Nueva prohibición de marcha LGTB en Jerusalén
- PROTESTAS de ultraortodoxos israelíes contra la manifestación LGTB./activestills.org
El pasado 10 de noviembre, policías
israelíes fuertemente armados reprimieron
a unos 40 activistas
queers que pretendían iniciar una
marcha para celebrar el Día del
Orgullo LGTB (lésbico, gay, transexual,
bisexual) en Jerusalén. Los
agentes sacaron a los activistas a
rastras de un parque público, mientras
un grupo de ultraortodoxos judíos
insultaban y amenazaba a los
manifestantes. Los activistas permanecieron
encerrados en una furgoneta
policial durante cuatro horas.
Más tarde fueron interrogados en
comisaría para finalmente ser puestos
en libertad sin cargos. En Israel,
el Día del Orgullo LGTB es celebrado
tradicionalmente en otoño.
Los días previos al intento de marcha,
el Papa Ratzinger, grupos ultrareligiosos
judíos y políticos de la
extrema derecha israelí habían presionado
a las autoridades para que
impidieran la celebración de “este
desfile pecaminoso y sucio en la
Ciudad Santa”. Mientras, en varios
barrios ortodoxos de Jerusalén fueron
incendiados contenedores “como
protesta contra la indecencia”.
Asimismo, en las calles de la ciudad
aparecieron carteles anónimos convocando
a una contramanifestación
que coincidía con el itinerario y fecha
de la marcha del orgullo, en los
que se incitaba a agredir físicamente
a los “pecadores”. Incluso desde algunos
de estos carteles se ofrecían
3.000 euros por cada “sodomita
muerto”. Ya en 2005 se había producido
una campaña de homofobia similar
contra la marcha del Día del
Orgullo, tras la que miles de ultraortodoxos
lanzaron piedras y orines
a 7.000 manifestantes LGTB.
Tres de éstos fueron atacados y
heridos por arma blanca por un
integrista judío.
En este clima de amenazas, las autoridades
israelíes prohibieron las
celebraciones públicas del orgullo
del año 2006 aduciendo que no podían
garantizar la seguridad, lo que según
U. L., un activista queer que prefiere
que no aparezca su nombre
completo, es “una excusa con la que
las instituciones se alinean con el
fundamentalismo de los ultraortodoxos;
es la tercera vez en el último año
y medio que se nos suspende a las
personas LGTB el derecho de manifestación
en Jerusalén por motivos
sin relación, como la retirada de Gaza
o la guerra con Líbano”. Por ello,
diversos colectivos queers y anarquistas
desobedecieron la prohibición
y mantuvieron la convocatoria
de la manifestación, a la que rebautizaron
como “queerifada”. La represión
policial con la que esta iniciativa
fue respondida constituye “un acto
de homofobia de Estado sin precedentes
en Israel”, según el activista.
El único acto del orgullo autorizado
en Jerusalén fue un espectáculo
LGTB, al que acudieron unas 2.000
personas, en un estadio universitario
a las afueras de la ciudad pero en el
que estaban prohibidas “manifestaciones
excesivas de homosexualidad”.
El movimiento queer israelí denunció
a los grupos LGTB moderados
por plegarse a esas “inaceptables”
condiciones: “Nos recluyen en
el armario, en un gueto segregado,
cerrado e invisible”. Un grupo de ultraortodoxos
acudió también al lugar
y uno de ellos fue detenido por la
policía blandiendo un cuchillo cerca
del acceso al recinto.
Tanto en la manifestación abortada
como en la celebración segregada
de las afueras de la ciudad se corearon
consignas de solidaridad con
Palestina y se denunciaron las recientes
masacres del Ejército israelí
en Gaza.