12 años denunciando el boom financiero e inmobiliario y acompañando las luchas por el derecho a la vivienda.
Cuando Diagonal arrancó, la economía española estaba en la Champions League de las economías mundiales, impulsada precisamente por el boom financiero e inmobiliario. Recordemos: en este país se construía más que en Alemania y Francia, los países centrales del capitalismo europeo. Pronto, nuestras portadas dieron cuenta de las primeras expresiones de rechazo a este modelo: primavera de 2006, sentadas de V de Vivienda, el movimiento donde la hoy alcaldesa de Barcelona lanzaba junto a muchas otras la consigna “no tendrás una casa en tu puta vida”.
Dos años después, el tiempo les daba la razón. Algo estalló en el verano de 2007 en EE UU: la burbuja de las subprime, impulsada por la concesión de millones de dólares en préstamos hipotecarios a familias empobrecidas que jamás podrían pagarlas. El juego terminó en EE UU ese verano y tardaría unos meses más en trasladarse al resto del mundo. El balance en el Estado español es conocido: más de medio millón de hogares desahuciados y cerca de 700.000 con procedimiento abierto, rescate bancario e intervención autoritaria de las cuentas públicas. En 2009 nacería la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y en 2011 las acampadas multiplicaron su campaña más conocida: Stop Desahucios. La ley de la PAH llegaría al Congreso, donde la intervención de su portavoz, Ada Colau, llamando criminales a los banqueros la haría definitivamente conocida. Entonces, un PP con mayoría absoluta se encargaría de que las demandas de segunda oportunidad para los hogares endeudados y alquileres sociales en los pisos que se había ido quedando la banca no se convirtieran en ley, pese a ser apoyadas por 1.400.000 firmas. La PAH siguió, y varios parlamentos regionales han aprobado leyes basadas directamente en sus demandas. La lucha hoy sigue pendiente de este frente: sin ley que proteja a los débiles frente a los todopoderosos bancos, no habrá derecho a la vivienda.
comentarios
1