Bakunin: la vigencia de sus ideas

El pensamiento de Bakunin atravesó los siglos XIX y XX y sigue revelando su vigencia en el siglo XXI.

Texto de Iván Nistal,director del periódico CNT

03/06/14 · 12:37
Edición impresa

No es que fuera un visionario ni un profeta de la anarquía, pero Bakunin tenía algo especialmente importante: sabía leer muy bien los tiempos en los que desempeñó su activismo revolucionario y los que vendrían a posteriori, tiempos como en los que nos encontramos actualmente. Y es que a pesar del paso de los años, hay cosas que se mantienen intactas, aquellas que sostienen un sistema despótico y que Bakunin supo señalar sin titubear.
Se trata no sólo de su crítica al Estado, el capitalismo o la religión, algo compartido por otras corrientes de pensamiento, sino también de aquellas cuestiones que han pasado a formar parte del cuerpo fundamental del anarquismo como pueden ser el federalismo, las decisiones de abajo hacia arriba o la reivindicación de la libertad en su más amplia expresión.

Pero esa visión no sólo fue en abstracto, también se puede apreciar en aspectos concretos que se pueden trasladar a la actualidad. Por ejemplo, cuando en 1869 escribe el texto La política de la Internacional, un alegato a favor de la AIT, sobre la necesidad de que los trabajadores y trabajadoras se organizaran universalmente ante el creciente y formidable poder de las clases privilegiadas de todos los países capitalistas, ¿os suena el G-8 o el club Bilderberg? O cuando alerta del parlamentarismo y de la política burguesa, señalando que todos los partidos, a pesar del color que tengan, perpetúan el sistema, ¿os suena el PSOE o IU?

Bakunin era un ateo convencido y como tal, no hizo ni de su propio pensamiento un dogma de fe. Así, apoyó en determinadas circunstancias una alianza temporal con partidos políticos progresistas. Asimismo, entre sus alegatos ateos, no se encuentra un empeño por desterrar la religión de la faz de la tierra, sino de que el culto religioso sea mantenido por sus propios feligreses y sin subsidios públicos.

Uno no puede dejar de recordar los constantes conflictos entre naciones, en este caso entre “pueblos eslavos” como son Rusia y Ucrania, y recordar el grito de Bakunin, “¡Basta de guerras de conquista, nada de guerras salvo la última guerra suprema, la guerra de la revolución para la emancipación de todos los pueblos!”. O lo que es lo mismo, nuestro famoso lema “¡Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases!”

Y si pasamos a un plano más relacionado con los sentimientos, veremos en sus escritos detalles interesantes, como cuando se refiere al hecho de que los trabajadores se convierten en revolucionarios en el momento en que se unen y luchan contra los patronos. Cuántos casos habremos visto en CNT de “currelas” que se acercan por un conflicto laboral y al poco tiempo acaban asumiendo las ideas anarquistas… O cómo el poder corrompe al hombre, cuando se refiere a la burocracia sindical. Leer hoy a Bakunin nos ayuda a comprender mejor el momento que vivimos, no muy diferente en el fondo al que tuvo que padecer él en su agitada y sensacional vida.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Tienda El Salto