De vertedero a parque de caza y golf
Tras nueve largos años de presiones
por parte del movimiento ecologista
madrileño para aprobar el
Plan Rector de Uso y Gestión
(PRUG) del Parque Regional del
Sureste, el Consejo de Gobierno
de Esperanza Aguirre ha dado luz
verde a su redacción. El documento
ha sido aprobado en el más absoluto
silencio, demostrando así
una escasa voluntad del actual
equipo de Gobierno por favorecer
el diálogo con las organizaciones
sociales que vienen trabajando en
defensa del parque.
Desde el año 2000 hasta ahora,
el parque ha estado sin el reglamento
que establece sus usos, por
lo que el parque se había convertido
en el vertedero ilegal de todas
las obras de la región. La supervivencia
del parque dependía, en
gran medida, de que se aprobase
un Plan de Uso y Gestión acorde
con una zona de especial valor ecológico,
que alberga una de las mayores
concentraciones de humedales
de la Comunidad y que sirve de
barrera al avance de la capital. La
mayor sorpresa llegó cuando se conoció
el documento final y los usos
que se van a permitir.
“Sin duda alguna la principal
amenaza para el Parque Regional
del Sureste es el Gobierno de la
Comunidad de Madrid”, denuncia
Raúl Urquiaga, miembro de la asociación
ecologista GRAMA. “Con el
nuevo PRUG se permitirán nuevos
proyectos que incidirán aún más en
la degradación de este espacio”, advierte.
El Plan contempla actividades
como un campo de golf, zonas de caza,
diez nuevas escombreras, cinco
plantas de tratamientos de residuos
y dos graveras en la zona sur.
Uno de los usos más polémicos
que se van a permitir es el campo
de golf que el ayuntamiento de Getafe
pretende ejecutar en suelo
público, dentro de los límites del
parque regional. “Este plan es
totalmente fraudulento, está al servicio
de los especuladores y de los
negocios insostenibles. Está hecho
a la medida para que algunos alcaldes
puedan desarrollar proyectos
como el de construir un campo de
golf dentro del parque del Sureste”,
denuncia Urquiaga.
El parque se convertirá así en una
zona estratégica para albergar todos
los residuos que se generan con
las construcciones promovidas por
el Partido Popular en la Comunidad.
Por ejemplo, se podrá restaurar antiguas
canteras con escombros y tierras
que sobran de la actividad urbanística.
Este hecho podría afectar
gravemente el parque puesto que los
vertidos no estarán sometidos a ningún
control, pudiendo estos llegar a
contaminar los acuíferos vecinos,
como con los vertidos de las obras
del cierre de la M-50.