La familia del fotoperiodista desaparecido en Colombia pide colaboración en la búsqueda
Borja Lázaro Herrero, fotoperiodista nacido en Vitoria- Gasteiz, España, desapareció el pasado 7 de enero de 2014 en Cabo de la Vela, zona de La Guajira, en Colombia. Hasta el momento, el equipo de búsqueda mantiene tres hipótesis: ahogamiento, desaparición en el desierto o secuestro. Ninguna de estas tres hipótesis son descartadas por la policía. Danny Sánchez, su esposa, viajó desde México para pedir a las autoridades colombianas encargadas de la búsqueda del desaparecido que redoblen sus esfuerzos para encontrarlo. Aunque la policía ha dicho que la búsqueda está en marcha, Sánchez ha pedido que se intensifique el trabajo para que se conozca rápidamente el paradero del vitoriano.
En el hostal en donde se alojaba el fotógrafo Lázaro Herrero se encontraron sus objetos personales, entre ellos, su cámara fotográfica y su documentación. La familia de Borja Lázaro Herrero pide la colaboración del gobierno colombiano, del español y del vasco para que la búsqueda continúe y se puedan esclarecer los hechos de manera satisfactoria. En especial, hacen un llamamiento a la gente en Colombia, de la zona en donde se encontraba el fotoperiodista, para aportar información que pueda ayudar a encontrarlo. También motivan a difundir la fotografía de Borja a través de redes sociales y de brindar cualquier información útil con absoluta confidencialidad. Además, para aquella información que resulte de ayuda, se ha ofrecido una recompensa.
La cercanía es el principio de su trabajo fotográfico
Borja Lázaro ha retratado las dificultades que viven cientos de personas en distintos países de Europa, Asia y América. En varias de sus fotos, aparecen imágenes cotidianas en las que distintas personas nos dejan entrar en su día a día. En un momento de crisis generalizada, la vida cotidiana de la gente se convierte en el momento necesario para ser captado por la lente de un fotoperiodista como Lázaro. Plazas de distintas ciudades de Europa a donde acude masivamente la gente, payasos disparando sonrisas, niños sujetando banderas contra los recortes. Algunos de los mensajes captados por el vitoriano en los últimos años son: “vosotros tenéis tijeras, nosotros piedras”, “quiero un país al que pueda volver”, “bipardismo, dictadura, à louer”, “no hay pan para tanto chorizo”.
Lázaro ha realizado un trabajo fotoperiodístico comprometido con los movimientos sociales en América Latina. En 2006 y en 2012, se desplazó a México para retratar el proceso electoral. Sus fotografías reflejan una preocupación por los acontecimientos más llamativos de las últimas décadas en la vida política de la sociedad mexicana.
"Vivir tras un fraude" es el título de una selección fotográfica en la que Lázaro Herrero retrató los "plantones" en la Ciudad de México. En 2006, mostró a través de sus fotografías mensajes escritos de la mano y voz de mucha gente: "velando por la democracia", "Andrés Manuel no es mi Santo pero la democracia es mi devoción", “si hay imposición, habrá revolución”. En 2012, fotografió en un segundo plano a varios policías mexicanos frente a una pancarta con un graffitti que muestra tímidamente la silueta de Enrique Peña Nieto y debajo de éste en letras mayúsculas la palabra: "ignorante". Otra de las fotografías que forman parte de este conjunto es una imagen en la que Lázaro Herrero deja mirar el reflejo de la ventana de un coche por el que se asoma a su vez una niña. En un plano muy bien logrado se alcanza a ver una pancarta que levantan varias personas: “yo no voté por Peña”.
Retratando las prácticas culturales de las comunidades indígenas
El último trabajo publicado por el fotoperiodista desaparecido corresponde a imágenes del “ritual del hueso”, una ceremonia de las comunidades wayuu. Lázaro Herrero se desplazó hasta los pueblos cruzados por la frontera colombiana y venezolana para retratar estos rituales. Un acto que demuestra el compromiso de Borja Lázaro Herrero con las comunidades indígenas es lo que él mismo publicó en su blog: “Voy mejor preparado, ya no sólo llevo tres camisetas y un pantalón; sin límite de tiempo y con algo más de ropa. Entre todas esas cosas también llevo las fotografías impresas de ese día que los Wayuu nos regalaron. Ese “festival del hueso” en medio del desierto del que formamos parte esos intrusos que fuimos nosotros los cuatro extranjeros. Quid pro quo. Lo prometido es deuda".
Un llamamiento a quien pueda aportar datos
El trabajo realizado hasta el momento por Borja Lázaro Herrero es un incentivo para apoyar a que su búsqueda continúe y se logren esclarecer los hechos. Además de periodista y fotógrafo, Borja es también un hijo, un esposo, un amigo, un hermano, un compañero de trabajo, un colega fotoperiodista, un vecino cuya ausencia se siente en los espacios de la vida cotidiana. A todos y todas nos podría pasar y cualquier información será muy valiosa para dar con su paradero. La información se recoge a través de la web www.paraderoborja.org y del correo electrónico paraderoborja[arroba]gmail.com