Iniciativas como Lorea
impulsan un modelo no
comercial de redes
sociales, en las que el
usuario sea dueño de sus
propios datos.
Los movimientos suelen producir
sus propias herramientas
tecnopolíticas pero
en cuanto a redes sociales
en internet (RSI) libres sólo se han
empezado a encontrar alternativas
viables recientemente. Puede que
este ‘retraso’ tuviera que ver con
una falta de recursos –¿como competir
con la capacidad de alojamiento
de Google?– o con una falta
de interés hacia lo que muchos han
considerado una moda de adolescentes,
obviando su potencial para
la autoorganización de la sociedad
civil. Fuesen cual fuesen los motivos,
estos años de uso y experimentación
con RSI han permitido entender
mejor sus riesgos y potencialidades.
Se está viviendo una transición
de la web 2.0, comercial, restrictiva
y privativa, hacia la web social
federada, donde quienes quieren
pueden jugar porque es libre y descentralizada.
Ésta se basa en un
conjunto de protocolos y aplicaciones
que permiten la interoperabilidad.
Todo lo contrario de lo que
ocurre con la mayoría de las RSI
que se han caracterizado por la imposibilidad
de comunicarse entre
ellos. Si estás en Facebook, no ves
ni intercambias datos con gente en
Myspace o en Twitter y viceversa.
Esto es el resultado de las políticas
de desarrollo aplicadas por las empresas
comerciales detrás de estas
aplicaciones 2.0, que prefieren encerrar
a sus usuarios dentro de
unos guetos propios definidos como
“nichos”, llevando así la divisa
“divide y vencerás” hacia nuevos
límites. Nuestros datos creados a
golpe de ratón se transforman en
sus mercancías más preciadas.
La federación, como solución
La federación no es ninguna novedad
dentro de internet. La world
wide web y el correo electrónico
son de hecho aplicaciones federadas.
La lógica misma detrás del correo
electrónico es que tú puedes
escribir y recibir correos desde
tu propia dirección hacia otras direcciones,
aunque éstas usen otro
servidor o servicio diferente del tuyo.
La web social federada podría
resultar lo bastante poderosa y disruptiva
como para devolver a quienes
usan RSI su autonomía, libertad
y, cómo no, el control total
sobre sus datos en internet. Al permitir
a sus usuario/as elegir cómo
van a alojar y compartir sus datos
y asegurar al mismo tiempo que cada
una/o pueda comunicarse con
la gente que elige otro servidor o
RSI, la federación tumba los muros
del panóptico 2.0.
Actualmente se cuenta con las
alternativas libres Pinax, Elgg,
Cyn.In, Budypress y OpenCollab
para desarrollar tu propia RSI y
también existen StatusNet, Smob
y, próximamente, Diáspora para
contar con servicios federados de
microblogging. También está el
proyecto GNU Social, que agrupa
desarrolladores de software libre
con el objetivo de crear una red social
descentralizada, libre e instalable
en servidores propios. En cuento
a alternativas pensadas para los
movimientos, existe Crabgrass,
una de las SRI más antiguas enfocada
a la colaboración entre colectivos
y desarrollada por Riseup, un
colectivo autónomo de activistas
para la provisión de infraestructuras
comunicacionales alternativas.
Lorea, por su parte, es un proyecto
de semilleros de redes sociales
federadas que se presentó
en el pasado Hackmeeting 2009
celebrado en el CSOA Patio Maravillas
en Madrid. Un proyecto
abierto y autogestionado donde
las habitantes de las redes sociales
federadas pueden participar
en su diseño, desarrollo y mantenimiento,
trabajando para implementar
los protocolos existentes
para la federación, desarrollando
código, manteniendo servidores
seguros, cazando fallos, probando
su usabilidad, ofreciendo talleres,
traduciendo y documentando
su desarrollo.
El Gran Hermano te vigila
El objetivo es dotar a todas sus habitantes
(y no usuario/as, ya que no
nos consideramos “prestataria/os
de servicio”, sino un proyecto hacktivista
abierto y habitado por quienes
usan y cuidan esas RSI) de herramientas
para sintonizar los grados
de visibilidad y privacidad que
quieren otorgar a sus datos. También
recuerda que la privacidad
dentro de una RSI es una noción
ambigua, por ello “no exijas lo imposible,
no expongas cosas cuando
tengas dudas respecto a publicarlas,
siempre piensa en cómo lo que
publicas pueda afectar la privacidad
de tercero/as y no hagas nada
que no quisieras que te hicieran. Recuerda:
el Gran Hermano te vigila”.
Por ello Lorea apuesta por la encriptación
a través de la implementación
de la tecnología GPG (GNU
Privacy Guard) que permite cifrar
los datos, por lo que sólo las pueden
leer las personas a las que van
dirigidos. Esto permite crear círculos
de confianza gracias a la autentificación.
Actualmente el semillero
cuenta con 10 RSI (semillas/flores
entre las cuales están N-1, Artelibredigital,
Redesenred, Moneda-
Bcn) y ofrece herramientas (wikis,
blogs, calendarios, tareas, listas de
correo, microblogging) pensadas
para facilitar la comunicación y el
trabajo colaborativo en red.
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