El periodista de 'La Marea' Antonio Maestre habla sobre las confluencias entre periodismo, militancia y vida.
En tu perfil de Twitter te describes como “aspirante a imitador de Günter Wallraff” y en la cabecera tienes una fotografía de un fragmento de 1984, ¿por qué Günter Wallraff y George Orwell?
Günter Wallraff es un hombre que siempre ha ido al origen del problema. En Cabeza de turco, Con los perdedores del mejor de los mundos... Es un hombre que además lo ha dado todo por intentar conseguir información, incluso a pesar de su trabajo. Era consciente de que después de hacer sus reportajes era muy complicado que lo volvieran a contratar; le daba igual, simplemente él consideraba que había que hacer algo, que había que escribir algo y daba su salud y su vida por conseguirlo, siempre para mostrar cuestiones que estaban un poco latentes. Si creía que había que hacer algo, lo hacía, no le importaba nada más. Iba al barro y se manchaba. Tampoco tenía formación académica. A lo mejor no tiene la pluma que tienen otros, pero era un hombre comprometido de verdad y eso para mí es importante, el compromiso. Para mí es un referente de verdad. En cuanto a lo de 1984 no te creas que tiene mucha importancia. En su día me gustó, y bueno... Pero no tiene más que lo que todo el mundo conocemos de Orwell y de 1984. Wallraff significa mucho más para mí.
"Los que tienen los medios en España no tienen ningún interés en hacer periodismo de datos y los que igual tendríamos interés en hacerlo no tenemos los medios suficientes"Los métodos de investigación que utiliza Wallraff...
Es algo que siempre me he planteado y por eso incluso me presento como “aspirante a imitador”. Me lo he planteado muchas veces, lo he intentado y es algo complejo. Hacer periodismo como él lo hacía implica tanta dedicación... Implica renunciar a una vida propia para dedicarla a tu trabajo. Y eso es algo que admiro. En cualquier investigación que te propones siempre hay una división entre el trabajo y tu vida; él no, él mezclaba su vida y el trabajo. Los hacía uno, algo que se ha hecho pocas veces. Él define precisamente lo que es el compromiso a la hora de informar.
Esto último que dices no es solo compromiso, también es coherencia. El trabajo no va por un lado y la vida por otro.
Eso es. Si quiero contar cómo vive esta gente voy a ser esta gente. Y esa es una manera que... bueno, tiene un purismo deontológico y periodístico. Es una persona que tiene compromiso y que de verdad creía en lo que hacía y para ello no dudaba en renunciar a su bienestar. Después de hacer el trabajo que hizo sobre el Bild-Zeitung, ¿quién lo iba a contratar en un periódico?
Leyendo tus artículos se percibe que detrás hay una tarea de documentación importante
Sí, bueno, yo de formación soy documentalista. De periodismo hice un máster. Entonces es una manera de intentar mostrar lo que soy. Creo que en el periodismo actual a la documentación no se le da la importancia que yo creo que puede tener. Hay que complementar el compromiso con el rigor de los datos, intentar profundizar y abrir líneas en los artículos… Cuando muestras una cuestión aportas el documento para que la gente pueda profundizar si lo desea; si quieres puedes profundizar, puedes informarte por ti mismo. Tienes la información para poder contrastar lo que te estoy diciendo.
El periodismo de datos, en este sentido, para la profundización, la documentación en la noticia, ¿lo practicas o lo intentas llevar a cabo?
El problema del periodismo de datos suele ser que está asociado mucho con bases de datos, con cribado de datos... Hace falta una preparación tecnológica que yo no tengo. Me da miedo meterme en ese mundo porque hace falta dominar con mucha soltura herramientas que ahora mismo no manejo como creo que se debe. Le tengo bastante respeto. Intento usar la documentación de una manera un poco más tradicional.
¿Y qué papel crees que puede jugar el periodismo de datos en medios críticos como La Marea o Diagonal, eldiario.es…?
Hacer periodismo de datos es muy caro y necesitas la colaboración no solo de periodistas, sino de geógrafos...
Programadores, diseñadores web...
Claro, necesitas personas de muchas disciplinas. Los que tienen los medios en España no tienen ningún interés en hacerlo y los que igual tendríamos interés en hacerlo no tenemos los medios suficientes. Recuerdo que hice un trabajo sobre el patrimonio de los diputados y me tiré 6 meses para hacerlo yo por mi cuenta. El periodismo de datos tiene unas posibilidades increíbles, pero hacen falta recursos y los que creo que podríamos apostar por ello no disponemos de medios suficientes.
Has tocado el tema de la financiación de los medios que se encuentran con pocos recursos para hacer periodismo... ¿El periodismo crítico está abocado a un estado de precariedad?
No debería. Al menos aspiro a que no. Son medios que precisamente por su compromiso y por su beligerancia con los estamentos de poder descartan vías de financiación que otros tienen. La Marea no puede competir con otros medios cuando tiene un código de publicidad tan riguroso. Tienes unos medios de financiación que te los limitas tú porque has querido, es una decisión propia.
Ahora mismo es un momento bastante complicado para competir. Tienes que subsistir con el capital humano del que dispones, aunque intentas hacer el trabajo con el mayor rigor y honestidad posibles. Un trabajo de segunda visión, trabajo de contexto, un trabajo que te quita un poco más de tiempo y que aporta algo distinto que el periodismo de última hora. Intentas buscar tu lugar siendo consciente de tus limitaciones, pero también siendo consciente de que si quieres hacer un trabajo honesto y quieres diferenciarte y estar lejos de los demás medios de comunicación tradicionales vas a tener esa limitación de recursos. Con esa limitación de recursos trabajas y lo haces lo mejor posible. Al fin y al cabo pones el foco donde tú consideras y ese es el primer compromiso.
