Cerca de 200 personas detuvieron el miércoles 3 de julio el segundo intento de desahucio de una mujer y sus dos hijos de 4 y 9 años de edad. El de Nieves Gómez ha sido uno de los desahucios que más ha trascendido a la opinión pública por sus circunstancias: haber sufrido agresiones por parte de su marido -condenado a tres años de alejamiento- y tener sólo unos ingresos de 130 euros mensuales. Con esta situación, Gómez se enfrentaba a la petición de desahucio lanzada por sus exsuegros, propietarios de la casa donde reside en el barrio madrileño de Arganzuela.

Gómez recibió el apoyo de algunas vecinas, grupos feministas y de la asamblea del 15M de su barrio. Toda esta solidaridad, junto con el escaso dispositivo policial -10 agentes- que se presentó para forzar el desalojo, consiguió que, de momento, Gómez y su familia puedan permanecer en la casa a la espera de que el Instituto de Vivienda de Madrid (IVIMA, dependiente del Gobierno regional) atienda su solicitud de realojo en un piso social. Mientras, el juzgado marcará en un plazo indeterminado una nueva fecha para el desahucio.