Una terapia de risa
Abundan los tópicos sobre las personas.
Cuando alguien es colérico, propenso
al grito y al insulto, se dice que
tiene el carácter fuerte. El carácter
fuerte tiene que ver con la serenidad
y el equilibrio, no con la histeria. Si
una persona es callada dicen que
tiene un gran mundo interior (que
puede ser), pero muchas veces se
trata de alguien tímido o que no tiene
de qué hablar. Y no se puede considerar
inteligentes a aquellos que se
dejan adular por quienes sólo buscan
su propio provecho, sólo que en su
vanidad no se dan cuenta de su falsedad.
Las relaciones sociales son
complicadas y, además, en un
mundo de guerras, atentados y catástrofes
cada día es más difícil reír.
Por eso, después de las terapias
del color y de la música, se ha
inventado la risoterapia, el reír porque
sí, sin venir a cuento, por contagio
de los que en el curso ríen igual.
Es muy buena la risa, sin duda, pero
si tienes ganas, si te diviertes o te
sientes feliz. Reír forzadamente no
creo que sea tan bueno. El que sí se
reirá de buena gana será el que dirija
el curso y cobre por ello.