El Ejército invade la Zaragoza dela Expo 2008
- ANTIMILITARISTAS. Cientos de personas se manifestaron en Zaragoza contra el militarismo el pasado 1 de junio / Primo Romero
Zaragoza ha vivido días de fervor
militarista y exaltación de los símbolos
nacionales. Durante más de
una semana el Ejército ocupó el “espacio
de la civitas”: hubo desfiles y
acrobacias, jura de bandera, homenaje
a los caídos, gritos de “vivaespaña”,
uniformes y clamores. El 1
de junio, aunque miles de espectadores
animaron la marcha militar,
el Ministerio de Defensa hinchó las
cifras hasta 400.000, un número imposible,
ya que hubiera sido preciso
ocho personas por metro cuadrado,
según imágenes de satélite. Las protestas
antimilitaristas, por su parte,
se materializaron en el desfile de las
Fuerzas Armadas de la Risa organizadas
por el Colectivo de Objeción y
Antimilitarismo (COA)-Alternativa
Antimilitarista MOC, que fueron
apoyadas por 15 colectivos y aglutinaron
a 300 personas. La manifestación
antimilitar discurrió entre batucadas
y Policía secreta disfrazada
de ciclistas profesionales. El subdelegado
de Gobierno había impedido
que llegara al Parque Grande.
Terminó en un brindis por la paz,
al sol, bastante lejos del desfile oficial,
cuyo recorrido también permanecía
controlado desde hacía días
por las fuerzas de seguridad.
“Aunque seamos pocos y este tipo
de manifestaciones no parezcan
molestar demasiado, es necesario
visibilizar estas protestas”, dice
Zazu de Espazio Alternatibo.
¿Por qué Zaragoza fue elegida para
esta exhibición de fuerza? En primer
lugar, por la omnipresente Expo
2008, gracias a la cual han aumentado
los efectivos militares y las unidades
especiales de seguridad en la ciudad.
En segundo, por el bicentenario
patriótico de los Sitios de Zaragoza
en la ‘Guerra contra el francés’ y, en
tercero, porque los poderes quieren
demostrar que Zaragoza es un espacio
seguro para la base de la OTAN.
Las exhibiciones del Ejército giraron
en torno a la cooperación, la cultura,
la sanidad, la educación, el deporte y
la historia. A tenor de los discursos
oficiales, la Patrulla Águila, los aviones
Mirage, Hércules y Eurofighter,
los carros de combate, los misiles y
las guarniciones ya no van a la guerra
a guerrear, sino a desarrollar su
caridad, abnegación y don de gentes.
Esta invasión del espacio civil por
el espacio militar puso en evidencia
los intereses que comparten las autoridades
municipales con las fuerzas
castrenses. No en vano, el 33%
del territorio municipal de Zaragoza
es espacio militar y las fuerzas del
Ejército controlarán la ciudad en verano.
El 27 de mayo, el comandante
militar de Zaragoza y Teruel, el general
Pinto, concedió al alcalde Juan
Alberto Belloch un galardón por su
colaboración y predisposición. El
premio fue creado en exclusiva para
la ocasión y el discurso pronunciado
en el Salón del Trono de Capitanía
General glorificó al caudillo Palafox.
Todo esto corresponde a una lógica
de conmemoraciones que según el
historiador Javier Rodrigo es una
banalización maniquea que responde
a intereses del presente. “Vociferadores
como Arturo Pérez Reverte
en Madrid, con institutos de investigación
detrás –dice Rodrigo– reducen
un conflicto tan complejo como
la Guerra de la Independencia al escupitajo
y al pueblo libre en armas
contra el extranjero. Esto es un modo
simple de producir un sentimiento
de identificación colectiva. La
Guerra de la Independencia fue
también una guerra internacional,
popular, clerical y reaccionaria…
Sin embargo, las epopeyas venden”.
Según las investigaciones de Ignacio
Peiró, la conmemoración del bicentenario
de los Sitios 2008 guarda similitudes
con la realizada en 1908
durante la exposición hispano-francesa
y en 1958 por la Falange, aunque
en éstas las ideas de “nación”,
“raza” y pureza ideológica eran todavía
más explícitas. La Guerra de
la Independencia perteneció a la
tradición historiográfica republicana
hasta que, con motivo de su centenario,
los conservadores se la
apropiaron. “Hoy la conmemoración
de los Sitios permanece contaminada
por los tiempos del Franquismo”,
añade Peiró.
