Okupación en Vigo para encuentro de colectivos, activistas y centros sociales
Autor: Alternativas Nómadas / Galiza
El día de las elecciones municipales, los lectores de La Voz de
Galicia, periódico que abarca dos
tercios de la audiencia gallega, tuvieron
en sus manos una noticia
fruto de la jornada de reflexión:
medio centenar de okupas se habían
instalado la víspera en la panificadora
abandonada, edificio
emblemático de Vigo, entregado
actualmente a una operación especulativa.
Los protagonistas de la
acción eran todo un enjambre de
activistas de centros sociales y colectivos
procedentes de sectores
independentistas, libertarios, etc.
Hace apenas un par de años esta
acción habría sido impensable: el
agotamiento de esfuerzos que supuso
la ola de movilizaciones de
los últimos años (huelgas generales,
nacional del 15-J de 2001 y estatal
del 20-J de 2002; LOU, semestre
europeo, Prestige, Guerra de
Iraq...) y algunos discursos, excesivamente
identitarios, dificultaban
la cooperación entre las distintas
redes del movimiento. Algo,
sin embargo, está cambiando en el
eje metropolitano del Atlántico:
más allá de las diferencias ideológicas,
de las discrepancias tácticas
o de la tensión institucional inducida
por el bipartito tras el fin de
Fraga, algunas redes de activistas
parecen haber comprendido la necesidad
de encontrar formas de federar
horizontalmente sus singularidades
en acciones ajustadas a
su potencia actual. Lejos de responder
a la estrategia de la tensión
(alimentada mediática y judicialmente
con operaciones represivas;
por ejemplo contra ámbitos del independentismo),
desde hace un
tiempo se han venido tejiendo los
lazos que ahora hacen posible este
salto cualitativo. El encuentro
del fin de semana sirvió para empoderar
a todas las presentes, para
dar a conocer proyectos, prácticas
e ideas que se heredan de la
experiencia acumulada en la pasada
ola de movilizaciones y que
ahora se recombinan de cara a
abrir nuevos horizontes de lucha.
En este contexto, los centros sociales
se presentan como pivotes
fundamentales de la política de movimiento,
espacios de encuentro y
acceso a las luchas del eje metropolitano
del Atlántico. Desde ellos se
tejen hoy las redes activistas y en
ellos se albergan las redes telemáticas
que están haciendo posible la
imparable proliferación de la blogosfera
antagonista. La asamblea, y
la okupación temporal de dos días,
concluyó con optimismo, proyectando
nuevas intervenciones en los
próximos meses que esperamos
tengan igual éxito.