Pedal Cos
El poeta Felipe Zapico mira a su auditorio y, desde la altura de su enorme humanidad, con esa voz de roca erosionada por la cazalla de las noches rockeras, grita: PEDAL COS, PEDAL COS, PEDAL COS, DESAHUCIOS, DESAHUCIOS, PEDAL COS.
Y aunque no añade nada más, todo está contenido en ese grito de rabia: PEDAL COS. Nosotros, en el público, recordamos más cosas. Recordamos las 5.000 personas dependientes que, según la Plataforma de Defensa de la Ley de Dependencia, murieron antes de habérseles reconocido ningún grado de prestación. La mayoría anónimos; otros que conocimos por la prensa. Como aquel niño, Lionel Josián, dependiente al 100%, al que la Junta de Castilla La Mancha denegó cualquier ayuda para su cuidado salvo una cantidad para la compra de una silla de ruedas que la familia, con total ausencia de recursos, tuvo que usar para incinerarlo tras su muerte. Luego les reclamaron el dinero por no destinarse la subvención al fin acordado. O aquel otro niño de siete años, gran dependiente y autista, que tenía una ayuda de cero euros y cuya abuela decía: “hay veces que no comemos ni pan”.
El gobierno de PEDAL COS aprobó un reglamento para la aplicación de la Ley de Dependencia que reducía drásticamente las ayudas y eternizaba los plazos para concederlas. La Junta recortó en más de 1.000 millones el presupuesto, redujo de oficio los grados de minusvalía y retiró prestaciones ya aprobadas con anterioridad. Los expedientes se tramitaban de un modo que cabe calificar como de pura extorsión. A otra persona, también con el 100% de dependencia, se le denegó la ayuda económica concediéndosele únicamente una asistencia de hora y media al día. Como firmó en desacuerdo, el expediente finalizó con denegación también de la asistencia. Los plazos de reconocimiento de la prestación se demoraban lo indecible. Esperaban a ver si se iban muriendo. Para cuando el Tribunal Superior de Justicia declaró nula la legislación ya eran 5.000 los muertos. La Plataforma, al amparo de la sentencia, presentó casi 2.000 reclamaciones. Para la mayoría llegarán tarde.
El Colegio de Trabajadores Sociales denunció 34.000 despidos de cuidadores. Añadían que la Junta “odia, roba y/o maltrata sobre todo a las familias empobrecidas y a las personas en situación de dependencia”. El presupuesto para ayudas se redujo un 77% mientras la población en situación de pobreza subía al 31%, diez puntos más que la media española.
Los enfermos toledanos se derivaban a hospitales privados que cobraban una cantidad fija por paciente, independientemente de que fuese o no atendido
PEDAL COS, PEDAL COS, continúa Zapico, y nosotros recordamos a la mujer nicaragüense que murió en urgencias en Toledo sin ser atendida mientras su acompañante gritaba: “¡ayúdenla, por favor!”. Médicos del Mundo denunció que Castilla la Mancha era la única comunidad española que no tenía ninguna medida para la atención de inmigrantes sin papeles. Una mujer con historial familiar de cáncer y un bulto en el pecho no pudo acceder a las pruebas diagnósticas. Embarazadas y menores inmigrantes fueron también expulsados de un sistema de salud que, por otra parte, despidió a casi 3.000 profesionales y duplicó las listas de espera. La ONG publicó un informe “semáforo” en el que ya en 2012 la comunidad de PEDAL COS estaba en el rojo de la asistencia sanitaria.
Pero no todo era ahorro. Los enfermos toledanos se derivaban a hospitales privados madrileños que cobraban una cantidad fija por paciente, independientemente de que fuese o no atendido. Los hospitales privatizados por el entonces presidente madrileño Ignacio González ampliaban así su población de referencia y recibían una subvención fija de 64 millones.
Nada de esto aparecía en la televisión pública de Castilla la Mancha que batió todos los records de denuncias por manipulación. Algunas prácticas rayaban lo cómico. Si PEDAL COS era recibida con pitos en una plaza de toros, se cambiaba el audio por aplausos, como si fuesen las risas enlatadas de una sit-com. Para entonces, su audiencia se arrastraba en un mísero 4,4%.
Pero el momento más inolvidable de PEDAL COS fue su comparecencia cuando se destaparon las comisiones a toda la plana mayor del PP y tuvo que explicar la razón de porqué se seguía pagando un sueldo exorbitante a su tesorero, el imputado Bárcenas, más de un año después de su presunto despido. En un momento así, de tanta gravedad, cualquiera de nosotros, hasta el más lerdo, se hubiese esforzado en preparar una comparecencia irreprochable. Nos hubiésemos armado de sólidos argumentos, hubiésemos hilado un discurso firme y seguro. PEDAL COS no. Ella farfulló, casi tartamudeando, una sarta de bobadas que producían sonrojo, no solo por ser mentiras, sino por ser puras sandeces. Por otra parte, nada muy distinto de la mayoría de sus intervenciones públicas. Nunca mejor que en esta ocasión se hizo más patente la banalidad del mal. Si a Hannah Arendt le parecía Eichmann un mediocre, ¿qué no habría pensado de escuchar a PEDAL COS? A su lado, el funcionario nazi parecía un filósofo del Ágora.
PEDAL COS despidió a 5000 profesores, cerró escuelas y convirtió el Parque Nacional de Cabañeros en un coto de caza para millonarios. Su nombre bautizó una enmienda que permite la caza en los parques naturales de toda España y ella misma llegó a declarar que “la naturaleza no es sostenible si no es productiva”. Productiva sí fue la empresa de su marido, que multiplicó sus beneficios un 1900% durante su legislatura.
El poeta Zapico llega al final de su performance y clama: PEDAL COS, CLÁVATE LA PEINETA, FUERTE, MUY FUERTE, Y ENTRÉGATE A LA CLAUSURA, PEDAL, PEDAL COS, PEDAL, LÁRGATE Y NO VUELVAS.