Diagonal ha sido una herramienta para el debate pero también para la pedagogía que nos ha ayudado a poder imaginar que nuestras luchas son posibles y que somos una red de redes.
Durante estos doce años, Diagonal ha sido muy importante para quienes luchamos por las libertades sexuales porque ha servido para plantear debates que no estaban teniendo lugar en otros medios, dando visibilidad a las ideas críticas que ahora mismo se dan por buenas. Aquellas ideas que están empezando a ser parte de cierto “sentido común” compartido. Me refiero a afirmar que la transexualidad no es una enfermedad; la necesidad de pluralizar los espacios donde se habla de derechos sexuales y reproductivos más allá de sus lugares de representación más hegemónica u oficialista; ofrecer una mirada sobre la discriminación basada en las normas de género que sea inclusiva con las mujeres y las personas LGTBQ; entender la importancia política que tiene la sexualidad e identidad de género no normativa; darle visibilidad a las luchas feministas sobre el cuidado y el derecho a poder decidir sobre el propio cuerpo… A diferencia de otros medios que argumentaban que eran cuestiones demasiado minoritarias o poco importantes, Diagonal ha sabido tener rigor y se ha ofrecido como altavoz para los movimientos sociales más críticos, a menudo ausentes de los medios con más repercusión.
Diagonal ha sido una herramienta, para el debate pero también para la pedagogía, que nos ha ayudado a poder imaginar que nuestras luchas son posibles y que somos una red de redes. Hay quienes nos hemos llevado los artículos al aula y los hemos utilizado como parte de nuestros contenidos, facilitando debates en los que hemos podido aprender con el alumnado qué posibles repercusiones, deseadas o no, tienen nuestras luchas. Sé que en las casas y los colectivos se han producido tertulias y procesos de reflexión gracias a estos artículos. Hemos podido llegar a muchas personas a las que, de otra manera, no hubiéramos llegado.
Somos muchas las personas agradecidas de poder haber formado parte de esta maraña que ya echamos de menos, incluso antes de salir el último número. Con este nuevo “salto adelante” para convertirse en una plataforma mediática, deseamos que este espíritu transgresor e implicado con las luchas sexuales y reproductivas no sólo continúe, sino que tenga un papel central. Seguiremos estando aquí para apoyaros y seguir construyendo una resistencia frente a las injusticias.
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