentes. Los profesores y el equipo docente están muy implicados. “Existe una sensación de pertenencia, la gente está a gusto en el centro”, nos explica Jordi Ibáñez, director del IES Fontserè desde hace diez años.

Pero los recortes presupuestarios dificultan el desarrollo de programas educativos. “La gente está totalmente implicada en el proceso, la implicación de los profesionales es más grande de lo que se piensa desde fuera”. Con la crisis ningún profesor ha bajado la guardia, explica Llorenç Sans, coordinador pedagógico del centro, “sino al contrario”. “Hay alumnos con situaciones muy complicadas, a punto de ser desahuciados, familias con pocos recursos, con problemas de estructura familiar, con padres en prisión”. Sans explica que “la Comisión Social, integrada por la coordinación pedagógica, el departamento de orientación y el técnico de integración social, ha dado frutos muy importantes. Tenemos una proporción importante de alumnos con dificultades. Entre educación y enseñanza decidimos que primero íbamos a educar, no podíamos enseñar si no educábamos”, señala el coordinador pedagógico. La clave de los buenos resultados son el trabajo en red con la comunidad, el aprendizaje-servicio y la continuidad en la comunicación con los alumnos una vez han terminado los estudios, comenta Jordi Ibáñez, director del centro.

Trabajo en red

El trabajo en red es un elemento clave que permite abordar los problemas desde una perspectiva holística. Llorenç Sans explica que después de hablar con las familias contactan con los servicios sociales. “No es virtud del profesorado, sino de L’Hospitalet, del trabajo en red. Cuando hay una problemática del tipo que sea, como temas legales, se coordinan los diferentes servicios. Ante situaciones como el embarazo de una chica buscamos el recurso, las alternativas y soluciones”, explica Sans, quien valora que en L’Hospitalet “la red existe, funciona porque hay un rodaje, se intercambia información”.

Un eje central de la propuesta educativa del IES Fontserè es combinar la educación y el aprendizaje para favorecer la formación como personas de los alumnos. El aprendizaje-servicio es una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en el que los participantes se forman al trabajar en necesidades reales del entorno con la finalidad de mejorarlo. En el aprendizaje-servicio hay una necesidad social, un servicio a la comunidad y los aprendizajes que se derivan. Los programas “Joves pel Barri” y “Compartim drets” se enmarcan en este proyecto educativo.

Las estudiantes Sandra Clemente y Ainhoa Fernández, alumnas de segundo de ESO que han participado en el programa Joves pel Barri, explican sus impresiones. Trabajaban en el Esplai La Florida, uno de los muchos clubes de tiempo libre que funcionan como centros sociales en Catalunya. Ainhoa y Sandra colaboran realizando conversaciones en catalán con niños de diferentes edades. “Lo mejor de este proyecto es que ayudando a los demás te sientes mejor”, comentan. “Los niños nos explicaban cosas de su país y nosotras del nuestro. Hay una apertura cultural. No hemos tenido problemas de racismo. Lo más interesante es el intercambio cultural”, explican estas jóvenes, quienes aseguran que seguirán siendo voluntarias una vez terminen su experiencia en este programa.

Los recortes golpean duro

La crisis y los recortes presupuestarios en enseñanza han afectado gravemente al IES Fontserè. “Hemos tenido que suprimir el aula de estudio de refuerzo del inglés”, explica Jordi Ibáñez. El año pasado bajaron un 12% todo el presupuesto general y este año han suprimido todas las partidas extraordinarias. “Teníamos una partida extraordinaria de casi 10.000 euros, el año pasado nos lo dejaron en 3.000 y este año no tenemos nada. Este dinero lo utilizábamos en los proyectos y también ayudábamos a las familias con graves problemas económicos”. El coordinador pedagógico denuncia la falta de personal: “Es un lugar que necesita la máxima atención y los máximos recursos que se puedan adoptar”.

Necesidad de personal para una población diversa

En el barrio de La Florida hay un 60% de población inmigrante en la franja de 16 a 24 años. El IES Fontserè acoge alumnos de 20 nacionalidades diferentes. Algo que supone un reto y una oportunidad. Algunos alumnos no han sido nunca escolarizados, los sistemas educativos en cada país son diferentes. A pesar de que los grupos son más reducidos que en otros centros, “haría falta más personal”, considera Sans. “Hay niños que vienen que no saben leer ni escribir. Para nosotros la comprensión lectora y escrita es fundamental y tenemos alumnos con graves dificultades”.

