El Ayuntamiento de Madrid podría ceder el centro cultural -en el que invirtió siete millones- a la dinamización empresarial de Telefónica.

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El pasado 4 de abril saltó la noticia: Madridiario.es publicaba que el Ayuntamiento de la capital estaba negociando con Telefónica el alquiler del edificio en el que se encuentra Medialab-Prado, un centro de producción e investigación en torno a la cultura digital. Esos mismos días, la multinacional anunciaba que el inmueble, la antigua Serrería Belga, sería la sede madrileña de Open Future. Lo hacían en el propio lugar, ante la sorpresa de sus trabajadores, en un evento titulado HackForGood en el que la palabra ‘hacker’ quedaba desligada de las implicaciones éticas del software libre y entraba de lleno el marco de la competitividad tecnológica. Open Future es un programa de apoyo a emprendedores y startups mediante capital de riesgo cuyo fin es incubar proyectos punteros que puedan establecer sinergias con las líneas de negocio de Telefónica.
Al equipo de Medialab-Prado le llegaban comunicaciones informales pero preocupantes por parte del Ayuntamiento; desde que el asunto saltó a los medios hace un mes, silencio
Pero, por ahora, la gestión de Medialab-Prado recae en Madrid Destino. Cultura, Turismo y Negocio, S.A., fusión de empresas culturales municipales acordada en julio de 2013. Oficialmente, el Ayuntamiento nunca ha confirmado las conversaciones con Telefónica. La alcaldesa Ana Botella dijo el 10 de abril que no tenía conocimiento alguno de la cesión. Sin embargo, el portavoz municipal del PSOE, Jaime Lissavetzky, declaró que sabía de ellas por medio del director de Madrid Destino, Timothy Chapman. Por su parte, fuentes de Telefónica han admitido en todo momento que están interesados en el edificio. El 21 de abril, Chapman puntualizaba que no se negocia que Telefónica gestione el edificio sino “una colaboración”. En el plenario del 29 de abril, el PP se negaba a votar una proposición en contra de la venta, cesión o alquiler de la Serrería Belga. “Nos tememos que en breve se alquilará o cederá en todo o en parte”, tuiteaba el PSOE de Madrid Centro. En los meses anteriores, al equipo de Medialab-Prado le llegaban comunicaciones informales pero preocupantes por parte del Ayuntamiento; desde que el asunto saltó a los medios hace un mes, silencio.
Un camino lleno de baches
En 2007, el alcalde Alberto Ruiz Gallardón propuso recuperar el antiguo edificio de la Serrería Belga para trasladar a él lo que desde 2000 se conocía como MediaLabMadrid. En 2011, Ana Botella llegó a la Alcaldía con el plan estancado: sólo estaba operativa la planta semisótano, a pesar de que debía haberse terminado en 2010 con una obra que se llevó siete millones de las arcas municipales, más otro millón del Fondo Estatal de Inversión Local y otro sólo para costear la pantalla digital que ocupa toda su fachada; el concurso público para elegir al director estaba bloqueado, en un proceso difuso en el que no se aclaraba el rol que desempeñaría en un entorno definido como colaborativo, y el personal trabajaba provisionalmente en las instalaciones del centro de creación del Matadero.
Desde 2013 no hay presupuesto municipal para que Medialab-Prado haga actividades, su financiación depende del alquiler para eventosMientras tanto, la comunidad de usuarios avanzaba más rápido: en Medialab-Prado “hay proyectos muy ricos y un trabajo muy interesante a nivel de participación. Se rompe la idea de artista narcisista que crea individualmente en favor de la creación colaborativa”, explica una de las personas del entorno. En estos años, las comunidades de software y cultura libres han tejido redes y desarrollado proyectos abiertos que han convertido el espacio en un referente a nivel internacional. Desde 2010, se crean varias líneas de investigación y debate para diseñar con transparencia las políticas de gestión del espacio. Para cuando llega la inauguración oficial, con la foto de Botella en abril de 2013, hacía cuatro meses que se había cancelado la partida presupuestaria del Área de las Artes destinada a organizar actividades allí. Desde ese enero, la financiación iba a depender del alquiler del edificio para eventos externos. “Y se cogen todas las oportunidades; no hay criterios claros de qué tiene cabida en Medialab-Prado”, lamenta la misma fuente del entorno. Hay una fuente de ingresos extra: las subvenciones de la Unión Europea que ha conseguido la propia comunidad. Pero Madrid Destino también media en su reparto.
Dos culturas opuestas
Por su parte, Telefónica afirma que Open Future generará entre 20.000 y 30.000 puestos de trabajo, si llegan a fraguar las alianzas que pretende establecer por todo el Estado. Ya ha instalado incubadoras de empresas en Santiago de Compostela, Sevilla, Málaga, Granada y Cáceres, donde la Junta de Extremadura le ha cedido un edificio valorado en 5,8 millones de euros, según publica eldiario.es en un reportaje que cita a una responsable de marketing de la empresa: “En ningún caso nos planteamos pagar un alquiler ni nada. Esto es consecuencia de falta de comunicación entre Madrid Destino, Ayuntamiento y Medialab”.
Más allá del uso final que se le dé a la Serrería Belga, desde el entorno apuntan al reto de que la incertidumbre sirva para repensar cómo se mantiene este recurso común reticular como Medialab-Prado: “Lo ideal sería que se pudiera hacer transformación social dentro de la institución, pero el peligro es que no todas las personas vinculadas están politizadas, no hay una posición central”.
SaveTheLab.org, el lobby en red
Que Medialab-Prado ha sabido tejer una telaraña quedó claro en cuanto se temió la cesión: en una semana se articuló la campaña #SaveTheLab, cuyo manifiesto explica que puede “presumir con orgullo de contar con (y cuidar de) una comunidad activa y creciente de personas usuarias que se implican de forma continuada, a escala local y global”. Además de la agitación en redes sociales y la recogida de apoyos, están facilitando que la población ejerza el derecho de petición de información al Ayuntamiento para que aclare la situación.
Por su parte, desde Medialab-Prado se hizo una jornada de puertas abiertas el 29 de abril, con conciertos y actividades lúdicas para abrirse y darse a conocer a su barrio.
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