En tus artículos el compromiso o el foco lo tienes puesto en tres temas: la Iglesia, la derecha y el Franquismo e intentas entretejer las relaciones entre ellos
Sobre la Cultura de la Transición hay una especie de relato que establece que fue un periodo completamente modélico donde se pasó de la dictadura a la democracia. Hay quienes creemos que simplemente es una continuación. El hecho de intentar comprender lo que ocurre ahora basándose en las rémoras de todo ese franquismo sociológico, que no ha desaparecido ni muchísimo menos, ayuda a comprender un poco lo que ocurre. No es una cuestión de simplificar y decir “el Partido Popular es franquista”. No es así, es una cosa más compleja. El Partido Popular está basado en un pensamiento que es el que ha dominado durante 50 años en España y ese pensamiento no se evade ni se evapora en 30, sobre todo cuando no se han tomado medidas y se ha protegido ese pensamiento.
Todo eso es bueno conocerlo porque es lo que conforma el ideario de la derecha española; no es igual, pero tiene esa base de pensamiento, esa base ideológica del franquismo sociológico. Es lo que dijo Umbral, que se pasó del franquismo azul al franquismo blanco. Ayudar a comprender este tipo de pensamiento es importante porque en muchas ocasiones las medidas que se toman ahora están latentes en ese ideario.
En cuanto al tema de tus artículos se ve siempre no solo un compromiso, sino además una militancia. Hay una intención, hay un propósito
Sí, claro. Yo nunca he ocultado que soy de izquierdas. Soy completamente honesto. La gente lo sabe. Pero el ser de izquierdas o de derechas, o de un partido o de otro no tiene que segar lo que escribes y lo que haces. Cuando decides escribir un artículo sobre cómo se financia Cáritas si pones el foco en que la Iglesia aporta poco dinero eres tú quien decide poner el foco ahí y lo cuentas con honestidad y rigor. Yo pongo el foco donde creo que debo hacerlo. Mi militancia ideológica hace que intente sacar una parte y mostrarla, pero mientras no falsee ninguna información y la cuente con honestidad y con rigor no tiene por qué haber ningún problema.
La objetividad no implica no tener compromiso, no implica que no haya una militancia con las ideas. Hay ciertas cuestiones con las que no puedes ser equidistante. No puedes poner en el mismo artículo el discurso racista y el discurso antirracista. Eso no es objetividad, eso es falsear la información. No se puede poner en el mismo plano un discurso a favor de los derechos humanos y otro que va contra los derechos humanos. La militancia es poner el foco donde tú consideras o tú crees que hay que sacar la información. Esa es la militancia ideológica que un periodista tiene que tener y cuando los datos no van en la dirección ideológica que tú sigues hay que contarlos igual.
Se da un solapamiento entre periodismo y militancia
Sí, pero cuando tú eliges contar que Mercadona paga mejor que nadie, y para eso simplemente coges la nota de prensa que ha sacado, a lo mejor eso es objetividad o equidistancia, pero al fin y al cabo tú estás tomando parte aunque eso no se considera nunca militancia. A lo mejor ese es el problema, que no existe una militancia pero sí favorece el discurso prevalente en la sociedad. A lo mejor solo se suele considerar militancia a quien coge esa nota de prensa y le intenta dar la vuelta para mostrar que en verdad Mercadona no paga mejor que nadie, o no paga mejor que otros, sino simplemente tiene la posición de la prensa para decirlo. Hace poquito creo que lo dijo en un artículo Enric González: siempre habrá alguien que te va a considerar militante en un sitio o en otro hagas lo que hagas. Creo que se considera militante a los que intentan salirse del discurso hegemónico para contarlo desde otra posición. Yo me considero militante por eso, por intentar sacar discursos latentes e intentar mostrarlos.
Juan Luis Sánchez escribió hace poco un artículo donde decía que los medios críticos tienen claro que lo que pretenden es “crear hegemonía, generar agenda e influencia”. Tú también apuntas en esta dirección.
Sí, claro. La cultura de la Transición es una serie de relatos que se han impuesto desde los medios tradicionales que son los que han tenido hasta ahora el poder. Y ese relato tradicional es el que se ha impuesto y tiene muchas variantes. En cada cuestión, en cada tema hay un relato tradicional que se ha tejido durante el período de la Transición. Lo que tiene que hacer un medio crítico es mostrar todos los temas que subyacen bajo cada cuestión. Romper todo ese discurso que ha existido para intentar sacar pequeñas historias y pequeños relatos que durante todo este tiempo han estado ocultos. En la lucha contra ETA, por ejemplo, el tema de la tortura hacia los etarras ha sido algo que siempre ha estado oculto. Se procuraba esconder o se negaba cualquier acusación de tortura. Sacar esos temas -que no implica estar a favor de la banda terrorista- es lo que tiene que hacer un medio crítico. Al fin y al cabo lo que hace un medio crítico es periodismo, es controlar al poder. Pero el poder no solo se ejerce desde del Gobierno, sino también desde los medios, desde las empresas, desde los estamentos eclesiásticos... Hay muchas capas de poder que son las que un medio crítico, que tal vez no debería llamarse crítico, sino un medio de comunicación, debería intentar aflorar.
comentarios
2