Los habitantes de Gaza, de nuevo bloqueados entre Israel y Egipto
- PROTESTAS. Concentración por la situación del pueblo palestino frente a la Embajada de Israel en Madrid el 28 de enero / Juan Carlos Rojas
En apenas dos semanas, el cruce
de Rafah, único paso fronterizo de
Gaza a tierra no israelí, ha pasado
de ser transitado por casi medio
millón de personas en los primeros
tres días de apertura, a permanecer
nuevamente cerrado, a la espera
de un acuerdo definitivo que garantice
el control del mismo. Las
imágenes de cientos de personas
atravesando el muro derribado por
presuntos encapuchados palestinos,
provocó la inmediata reacción
del presidente, Hosni Mubarak,
quien afirmó que permitiría a “los
hermanos palestinos la entrada a
nuestra tierras para adquirir todo
aquello de lo que estaban siendo
privados”. No obstante, en menos
de 24 horas, 20.000 efectivos del
Ejército egipcio establecieron un
férreo bloqueo en torno a la ciudad
de El Arish, a 50 kilómetros de la
frontera, con objeto de evitar la llegada
de palestinos a otros puntos
del país. “Hay que tener en cuenta
que mucha gente cruzaba con la
intención de no volver otra vez a
tierra palestina, por lo que el miedo
a una inmigración masiva de
palestinos a tierra egipcia se ha extendido
también entre la población”,
afirma Mohammed Saleh,
periodista del diario opositor Al
Masri al Youm.
El pasado mes de junio, el movimiento
islamista Hamás tomó control
de la franja de Gaza, con un
gobierno paralelo e independiente
del de la Autoridad Nacional
Palestina (ANP) en Cisjordania.
Inmediatamente después el Gobierno
israelí ordenó el cierre del
puesto fronterizo de Rafah y estableció
un férreo bloqueo sobre tierra
palestina. No obstante, fue en
las primeras semanas del nuevo
año, cuando la presión de Tel Aviv
se hizo insoportable para sus habitantes.
“Al entrar en Gaza hemos
comprobado cómo hasta 70 niños
habían muerto en los hospitales
por falta de medios y suministro
eléctrico”, afirma Abd el Qadr
Sagani, miembro de la Organización
para el Socorro Humanitario,
encargada de suministrar
material médico a los hospitales
de la franja y cercana a los Hermanos
Musulmanes. Cortes constantes
de electricidad y escasez de
fuel y suministros básicos hicieron
estallar la situación.
Interés israelí
“Deliberadamente o no, Israel se
ha quitado de encima durante estos
días su responsabilidad de
abastecer a los habitantes de Gaza”,
explica Abdel Alim Mohammed,
experto en política internacional
del Centro de Estudios Estratégico
Al Ahram. Inevitablemente,
son continuas las referencias
en los medios egipcios al beneficio
que Israel puede obtener
de continuar el nuevo statu quo.
“Israel quiere trasladar a Egipto la
responsabilidad sobre Gaza, por lo
que esta situación no les incomoda”,
afirma Mohammed Saleh, para
quien “ciertas declaraciones del
lado israelí condenando la entrada
de los palestinos en Egipto sólo esconden
una agenda oculta, en la
que Gaza debe estar a cargo del
Gobierno de Mubarak”.
En esta línea, en Israel se vuelven
a levantar las voces que defienden
ir un paso más allá, creando
un Estado palestino en el sinaí
egipcio, una vieja aspiración sionista.
Esta misma semana, el rabino
israelí Yona Metzger declaraba
en un diario británico que “los palestinos
podrían hacer un Estado
propio en el desierto, como esas
ciudades que crecen en medio de
la nada”. Ya sea por inquietud ante
la posibilidad de que un número
importante de palestinos se quede
en tierra egipcia o por motivos de
defensa de la integridad nacional,
lo cierto es que medios independientes
y oposición política se han
situado del lado del Gobierno de
Mubarak en esta crisis.
Empujados a regresar
No obstante, la presión sobre los
palestinos que cruzaron la frontera
ha impedido que pudieran permanecer
en el país norteafricano. Si
bien las autoridades egipcias apenas
contaban con 750 efectivos policiales
en la frontera, en función
de un acuerdo con Israel tras la cesión
de la soberanía de Gaza a la
ANP, un contingente de 20.000
efectivos del Ejército fue cerrando
cada vez más el cerco sobre quienes
pretendían quedarse. Tras días
en los que por la frontera la circulación
de mercancías quedaba fuera
del control de las autoridades egipcias,
el Gobierno ordenó el cierre
de cualquier comercio en las ciudades
cercanas a la misma. Posteriormente,
la policía expulsó a los palestinos
alojados en hoteles o pisos
de la zona. “El miedo a la llegada
de terroristas ha aumentado el celo
de las autoridades a la hora de presionar
a sus vecinos para que regresen
a la franja”, explica Abdel
Alim Mohammed.
A pesar de haber evitado usar la
violencia de una manera sistemática,
varios medios independientes
han confirmado las primeras muertes
por acción de las fuerzas de seguridad
egipcias. Según Mohammed
Saleh, “más de 30 palestinos
han sido asesinados por la policía,
acusados de ir armados y generar
el caos en la zona fronteriza”, asunto
que ya ha sido llevado a la
Asamblea Nacional por los partidos
de la oposición. Sin embargo,
el Gobierno egipcio sigue sin reconocer
víctimas mortales.
Pendientes de un
acuerdo conjunto
_ Finalmente, el Gobierno
egipcio ha conseguido
controlar el tránsito por la
frontera con Gaza. Al cierre
de esta edición la circulación
de coches estaba
completamente prohibida,
y tan sólo se permitía el
paso de palestinos que
regresaran a la franja. No
obstante, con la idea de
alcanzar un acuerdo de
control sobre el cruce de
Rafah sobre la mesa, en
los últimos días se suceden
las reuniones de alto
nivel entre funcionarios
del país norteafricano y
delegaciones de Fatah y
Hamás por separado. «Veo
difícil que, a pesar de los
esfuerzos de El Cairo, se
llegue a alcanzar un acuerdo
a corto plazo», afirma
Mohammed Saleh. Para el
periodista egipcio, el
mayor escollo sería encajar
a Hamás en los acuerdos
de 2005 de cesión de
Gaza a la ANP, pues en
ese momento el movimiento
islamista no participó
de los mismos.
En un principio, la Liga
Árabe y Egipto aceptaron
la propuesta de Abbas
de ceder a la ANP el
control de la frontera,
si bien esta posibilidad
ha sido rechaza
en su totalidad por
Hamás.