Dos meses de huelgas coordinadas en Francia visibilizan a los ‘sin papeles’
- NUEVO PROTAGONISMO. Los plantes de sin papeles están poniendo en primer plano su papel en el tejido productiv
El 3 de junio, unas 50 mujeres sin
papeles ocupaban la Secretaría de
Estado para la Solidaridad. Su objetivo,
evidenciar la situación de las
sin papeles, sobre todo de las que
trabajan aisladas, en precario, en
sectores sin sindicatos, como puede
ser la limpieza en casas. Se trata
de un jalón más en la oleada de
huelgas y movilizaciones que se iniciaron
el 15 de abril, cuando de manera
coordinada los empleados sin
papeles de unas 20 empresas de la
región parisina, unos 300 trabajadores,
se ponían en huelga, sobre
todo en sectores como la construcción,
la limpieza y la hostelería.
Las movilizaciones siguen un patrón
similar: los trabajadores sin papeles
de una empresa se declaran en
huelga y ocupan el lugar de trabajo,
mientras los sindicatos presentan un
dossier por cada uno de ellos, donde
solicitan al Gobierno su regularización.
Las ocupaciones, organizadas
por sindicatos como Solidarios, CNT
o CGT, cuentan con el apoyo de vecinos
–alguno ha sido atacado por grupos
fascistas– y asociaciones en defensa
de la inmigración.
En el restaurante Chez Papa son
20 los que desde que comenzó la
huelga han obtenido la tarjeta de
residencia por un año. Y sin embargo
no han dejado de apoyar a sus
compañeros que siguen en lucha.
“He sido regularizado pero me quedaré
hasta que todos lo consigan”,
explica Tradré Iousseinou, para
quien “a veces las relaciones son
difíciles porque hace dos meses que
estamos aquí y los nervios se notan,
pero estamos decididos a continuar
juntos hasta el final”.
Por el contrario, en otros establecimientos,
como Market, los trabajadores
han retomado sus labores después
de que nueve de los once huelguistas
obtuvieran el permiso. Este
baile en los permisos se debe a la posición
que el Gobierno ha mostrado
hasta ahora: la negativa a una regularización
generalizada. La única vía
que abrieron las negociaciones que
tuvieron lugar a principios de mayo
entre la CGT y el Ministerio de la
Inmigración es la del estudio individualizado,
el “caso por caso” en oposición
a los procesos colectivos, de
los expedientes que el sindicato presente
en las delegaciones de Gobierno.
A pesar de ello, las tarjetas de
residencia están llegando: a mediados
de mayo, eran 132 en toda la región
parisina según el Ministerio y
70 según el sindicato.
El 20 de mayo, al movimiento se le
sumaba una segunda ola de huelgas
por todo el país. Y 300 miembros de
la Coordinadora de Sin Papeles de
París (CSP75) ocupaban –y siguen
ocupando– la Cámara del Trabajo como
protesta por lo que consideran la
cooptación del movimiento por parte
de la CGT. Denuncian que ésta les
deja fuera de juego: los mil expedientes
que la CSP75 presentó fueron rechazados
por el Gobierno bajo el argumento
de que no eran remitidos
por ese sindicato. Al cierre de esta
edición, de los mil dossieres presentados
con la primera oleada, 300 han
sido regularizados, unas 30 empresas
siguen afectadas y hay unos
2.500 expedientes pendientes de resolver.
Pero los huelguistas se declaran
dispuestos a llegar hasta el final
(la Policía ahora ya tiene todos sus
datos) y las divisiones iniciales se están
reconduciendo en pos