Guadarrama: ¿protección o lavado de imagen?
- SIERRA URBANIZADA. Más de 100.000 viviendas se acumulan a los pies del
monte, y otras 120.000 podrían ser construidas en el futuro. / Héctor Rojo
El deseo de que la Sierra de
Guadarrama sea declarada
Parque Nacional se remonta
al siglo pasado, pero es
en 2001 cuando el presidente de la
Comunidad de Madrid anunció su
intención de lograr el viejo sueño.
Una decisión unilateral que no sentó
nada bien a la vecina Castilla y León
que, desde entonces, ha ido a remolque
de la capital. A pesar de ello, en
marzo de 2002, las dos comunidades
firmaron un protocolo de trabajo,
dando los pasos necesarios para la
redacción de un Plan de Ordenación
de los Recursos Naturales (PORN) y
la delimitación del ámbito territorial
sobre el que aplicarlo. En Madrid, la
superficie es de 100.597 hectáreas
(ha) y engloba 37 municipios. Castilla
y León ha elegido un territorio
de 85.000 ha con 35 municipios.
La relevancia del PORN reside en
que puede imponer limitaciones a
los planes urbanísticos, de infraestructuras
y a cualquier actividad que
pueda resultar incompatible con su
conservación. Esto lo convierte en
un instrumento muy deseado por
aquellos sectores interesados en la
conservación de los valores naturales
pero, al mismo tiempo, suele ser
rechazado por quienes lo consideran
un freno a las expectativas de ‘desarrollo’.
La Administración debe hacer
un esfuerzo para llegar a un
equilibrio de intereses. Debe conseguir
un documento cuyo objetivo
principal sea la conservación de los
valores naturales y culturales, la eliminación
de los usos y actividades
incompatibles con ello y la adecuada
regulación del resto. Un PORN
que limitara adecuadamente las actividades
y usos más impactantes y
estableciera directrices para frenar
el avance urbanístico aseguraría la
conservación de la Sierra. Sin embargo,
si el PORN agacha la cabeza
ante las amenazas más importantes
y no se atreve a limitar los usos y actividades
más impactantes, de nada
servirá que Guadarrama luzca un
flamante cartel de Parque Nacional.
A menudo, la falta de información
y participación de las poblaciones locales
en las declaraciones de espacios
protegidos ha originado un fuerte
rechazo. La idea preconcebida -o
difundida por sectores interesados-
de que la declaración de un espacio
protegido perjudica el nivel de vida
de las poblaciones locales enfrenta a
éstas con la Administración que decide
protegerlo. Para evitar rechazos,
en Guadarrama se prometió que
el proceso sería abierto y transparente.
Pero hasta el día en que el
PORN se ha hecho público, nadie ha
tenido posibilidad de participar. Para
rizar el rizo, la Consejería de Medio
Ambiente y Ordenación del Territorio
ha hecho que coincidan en el
tiempo el plazo de información pública
con el de trámites de audiencia
a los interesados y consultas a las
asociaciones, de modo que la promesa
de participación se reduce a un
mes, el mínimo estipulado por la ley.
Tras leer el documento presentado
a la información pública mi primera
valoración no es optimista. El
PORN es escaso, deficiente, generalista,
tiene importantísimas lagunas y
no cumple las directrices del Plan
Director de Parques Nacionales al
permitir actividades como la caza y
la pesca. Además, rebaja el grado de
protección de espacios tan emblemáticos
como el Parque Regional de la
Cuenca Alta del Manzanares o el
Parque Natural de Peñalara y su
Zona Periférica de Protección.
No sólo no protege nada que ahora
no esté protegido, sino que tampoco
incorpora directrices que hagan
pensar que pudiera mejorar la
gestión de los recursos naturales. Por
otra parte, la normativa que incorpora
es la misma, y en ocasiones menos
restrictiva que la existente (Ley
Forestal, PORN del Parque Regional
de la Cuenca Alta del Manzanares,
PORN del Parque Natural de Peñalara
y su Zona Periférica de Protección,
Catálogo de embalses y humedales
de la Comunidad de Madrid,
Ley de Residuos de la Comunidad de
Madrid...). Por mencionar dos casos
concretos, tal vez los más polémicos,
el PORN no prohíbe la construcción
de nuevas infraestructuras ni la ampliación
de las existentes. Es decir,
que ampliaciones de carreteras que
hasta ahora se han impedido por encontrarse
dentro de espacios protegidos
ahora podrían llevarse a cabo.
En cuanto al urbanismo en las zonas
de transición, el PORN no limita
el crecimiento, es más, reduce la protección
que otorga la Ley Forestal de
la Comunidad de Madrid. Según esta
ley, cualquier terreno que no sea
urbano, urbanizable ni agrícola es
forestal y, por tanto, no urbanizable.
Pero con el PORN esta protección se
reduce a los terrenos que tengan una
fracción de cabida cubierta superior
al 30%. Para entendernos, las dehesas
no entrarían dentro de esta protección,
ya que esa fracción no supera
el 20%. Todas las dehesas y los
prados de las zonas de transición son
susceptibles de ser recalificados. El
documento también considera que todos los suelos que ahora están clasificados
como “no urbanizable común”
pueden ser recalificados como
urbanizables. Este dato no es irrelevante,
ya que hablamos de unas
7.000 ha. Actualmente están clasificadas
como suelo urbano unas 6.600
ha, y como urbanizables 1.700, pero
el PORN no impedirá recalificar una
superficie similar a la que está construida.
Por otra parte, olvidémonos
de que el plan vaya a evitar los crecimientos
urbanísticos previstos. Éstos,
en su mayor parte, se proyectan
sobre suelo no urbanizable común y
suelo no urbanizable protegido.
Desde mi punto de vista, el
PORN de la Sierra de Guadarrama
resulta una total decepción porque
ni amplía la protección ni mejora
la gestión de este territorio amenazado.
No olvidemos que un brochazo
verde no transforma en ambientalista
a la Administración
más anti ambientalista que ha tenido
esta Región.
La superficie actual del
Parque representa
casi un 10% del
total de la Comunidad
Autónoma de Madrid.