Valencia se queda sin medios audiovisuales en lengua propia
El Gobierno español forzó el 21 de enero el cese de la señal de la radio pública catalana en el País Valencià, casi tres años después de cerrar los dos canales de televisión públicos catalanes que recibían los valencianos desde 1983 gracias a los repetidores instalados entonces por Acció Cultural del País Valencià mediante aportaciones particulares que financiaron la iniciativa. El País Valencià se queda así sin ningún medio audiovisual en lengua propia, gracias esta vez a la denuncia de la entidad catalanófoba Círculo Cívico Valenciano y a la estocada final del Partido Popular, que ya censuró TV3 y desmanteló la radio y la televisión pública valenciana, todo en un plazo de dos años.
El PSOE tuvo en sus manos durante su última legislatura mantener las emisiones de TV3, pero se negó a incorporar un nuevo múltiplex para la reciprocidad entre TV3 y Canal 9, e incluso intentó frenar una iniciativa legislativa popular con el apoyo de más de 650.000 firmas, que también boicoteó en las propias Cortes Valencianas.
No han pasado ni tres meses desde que el PP mandó liquidar definitivamente la radio y la televisión pública valenciana, con la excusa de la anulación por parte de la justicia del ERE que pretendía deshacerse de cerca de un millar de trabajadores de los 1.700 que tenía el ente, argumentando que era incapaz de hacer frente al coste de mantenerlo, y que debía priorizar en servicios básicos como educación o sanidad. Con el cierre de RTVV, los valencianos se quedaban sin un medio de comunicación que, a pesar de ser criticado por su gestión y por la manipulación de sus informaciones en favor del PP, era una herramienta fundamental para promover el uso social del valenciano y su normalización –a pesar de que no cumplía con el porcentaje estipulado de programas en valenciano–, así como para la difusión de la cultura popular y la información sobre el territorio. Así lo entendían las miles de personas que se manifestaron para protestar por su cierre, aunque muchos pertenecían a colectivos que habían sido ignorados o maltratados por el ente público, como decenas de artistas o como los movimientos y organizaciones críticos con el Gobierno del PP.
La ‘cultura’ amenazada
El hecho de que en el País Valencià haya más de 300 emisoras piratas y que, sin embargo, sólo se haya atacado a la televisión pública catalana no sorprende a los valencianos, acostumbrados a las constantes alusiones a Catalunya por parte de la derecha valenciana, a la que invocan esporádicamente cuando se trata de reafirmar su defensa radical de la “cultura de los valencianos”, amenazada, según éstos, por el imperialismo catalán que pretende usurparla. Estas declaraciones se intensifican cuando se acercan las elecciones, para las que las encuestas auguran una derrota del PP tras más de 20 años en la Generalitat y en el Ayuntamiento de Valencia.
El cambio sería posible, según las encuestas, si el PP no lograra la mayoría absoluta y si PSOE, Compromís e Izquierda Unida pactaran. Es lo que el miembro del PP valenciano Esteban González Pons ha bautizado ya como el “tripartito catalanista de extrema izquierda”. Ahora más, con los ecos del proceso soberanista catalán, la derecha valenciana reactiva su discurso más radical contra todo lo que huela a catalán.
Así, el actual presidente de las Cortes Valencianas y numerario del Opus Dei, Juan Cotino, alertó a principios de año que tras la independencia de Cataluña vendría la anexión del País Valencià. No sólo eso, sino que afirmó que todo responde a un plan de ETA para descomponer España por dos frentes: la anexión de Navarra a Euskadi y la creación de los Países Catalanes, esto es, Cataluña, Baleares y el País Valencià.
“El País Valenciano es el laboratorio de experimentacion de la derecha española. Esto es parte de la operación para destruir el Estado autonómico”, explica el profesor de sociología de la Universitat de València Rafa Xambó, que fue también miembro del Consejo de Adminsitración de RTVV. Xambó señala que, con la liquidación de RTVV, la Federación de Organismos o Entidades de Radio y Televisión Autonómicos (Forta) obtenía las noticias sobre el País Valencià a través de TV3 y Catalunya Ràdio, algo que se le escapaba al PP de las manos. De la misma manera que la readmisión del millar de trabajadores que exigió la justicia tras la anulación del ERE, y que eran declarados hostiles a las políticas de la Generalitat.
Además, la descomposición del PP valenciano con los múltiples casos de corrupción no podría ocultarse mucho más en las informaciones del medio público, por lo que, “en vez de optar por hacer una buena información, el PP optó por liquidar el ente”, matiza el sociólogo en referencia a RTVV.