“San Gregorio (donde se encuentra
la Academia General Militar),
con 30.000 hectáreas, es el mayor
campo de maniobras de España”, indicó
José Ramón López, del COA,
en las jornadas antimilitaristas organizadas
durante el fin de semana
del desfile. “En él se prepararon tácticas
utilizadas por el Ejército en los
Balcanes y por las tropas estadounidenses
en Iraq. Además, se realizan
pruebas con uranio empobrecido,
simulacros virtuales de guerra química,
bombardeos y explosiones de
vehículos”, añadió. San Gregorio
fue campo de concentración durante
la Guerra Civil. En él se educó el
Rey Juan Carlos. La base de la
OTAN encontró en este ambiente
un lugar idóneo para establecerse
ya que, según el general Pinto,
“Zaragoza siempre ha sido un lugar
acogedor con los 10.000 militares
que la habitan”. Por su parte, la
Chunta Aragonesista, que acudió al
desfile de las Fuerzas Armadas de la
Risa, a través de su presidente
Comarcal de Zaragoza, Jorge Marqueta,
indicó que la fiesta militar “es
un agravio. Aragón ya tiene suficientes
hipotecas militares y estancias
privativas del Ejército, molestias por
ruidos de aviones, peligrosidad en el
campo de tiro, aeropuerto sometido
a control militar… como para llevar
a cabo esta fanfarronada”. Tampoco
IU acompañó a los Reyes en su paseo
protocolario por Zaragoza.
El campo de San Gregorio, donde
quiere reubicarse la OTAN, está
situado en un espacio estepario. El
Comité Antimilitarista pide su cierre:
“Debería ser lugar protegido
por sus suelos de yeso, el talud sobre
el Ebro y porque en el año 2000
los estudios ornitológicos de La
Red Natura lo incluyeron en sus espacios”,
dice José Ramón López,
sin embargo, el Ministerio de Defensa
se ha opuesto”.
OCUPACIÓN MILITAR DEL PARQUE GRANDE
_ NACHO ESCARTÍN (REDACCIÓN ARAGÓN)
_ «Las personas, las entidades y
las organizaciones que firmamos
este documento consideramos
que el Parque Grande de Zaragoza
debe ser considerado como el
cuarto monumento de la ciudad
y, por ello, reconocemos: que el
Parque Grande de Zaragoza es
un espacio natural de alto valor
ecológico, histórico y monumental.
Que la mayor aportación del
parque a la ciudad es, precisamente,
la de ser un parque: un
ámbito de encuentro sosegado
de las personas con la naturaleza
y consigo mismas. Que la práctica
de actividades de carácter
lúdico, culturales o deportivas es
siempre deseable, con la condición
de que éstas respeten la
integridad del Parque Grande de
Zaragoza y no alteren su función
principal de ser un parque». Así
comenzaban los Compromisos
Ciudadanos para el Parque Grande,
documento que suscribieron
decenas de entidades sociales y
ciudadanos tras el proceso de
participación ciudadana que promovió
durante el año 2006 el
Ayuntamiento de Zaragoza. Precisamente
Juan Alberto Belloch,
alcalde de la ciudad, fue una de
las autoridades locales que firmaron
públicamente el texto el
pasado 27 de febrero de 2007.
Lejos de cumplir su compromiso
con el parque, durante la
semana del 24 al 29 de mayo,
dentro de los actos de la semana
de las Fuerzas Armadas, el
más querido espacio verde de
Zaragoza fue ocupado por tanques,
camiones, orugas, grúas y
torres de control militares. Como
alertaron diferentes ciudadanos,
así como Ecologistas en Acción,
Ansar y la Federación de Asociaciones
de Barrios de Zaragoza,
los mantos vegetales del Paseo
de San Sebastián y la fuente de
Neptuno del parque han sufrido
las lógicas consecuencias de la
instalación de maquinaria de
gran tonelaje. Durante toda la
semana, las personas que han
visitado el parque para leer,
pasear, practicar deporte o
amarse se han visto privadas
de sus derechos a disfrutar de
este histórico espacio verde,
donde el Ejército español ha
instalado carpas, paneles,
exposiciones y juegos infantiles
como tirolinas, por los que han
pasado numerosos escolares
de colegios zaragozanos.