Por una nueva [re]vuelta de la política
Texto del Comité Disperso.
Cuando escribimos este texto no pensábamos que unos titiriteros podrían ser acusados de enaltecimiento del terrorismo por representar irónicamente la estigmatización que se hace desde arriba del los movimientos sociales asociándolos al terrorismo. La libertad de expresión bajo responsabilidad no es más que una operación de censura de Estado.
El ataque a los movimientos sociales no está dirigido sólo hacia las estructuras y a sus organizaciones como fue en el caso de la PAH, sino que es una batalla cultural para la hegemonía y el mantenimiento de una mayoría. La debilidad de este posicionamiento es evidente a la hora de que hasta un espectáculo de títeres puede desestabilizar un gobierno. Esto es suficientemente ilustrativo para imaginar lo que este gobierno puede hacer con respecto a las políticas de austeridad de la Troika. A quien habla de revolución democrática hoy no le queda nada mas que apelar a la buena voluntad de sus intenciones. La experiencia del referéndum griego desvela su impotencia, mientras que nadie ha asistido a algún cambio real.
Los neodem pueden únicamente limitarse a señalar las insuficiencias de la nueva política apuntando a sus limites como si otro sujeto político pudiera obtener mejores resultados. En su lugar, la situación nos pone frente a otra realidad, en la que la política está cada vez más espectacularizada y reducida a la pantomima de los medios de comunicación. Parafraseando a Mario Tronti "porque si la democracia es la opinión masificada, la libertad es la crítica de todo lo que es", gracias al endurecimiento de las leyes y la censura asistimos a la represión sistemática de los movimientos sociales. Por esto, es más que necesario poner nuestras energías dentro de las luchas, empujar el razonamiento hacia adelante para conquistar nuevos espacios de libertad.
1. La crítica es tachada de terrorismo y los marcos políticos para fortalecernos son cada vez más estrechos, atrapados entre la legalidad y la “nueva política”.
2. Las plazas del 15M abrieron una brecha en la política enteramente subsumida por las elecciones. Si medios y fines concurren de igual manera, las plazas han fracasado por volver a los barrios e intentar reformar la democracia en lugar de inventar otras formas de vida. Donde se han dado estructuras e insurrecciones en los barrios, que sí bien cambian la forma de vida de algunas y refuerzan la solidaridad y el apoyo mutuo, estas se muestran insuficientes en cuanto a canalizar energías hacia cambios estructurales.
3. Hay un conformismo de masas, hasta dentro de los propios movimientos. A partir de 2011 hemos pasado de una política expansiva a volver a la reproducción de cada espacio, en algunos casos en forma de asistencialismo, en otros en forma de partido.
Europa es un contenedor vacío, o más bien existen solo las instituciones del euro y sus infraestructuras irreformables
4. Los nuevos fascismos y la derecha están creciendo. En momentos de crisis los nacionalismos y el proteccionismo se vuelven la moneda de cambio de la inmovilización social y el miedo. En la dialéctica nacionalista se difumina cualquier posibilidad emancipadora porque falta el sujeto que tendría que protagonizar el supuesto cambio y el contexto sociopolìtico, el pueblo y la soberanía nacional, que en la sociedad globalizada ya no existe ni volverá a existir.
5. Europa es un contenedor vacío, o más bien existen solo las instituciones del euro y sus infraestructuras irreformables. Las fronteras europeas definen el volumen de la fuerza de trabajo y sirven para controlar el movimiento de ella.
6. El desempleo es la otra cara de la precariedad. A más desempleo corresponden peores condiciones de trabajo. La precariedad es un término general, que indica con diferentes gradientes la imposibilidad de garantías de continuidad con cualquier situación laboral y la tendencia al empeoramiento de las condiciones de trabajo y de vida. En estas condiciones no es posible una vuelta al pleno empleo, ni tampoco pedir un subsidio de pobreza a las instituciones existentes. Si no existen reformas posibles para salir de la precariedad y de la pobreza, habrá que inventar nuevas formas de mutualismo.
7. La tecnología cumple la función de sustituir las relaciones con su simulacro, constituye una herramienta para el control y la manipulación de nuestras vidas. A la vez ordenadores y smartphones componen un entramado con el cual tenemos que aprender de qué manera podemos utilizarlos para coordinarnos y encontrarnos. Sin aislarnos en el gueto del decrecimiento voluntario, el decrecimiento ya está en marcha, es generalizado y está impuesto desde arriba.
8. Las fórmulas políticas que hemos utilizado hasta ahora no son suficientes, ni para sumar las simpatías y participación a la movilización ni para identificar el problema y atacarlo.
9. Las ciudades son espacios a la venta transitables y regulados exclusivamente para el consumo y la especulación, todo lo que queda fuera de esta función mercantil supone una amenaza.
10. Las ideologías y las narraciones del siglo pasado forman un obstáculo y una lección, encerrarse en ellas crea un bloqueo a la acción. De cada experiencia y acontecimiento podemos aprender algo sin perder de vista donde estamos y nuestra historia.
11. El ataque sistemático a los movimientos sociales es una estrategia que intenta someternos a la resignación o la aceptación de nuestras condiciones de vida. Nuestra tarea es la de reformular la manera de resistir y atacar, crear empoderamiento colectivo, construir una perspectiva revolucionaria.