EE UU hacia el Gran Oriente Próximo
“Siria es un obstáculo a la solución
del conflicto palestino-israelí en beneficio
de Israel y EE UU, y sin solución
del conflicto no habrá reordenamiento
de la zona, por tanto estos dos
países por un lado quieren debilitar a
la resistencia palestina, por otro crean
la crisis libanesa para presionar a
Siria”, afirma Dibsi. La “crisis libanesa”,
abierta con la resolución 1559 de
la ONU que exigía la retirada de las
tropas sirias del Líbano en septiembre
de 2004, alcanzó su punto álgido
con el asesinato del ex primer ministro
libanés Rafiq Hariri, en febrero,
hecho del que Bush acusa al Gobierno
de al Assad. Sin embargo, muchos
analistas dudan de que este crimen
haya beneficiado a Siria, ya que
ha sido el desencadenante del abandono
del Líbano por parte de sus tropas,
con el consiguiente debilitamiento
político, y de una resolución
de la ONU que exige más “colaboración”
por parte de las autoridades sirias
y que se guarda el derecho a emprender
“nuevas acciones”.
Las presiones vienen de lejos. Ya
en 1996, el estadounidense Grupo
de Estudios para una Nueva Estrategia
Israelí hacia el 2000, formado
por ‘halcones’ como Richard
Perle, Charles Fairbanks y Douglas
Feith, presentó el informe 'Una ruptura
clara: una nueva estrategia para
asegurar el terreno'. En él se recomendaba
a Israel “utilizar elementos
de la oposición libanesa para
desestabilizar el control de Siria
sobre el Líbano” o “golpear objetivos
militares sirios en el Líbano y,
si esto no es suficiente, golpear objetivos
en la propia Siria”. Además,
apuntaba: “Se puede centrar el esfuerzo
en quitar a Saddam Hussein
del poder en Iraq -un importante
objetivo israelí en sí mismo- como
un modo de frustrar las ambiciones
regionales de Siria”.
No menos acosado se encuentra
Irán, acusado por EE UU de estar
desarrollando un programa de enriquecimiento
de uranio con fines militares.
La agencia onusiana de la
energía atómica, AIEA, aprobó en
septiembre una resolución que le
permitirá denunciar al país de los
ayatolás ante el Consejo de Seguridad
para futuras sanciones, ya que
los inspectores opinan que no está
“colaborando” lo suficiente. “La comunidad
internacional deberá usar
todos los medios a su disposición para
detener a Irán antes de que se convierta
en potencia nuclear”, ha dicho
Silvan Shalom, ministro de Asuntos
Exteriores de Israel, país que posee
más de 200 cabezas nucleares.
Ante estas amenazas, Siria e Irán
anunciaron en febrero un “frente
unido” en lo político, lo económico y
lo militar. “Siria está rodeada y tiene
pocas bazas. Por un lado está Israel,
especie de sucursal bélica de EE UU;
y están los países plagados de bases
militares norteamericanas: Turquía,
Iraq, toda la parte norte del Golfo; y
Jordania, que tiene acuerdos de colaboración
con EE UU. En ese sentido,
quizá la principal baza de Siria, junto
con sus alianzas con diversos grupos
libaneses y palestinos, sea la relación
con Irán”, afirma el arabista Iñaki
Gutiérrez de Terán. “Las riquezas petrolíferas,
el apoyo de la población
en el aspecto interno, su importancia
geoestratégica, su influencia en Iraq
y en Afganistán, esos factores hacen
que Irán tenga mucha más fuerza”.
Además, Gutiérrez de Terán considera
que “la baza más importante de
Teherán es su relación con Rusia y
China, que se han opuesto en la ONU
al proyecto de EE UU de aplicar sanciones
porque Irán sí tiene algo que
ofrecerles económicamente: a Rusia,
compra de armas y otros productos;
a China, petróleo de forma directa”.
En los próximos días, la ONU se
convertirá de nuevo en el ‘tribunal’
en el que se juzgará a ambos países.
El 24 de noviembre la AIEA se reúne
para decidir si envía el caso de Irán
al Consejo de Seguridad. Los norteamericanos
ya están jugando sus bazas:
han presentado un ordenador
portátil que dicen haber robado en
Irán y que, según ellos, demostraría
su plan de armamento nuclear; pero
EE UU ha perdido credibilidad desde
que Colin Powell se presentara en
la ONU con un tubo de ensayo para
convencer a la asamblea de que Iraq
tenía armas químicas. En cuanto a
Siria, el 15 de diciembre el inspector
de la ONU Detlev Mehlis se encargará
de condenar o, lo que es poco probable,
eximir al Ejecutivo de Assad
por el caso Hariri, bajo la mirada
atenta de los EE UU y de las ex metrópolis
Francia y Gran Bretaña, que
exigen la imposición de sanciones.
Según Gutiérrez de Terán, EE UU
no busca necesariamente un “dominio
directo, sino que se puede tratar
de un dominio indirecto a través de
estas presiones. Va a haber una línea
de usar a la ONU para aplicar sanciones,
para endurecer la situación regional
y local de los dos países, y quizá
reviviendo el modelo iraquí, provocar
que año tras año aumente esta
debilidad y, cuando ya EE UU encuentre
una situación geoestratégica
favorable, pasar al apartado militar”.
BREVE HISTORIAL DE INJERENCIAS
29 DE ENERO 2002
En su discurso sobre el estado de la Nación, Bush define a Irán, Iraq y Corea del Norte como países pertenecientes al 'Eje del Mal'.
11 JULIO 2003
El Congreso estadounidense aprueba la Enmienda 1145 a la Ley de Financiación del Departamento de Estado para prestar apoyo a la disidencia iraní.
NOVIEMBRE 2003
El Congreso de EE UU aprueba sin debate la Ley de Responsabilidad Siria, que impone un embargo económico y comercial, y la ruptura de relaciones diplomáticas.
ENERO 2004
Un memorándum del Pentágono para el Consejo Nacional de Seguridad insta a Bush a lanzar ataques aéreos 'preventivos' e incursiones en territorio sirio.
24 DE ENERO 2005
Seymour Hersh desvela que el Ejecutivo de Bush ha desarrollado misiones secretas en Irán para identificar objetivos bélicos.