Se inaugura una nueva universidad sin rectores ni licenciaturas
- PRIMER CURSO. La Universidad Libre de Palomares del Río se inauguró el pasado 7 de octubre. Arriba podemos ver dos imágenes
de un concierto realizado para celebrar su inicio. Abajo, unas jornadas de reflexión y uno de los viajes de la Universidad
Trashumante de Argentina, un proyecto de educación alternativa que se ha convertido en una referencia.
Se inicia un nuevo curso académico
y un nuevo proyecto educativo. El
10 de octubre comenzó el curso
‘Movimientos sociales y democracias
participativas’ a cargo de
Ramón Fernández Durán, miembro
de Ecologistas en Acción, y Víctor
Mari Sáez, profesor titular de la
Universidad Nacional Española a
Distancia. El 15 de octubre dará comienzo
el curso ’Planificación de los
procesos comunicativos’, también
con Víctor Mari Sáez. La matrícula
cuesta 25 euros y existe la posibilidad
de obtener becas. Entre las actividades
previstas se encuentran
proyecciones, conciertos, recitales
poéticos y exposiciones.
Javier Encina, director de
UNILCO, explica esta iniciativa a
DIAGONAL: “La universidad libre
pretende ser un proyecto en permanente
construcción, que devuelva a
la gente el conocimiento del que se
han apropiado las universidades
convencionales, un proyecto vivo
que se cree colectivamente”. Para
ello, comenta este profesor, “la línea
ideológica debe ser discutida
por toda la gente que participa y debe
ser capaz de integrar a gente de
diferentes corrientes”.
Encina plantea “la necesidad de
que la educación, en la que se deben
incluir todos los grupos sociales
que pretendan transformar la
relación entre Estado y Mercado,
sea un proceso de interrelación e
intercambio continuo y que esos intercambios
sean horizontales”.
UNILCO se inició hace 20 años
aunque no se ha hecho realidad
hasta ahora. El proyecto definitivo
comenzó el pasado febrero. El
Ayuntamiento de Palomares llamó
a la ONG Arquitectura y Compromiso
Social de Andalucía para
elaborar el Plan General de Ordenación
Urbana. “Querían un proyecto
diferente a lo que se había hecho
hasta ahora, en el que la participación
no fuera un requisito sino
la raíz profunda de lo que se realizara,
y se pusieron en contacto con
nosotros”, explica Encina, quien
matiza que “en una reunión con el
concejal de Urbanismo, Manuel
Casado (Unión de Izquierdas de
Palomares del Río, UIPR), planteamos
UNILCO y le pareció muy interesante”.
Este proyecto nace también influenciado
por “el reparto de Las
Cabezas de San Juan”, el primer
presupuesto participativo del Estado
realizado entre febrero de
2000 y diciembre de 2001.
Según el director, no hay proyectos
similares en el Estado, ya que
“proyectos de universidades populares
se han convertido en algo parecido
a talleres municipales y otras
pretenden recoger lo más selecto y
granado del contrapoder de manera
elitista”. Respecto a otros proyectos
de participación en materia educativa,
como la Universidad Nómada
o la Universidad Trashumante
de Argentina, Encina reconoce
que “son proyectos con los que
podemos hacer cosas en común,
aunque todavía no tenemos mucho
contacto con ellos”.
Objetivos y contradicciones
UNILCO no pretende resolver las
carencias que tiene el sistema educativo
español, sino facilitar la transformación
de la sociedad. Aunque
no lo plantean desde fuera del sistema
sino actuando en “otra línea imperante
a la del mundo en la que vivimos”.
El proyecto, sin embargo, es
contradictorio en sí mismo: Javier
afirma que “es una universidad municipal,
digamos lo que digamos,
porque está apoyada por el Ayuntamiento
de Palomares”, pero los
cursos no tendrán homologación
con la universidad convencional.
Su opinión de la universidad reglada
está influenciada por la pedagogía
de Paulo Freire que plantea
la necesidad de dar voz al
oprimido: “El sistema educativo
formal fomenta una educación
que se da de arriba a abajo y en la
que el estudiante se encuentra vacío
y hay que rellenarlo”. Otra de
sus referencias es Ivan Illich:
“Deberíamos crear un sistema
educativo que no fuera ni sistema
ni educativo, según el papel que
cumple actualmente”. Encina
continúa explicando que “para
poder cambiar la universidad habría
que cerrar la universidad,
echar a los profesores, al personal
de administración y servicios
y a los estudiantes para empezar
a plantearnos si realmente necesitamos
que haya universidad. A
partir de esta situación, podríamos
crear un nuevo sistema universitario
que consiguiera eliminar
todos los defectos de la universidad
convencional”.
Frente a los cambios que se están
produciendo a nivel europeo,
el director de la recién creada
UNILCO cree que “es la culminación
del sistema meritocrático”.
Aunque reconoce que es un proceso
bastante indefinido y que siempre
hay quien piensa que se puede
modificar en determinados aspectos,
“la línea principal plantea que
para tener una educación más especializada,
necesitas tener más títulos
y mayores recursos económicos”,
apunta. “¡El problema es que
así no vamos a poder transformar
nada, incluso se puede elevar la calidad
educativa, pero actualmente
cuanto mayor es la calidad, mayor
es el proceso de control y de explotación!”,
concluye Javier Encina.
Una tradición que perdura
Las universidades libres tienen una
larga tradición en el Estado español
desde que en el primer tercio
del siglo XX se crearan las Escuelas
Modernas de tendencia anarquista,
que pretendían cambiar
radicalmente la experiencia pedagógica
en sentido crítico, laico,
racionalista y libertario. Antes y
durante la II República fueron
muchas las universidades populares
que comenzaron a funcionar
con la participación de escritores
como Antonio Machado.
En los últimos años destacan por
su actividad la Universidad Libre
de Canarias (1992) y la Universidad
Nómada, creada en 2001.
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