El modelo danés: la madre de todas las flexiseguridades
- ALTA ROTACIÓN. Hay pocas diferencias entre trabajo fijo y temporal./Oyechimiltrufia
Cuando se habla de flexiseguridad
sus partidarios sacan las
joyas de la familia: el modelo
danés. El país nórdico ha inventado
la manera de conjugar una
extrema flexibilidad con una
elevada seguridad social. No
hay diferencia entre trabajo
temporal y trabajo fijo. Despedir
es siempre fácil, la empresa
necesita sólo unas semanas de
antelación y ninguna excusa.
En muchos casos el trabajador
danés no se queja: desde el
primer día de paro empieza a
cobrar el subsidio estatal, hasta
el 90% del sueldo durante cuatro
años.
El Estado paga también cursos
de formación para que los desempleados
puedan recalificarse
y encontrar trabajo. Después
de 12 meses de paro, si
no has conseguido nada, el
Estado se atreve a buscarte un
empleo cualquiera, también
fuera de tu campo. Si te
encuentran algo y lo rechazas
pierdes el subsidio, pero si no
te ofrecen nada puedes seguir
cobrando.
La tasa de paro es muy baja
(5%) y una tercera parte de la
población cambia de trabajo
cada año. Esto funciona bajo
algunas condiciones. Dinamarca
es un estado pequeño y
muy eficiente: 5,5 millones de
habitantes e impuestos muy
altos, pero progresivos.
Los daneses pagan a Hacienda
desde un tercio hasta la mitad
de su sueldo y aún así sólo se
registra un 4% de fraude fiscal.
Además, la economía del país
se fundamenta en la colaboración
entre empresas y sindicatos
desde hace más de cien
años. La tasa de sindicalización
es casi del 80% y no hacen
falta huelgas para reivindicar
derechos.
Pero sí, algo podrido hay: el
Ejecutivo está ahora pensando
en reducir los subsidios. Todo
el sistema empieza a ser demasiado
gravoso. Son 900.000
las personas mantenidas por
los subsidios, y según el
Gobierno para 135.000 ciudadanos
hay una diferencia de
sólo 150 euros entre ir a trabajar
y quedarse en paro.