Voluntariado en espacios del barrio

Joves pel Barri es una iniciativa que surge en el año 2007 fruto de la colaboración entre el Instituto Eduard Fontserè y el Esplai La Florida. En este proyecto participan 30 jóvenes de Bachillerato de 16 y 17 años. Forma parte de la asignatura de prácticas en empresa. Primero realizan una formación específica de iniciación al voluntariado y después trabajan como voluntarios en el Esplai de la Florida dando apoyo a los monitores con niños pequeños de tres a siete años.

Ester Navarro, de l’Esplai La Florida, coordinadora del programa Joves pel Barri, comenta que en el año 2006-07 habían detectado que existían carencias entre la población joven de La Florida. Los jóvenes participaban muy poco de las actividades del barrio. La imagen que los adultos tenían de los jóvenes era muy negativa, muy estereotipada, y éstos participaban poco en las actividades locales. Navarro relata que la experiencia ha sido muy positiva, cada año se ha ido enriqueciendo, añadiendo cosas nuevas y corrigiendo. Ha tenido mucha repercusión mediática y se ha extendido a otras entidades de L’Hospitalet que ahora también realizan el programa Joves pel Barri.

Educación en derechos humanos

‘Compartim drets’ es un proyecto de aprendizaje-servicio en que 20 jóvenes de 3º de ESO (14 y 15 años) realizan un trabajo de investigación sobre cuatro entidades del barrio que se ocupan de los derechos humanos con la finalidad de difundir posteriormente estos derechos entre tres escuelas de primaria. Por un lado, desarrollan una reflexión crítica frente a las injusticias y desequilibrio de la sociedad al mismo tiempo que mejoran las habilidades comunicativas y relacionales.

Laura Puig, Gabriel Rodrí­guez, Nora Allaoui y Sergio Ballesteros son estudiantes de 4º de ESO que el año pasado participaron en el programa ‘Compartim drets’. Su valoración es muy positiva. Se han implicado mucho en el proyecto.  “La gente que viene de fuera no tiene tantas posibilidades como la gente que vive en España o en otros países occidentales. Hemos trabajado los prejuicios y las relaciones abusivas. Los niños a los que explicábamos los derechos se mostraban muy interesados. Trabajábamos los conflictos a través del debate. Ahora me preocupo más por la gente”, dice uno de ellos.

Acompañamiento a alumnos y familias

Uno de los éxitos del IES Fontserè, del que sus profesores se sienten muy orgullosos, es la continuidad en la comunicación con los alumnos una vez que éstos han dejado el instituto. “Una vez que han acabado los estudios continúan viniendo por el centro, explicándonos cómo les va en los ciclos formativos, en la universidad. Piden orientación para buscar trabajo”, explica Llorenç Sans, coordinador pedagógico del centro. La orientación también la hace el Ayuntamiento en el tema de asistencia a lasfamilias, una actividad que se coordina con el Ayuntamiento. Esto es importante porque las familias se dan cuenta de que el centro no está solo, que hay un apoyo externo, añade Sans.

El coordinador pedagógico destaca la importancia de la orientación de los alumnos que no aprueban 4º de ESO, también en coordinación con el Ayuntamiento. “Los problemas tienen una trayectoria que no surge de repente, se hace un seguimiento del estudiante y se buscan soluciones psicopedagógicas”, apunta el coordinador.

Facilitar la inmersión en el idioma

El IES Fontserè dispone de dos aulas de acogida debido al gran número de alumnos inmigrantes para poder así realizar una inmersión lingüística. Los alumnos que se incorporan a las clases de acogida son aquellos nouvinguts que llegan directamente de sus países de origen o alumnos recién incorporados al sistema educativo y que no tienen conocimientos de lengua catalana. El aula de acogida es dinámica, los alumnos entran y salen, pueden estar unos meses o un año. Llegan niños que no hablan ni catalán ni castellano. Es muy complicado para los niños, explica Llorenç Sans. Para un adulto también lo sería. El aula de acogida es fundamental. “El aula de acogida se hace en catalán porque el castellano lo aprenderán en la calle”, explica Sans. Para la acogida de los nouvinguts existen programas como  ‘Cicerone’ en el que participan diversos institutos de L’Hospitalet y otras entidades. El cicerone es un alumno o alumna voluntario que ayuda al recién llegado. Le orientan, informan, le acompañan para conocer el instituto, el barrio y la ciudad, y le explican los recursos de las diversas entidades.

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